Vamos a ponernos serios por una vez. O, al menos, vamos a intentarlo, porque el tema que las mentes pensantes de esa revistilla llamada Zarabanda han sugerido para esta ocasión no es otro que, nada más y nada menos, la movilidad en Rivas.
Y, como diría cierto ex presidente del Gobierno, no es un tema menor, ya que se trata de una cuestión fundamental para el diseño y concepto de una ciudad como Rivas, cuyo tamaño, extensión y dispersión necesita un análisis bastante más sosegado que el que podemos ver en los debates políticos y en redes sociales.
A pesar de lo que dicen los detractores de la movilidad sostenible, el automóvil sigue siendo y será el protagonista absoluto de nuestras calles: ocupa el 80% del espacio público a pesar de ser el modo más contaminante e ineficiente.
No obstante, nos encontramos que, a raíz del despliegue del carril bici en nuestra localidad, han proliferado numerosas opiniones a favor y en contra de esta solución de movilidad , aunque, curiosamente, las que hacen más ruido se caracterizan por el apoyo a un tipo determinado de solución: el vehículo privado. Bueno, por eso y por el afán por llevar la contraria a todo lo que tenga cualquier viso de política de izquierdas. Ya saben, eso de “apolítico de toda la vida, de derechas, como mi padre”, que decía el genial Sazatornil en “La Escopeta Nacional”, con la diferencia de que estos defensores del coche no quieren vender porteros automáticos en la España del desarrollismo, sino vender humo, tanto en sentido literal como figurado.
Si siguen ustedes las redes sociales ripenses, estarán siendo testigos también de cómo en el fértil terreno de la movilidad, como no podía ser de otra manera, proliferan los cuñaos de barra de bar y palillo en la boca, soltando consignas y copiando ideas de aquí y allí, con una aparente falta de criterio. Como ejemplo, hemos leído por ahí que las Zonas de Bajas Emisiones son anticonstitucionales. No se pierdan la maravillosa redacción: “nadie puede ser negado de su capacidad para circular en el territorio español por razones políticas.” Ah, que ahora el limitar la circulación en los alrededores de los colegios estaba dentro de las prioridades para la lucha de clases que se señalaba en “El Capital” de Marx o en el “¿Qué hacer?” de Lenin. Nunca se deja de aprender de las mentes preclaras de Twitter.
Para mayor estupefacción, igualmente hemos leído en esa red social otra propuesta sin fisuras : la de incrementar la velocidad máxima en avenidas de dos carriles en cada sentido y… ¡tacháaan! “eliminar los resaltos” porque producen problemas de espalda y “generan más contaminación al hacer a los vehículos reducir su velocidad para luego acelerar de nuevo”. Recomendamos desde el TRT que le den una vuelta a tanto a la redacción como a la idea en sí. Posiblemente, si releen el texto, acabarán dándose cuenta de que están dando la razón a los que creen (tan legítimamente como ellos) que la solución a la movilidad pasa por reducir el número de coches en nuestras calles frenando y acelerando en los resaltos.
Para terminar, el premio a la cuñadez del año en movilidad: la promoción del supuesto “badén inteligente”, basado en un fluido (que no líquido) no newtoniano. Aquí tenemos que decir varias cosas: primero, no es un badén, es un resalto. Y segundo, tampoco era inteligente, pero sí que hay que reconocer que su inventor era un listillo. Algunos defensores de la movilidad libertaria y libérrima recomiendan que Rivas compre este ingenioso e innovador resaltó a Badennova, una empresa malagueña implicada en temas de subvenciones irregulares. La empresa de este genio de la movilidad obtuvo un préstamo irregular de 103.000 euros que le concedió Invercaria, la empresa de capital riesgo de la Junta de Andalucía, y que no ha devuelto. Además de no reintegrar el dinero público a Invercaria, intentó «renegociar y novar su préstamo» concedido el 18 de diciembre de 2009, a lo que se suma que «su facturación fue muy insuficiente», de «sólo 30.000 euros», y que el producto final «era deficiente», ya que los badenes reguladores de la velocidad, objeto de la financiación, «se fracturaban y no desempeñaban su finalidad». Prueba de ello es el silencio del único municipio donde se implantó un resalto de este tipo, Boadilla del Monte. Pregunten a sus vecinos por él, verán qué risas…