OPINIÓN

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Donde más duele

Cada 25 de noviembre, las calles de todo el mundo se inundan de un grito colectivo en la lucha contra las violencias machistas. Este año, el Consejo de Mujeres ha decidido enfocar la campaña en un tema desgarrador y, hasta hace poco, invisible: la violencia vicaria. Bajo el lema ‘Donde más duele’, se busca dar visibilidad a esta forma de violencia machista que, aunque ha sido un mecanismo de control y sufrimiento desde que las mujeres son mujeres, el término no fue acuñado hasta 2012.

La violencia vicaria se manifiesta cuando un agresor utiliza a los hijos e hijas como un arma contra la madre, perpetuando así el ciclo del dolor y del maltrato. Desde 2013, 63 niños y niñas en España han sido asesinados a manos de sus padres, un dato que resuena como un eco aterrador en nuestras conciencias. ¿Dónde queda la protección de la infancia cuando los sistemas judiciales parecen ignorar el verdadero peligro al que se enfrentan?

Es preocupante que, en el ámbito judicial, las decisiones no siempre priorizan el bienestar de los niños y las niñas. Según la Asociación de Mujeres Juristas Themis, de todos los casos de violencia machista con orden de alejamiento hacia la mujer con hijos e hijas, solo en un 3,3% se ha retirado el régimen de visitas y el 0,72%, la suspensión de la patria potestad. Los datos muestran la cruda realidad que enfrentan muchas mujeres y una clara indicación de que el sistema judicial no está cumpliendo su papel como garante de los derechos de la infancia. ¿Dónde quedan los derechos de esos niños y niñas que, en nombre del derecho a una relación con su padre, se les obliga a convivir con sus agresores? No podemos olvidar que, como se ha señalado en numerosas ocasiones, un maltratador jamás puede ser un buen padre.

Desgraciadamente, nuestra propia ciudad lleva la marca de esta tragedia. Rivas tiene una calle que lleva el nombre de Andrea R. González, asesinada por su padre en una visita estipulada por el juzgado, como un recordatorio constante de la necesidad de poder avanzar hacia una verdadera justicia que sea capaz de proteger a las mujeres y también a sus hijos e hijas.

A través de un amplio programa, este noviembre vamos a poder hablar, informarnos y formarnos sobre este tema tan necesario y que nos interpela a toda la sociedad, quizá de los más duros que hemos tocado en las campañas municipales del 25N. Y lo hacemos desde el compromiso para que las mujeres que estén siendo víctimas de cualquier tipo de violencia machista sepan que en esta ciudad existe una red feminista activa en la que poder apoyarse.

Por ello, una vez más, también desde esta tribuna, quiero agradecer el trabajo de la concejalía de Feminismos y Diversidad y del Consejo de Mujeres. Su esfuerzo para abordar cuestiones difíciles y abrir espacios de diálogo y concienciación es fundamental para hacer de este mundo un lugar seguro para todas las mujeres y sus hijas e hijos. Y en ese camino, desde las políticas públicas, seguiremos trabajando desde Rivas.

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