El Ministerio de Interior ofrece desde hace años una estadística trimestral en la que se desglosan a nivel municipal distintos tipos de delitos. A pesar del disponer de datos en formato abierto -qué importante es la transparencia- no se han relajado ciertos mensajes alamarmistas.
Al igual que la AEMET diferencia entre la temperatura y la sensación térmica, quizá también nosotros deberíamos diferenciar entre la criminalidad, entendida esta como número de delitos, y percepción de inseguridad, variable que responde a más factores como la presencia de los delitos en la prensa o la cercanía con la que llegamos a vivir la delincuencia. Es decir, nadie se percibe la seguridad igual si le acaban de robar el bolso, aunque los delitos estén descendiendo en la ciudad. Igualmente, las calles nos parecen más peligrosas cuando los medios nos cuentan lo peligroso que es abandonar nuestra casa por si nos la ocupan, aunque esto en realidad no está ocurriendo.
Así, Rivas es una ciudad segura como también lo es nuestra comunidad autónoma y el país. Incluso si nos centramos en el delito más frecuente en nuestros municipios, los hurtos, podemos comprobar que la incidencia en la Comunidad de Madrid es menor de lo que podría deducirse con menos de 6 hurtos cada 1.000 habitantes al trimestre. La media mensual se encontraría por debajo de 2 cada 1.000 habitantes incluso considerando las máximas que se producen, con la excepción de la situación COVID, en el 2º trimestre de cada año. Entre abril y mayo se producen pequeños picos en los hurtos, como podemos ver en el gráfico.
Teniendo en cuenta esta variación, también nos encontramos en una situación de ascenso, con una situación comparable a 2018 y 2019. Actualmente Rivas es la 2ª ciudad madrileña con mayor número de hurtos tras la capital y se encuentra en valores intermedios respecto al ascenso de los mismos.
Conocer cómo evolucionan los distintos tipos de delitos es una herramienta muy útil para aprender cómo intervenir sobre ellos. En zarabanda.info/criminalidad podréis encontrar los datos trimestrales de los municipios madrileños, analizados en relación a la población.
Sin embargo, resulta poco útil, por la confusión que provoca, la categoría que hace apenas unos años ha incorporado el Ministerio: los otros. Este «resto de delitos» se compone de delitos contra la seguridad vial, defraudaciones, amenazas, contra la administración de justicia… Los delitos contra la seguridad vial, que incluye el exceso de velocidad o conducir bajo el efecto del alcohol y las drogas, supusieron el 22% del total de los delitos a nivel estatal en 2020. Los delitos que sí se desglosan (hurtos, tráfico de drogas, contra la libertad sexual, tráfico de drogas, secuestros…) son aquellos que entendemos “de calle”. Los datos que nos indican si una ciudad es segura o no. Sin embargo, el doblar este número de delitos sin más detalle probablemente nos aumente la “sensación” de inseguridad, pero no nos aporte ninguna información real.
En zarabanda.info/criminalidad podéis encontrar la metodología utilizada.
Leire Olmeda