El barro es “el peor enemigo de la moral del combatiente” dejó escrito el franquista Víctor Ruiz Albéniz, autor de “Batallas del Jarama y el Pingarrón”. Este título pertenece a la colección “Biblioteca Infantil. La Reconquista de España” que llevó a una España amordazada el relato histórico de la dictadura fascista.
El barro también es el peor enemigo de la democracia. En un lodazal, reina la confusión y el choque en vez del diálogo y el pluralismo político. Los pies de barro de nuestra democracia tienen mucho que ver con la amnesia y el olvido sobre el periodo republicano: una tábula rasa para preservar a los mismos jueces, mantener los privilegios de la Iglesia Católica y salvaguardar la riqueza acumulada mediante expolio de las élites económicas franquistas.
Este 14 de abril, habrá silencios que nos recordarán que el posfascismo (cuyo proyecto sigue intacto, aunque asuma ropajes distintos) ya gobierna en Italia y va a ser la primera fuerza en Francia en las próximas elecciones europeas. Hoy, la derecha española sigue tratando de fijar el relato franquista sobre las “dos Españas” cainitas, que no podrían permitirse “excesos” democráticos. Frente a los relatos históricos de trinchera con los que propagandistas modernos pueblan las secciones de best-sellers, debemos recuperar la memoria histórica republicana como un patrimonio colectivo del conjunto del pueblo español.
Las tradiciones, sean la Semana Santa o este 14 de abril, son ritos que actualizan nuestro sentimiento de pertenencia a una comunidad (política, religiosa, etc.). Este 14 de abril, los demócratas celebramos a quienes ampliaron la democracia a la Jefatura del Estado y pelearon para que se acabaran los privilegios que condenaban a la miseria a la mayoría de la población.
Y sobre todo, como en la Batalla del Jarama, homenajeamos a quienes resistieron durante tres años el envite de un fascismo que amenazaba la Libertad (la de verdad, no la de eslóganes neoliberales). En la contienda, participó gente de todo el mundo en las Brigadas Internacionales, porque la resistencia española al fascismo fue el referente internacional de la decencia. Un motivo de orgullo, aún recordado.
En 2022, cuando Putin cerró el canal Dozhd (la última TV independiente rusa), la redacción se despidió diciendo “No pasarán”. En España, hay soldados de élite del fango, como Miguel Ángel Rodríguez, que también atacan a los medios libres con sus bulos. A todos los aspirantes a dictadorzuelos, podemos replicarles -con orgullo español- esa frase que hemos regalado al mundo: “No Pasarán”.