Acaba de empezar el 2019, el que va a ser el año de las mujeres. ¿Por qué? Porque ya es hora, porque hace falta. Se ha dicho lo mismo de años anteriores, del 2017, del 2018… Pero yo creo que aún no somos conscientes de lo que está por llegar. Aún no sabemos lo que las mujeres son capaces de hacer.
El 8 de marzo de 2018 se hizo historia. Miles y miles de mujeres nos demostraron que pueden parar Rivas, la Comunidad de Madrid, España… Si las mujeres paran se para el mundo. Cada vez hay más mujeres conscientes de esta realidad, que saben que sin ellas no hay revolución, no hay cambio. Cada vez hay más mujeres conscientes de la necesidad de que haya solidaridad, de que tienen que luchar por sus derechos y por los de todos. Pero no podemos dejar a las mujeres solas en esta batalla, tenemos que apoyarlas, acompañarlas…
Desgraciadamente, en política, a veces las mujeres toman comportamientos machistas, se olvidan de los cuidados y de la necesidad de apoyarnos entre todos. Parece que para triunfar en ciertos ámbitos (grandes empresas, política, medios de comunicación…) muchas veces hubiera que tener un comportamiento competitivo, duro, casi depredador. Yo, que tengo la suerte de estar rodeado de mujeres fuertes y valientes: mi madre, mi mujer, mi hija… he aprendido de ellas que se pueden conseguir las cosas cooperando, dando lo mejor de cada uno y apoyándose los unos a los otros. He aprendido que las mujeres tienen mucha fuerza, resiliencia, capacidad… Que llevan toda la vida sobreviviendo en una sociedad patriarcal que las oprime, que les exige el doble que a un hombre. Y son capaces, no sslo de sacar adelante sus responsabilidades laborales, domésticas, sino de cuidarnos a los demás, de enseñarnos cada día cómo se deben hacer las cosas.
Las mujeres están mucho más expuestas a exigencias estéticas imposibles, a tener que demostrar su valía, a la crítica fácil si consiguen un ascenso o un propósito. Tienen que justificarse a diario. No nos damos cuenta, pero es así. Hemos normalizado ciertos comportamientos que son dañinos y peligrosos y que tenemos que revisarnos. No sólo debemos luchar por la igualdad salarial y de oportunidades. Tenemos que luchar por una igualdad real.
Yo no tengo miedo cuando vuelvo a casa por las noches, no tenía miedo cuando volvía mi hijo, pero sí lo tengo cuando mi mujer vuelve tarde, o mi hija. Ese miedo es aún peor para ellas, mucho peor.
Pasos como que Pablo Iglesias asuma la mitad de la baja laboral por paternidad es necesario, son un ejemplo. Políticas como las que se prevén en Andalucía significan, en cambio, un paso atrás. No podemos permitir que se pierdan derechos adquiridos. No podemos permitir que las mujeres pierdan espacios, ya lo tienen bastante difícil. No podemos tener miedo como hombres de esa igualdad, porque no significa que perdamos derechos nosotros, sino que nuestras amigas, madres, hermanas, hijas, compañeras avancen. Porque hace falta. Porque no hay ninguna mujer que no haya sufrido una situación de acoso por ser mujer. Porque en este 2019 que acabamos de estrenar ya ha sido asesinada una mujer en manos de la violencia machista.
Pero las mujeres no van a dejar de luchar y nosotros no vamos a dejar de estar a su lado. Porque hace falta que el 2019 sea de verdad el año de las mujeres y lo va a ser. Porque hace falta que el 2019 sea el año en que entendamos qué es el feminismo. Por eso y por más vamos a seguir adelante, trabajando, incansables, junto a ellas.