Después de estos últimos 4 artículos repasando la constelación de Orión, indiscutiblemente la “Catedral del Cielo”, esta de hoy puede parecer “poca cosa”, pero voy a tratar de exprimirla y veremos como no defrauda, porque el cielo es inmensamente bello se mire a donde se mire. El Escudo (Scutum en latín) es pequeña y está situada muy al sur, donde empezamos a perder los nombres mitológicos, porque como dije, estas constelaciones son mucho más “modernas” y ya no se empleaba la denominación de dioses, diosas, titanes, ninfas, etc. a las que estábamos acostumbrados.
Realmente el nombre de esta constelación ecuatorial-sur fue el de Scutum Sobiescii (el «escudo de Sobieski»), en honor del rey polaco Juan III Sobieski y le fue dado por un gran astrónomo polaco llamado Jojannes Hevelius, el “padre de la topografía lunar”. Nació Hevelius en Danzig, famosa ciudad por ser la principal causa y el comienzo de la “Segunda Guerra Mundial”. Estudió leyes en Leiden (Holanda) y fue un gran aficionado a la astronomía, hasta el punto de construirse su propio telescopio de 46 m de longitud focal. Entre sus aportaciones está el haber descubierto el movimiento de libración de la Luna, así como su cartografía. Descubrió varios cometas y predijo que giraban en torno a nuestro Astro Rey.
El Escudo es la única constelación moderna asociada a una figura histórica. Vamos a repasar sus principales estrellas entre las 29 que posee:
- Alfa Scuti, de mag. 3.85, dificultad media a simple vista, que es una estrella gigante naranja que en su día perteneció a la constelación del Águila y luego reubicada en Scutum.
- Beta Scuti, estrella de mag. 4.22 y se encuentra a más de 900 años-luz de la Tierra. Lo forman dos estrellas muy cercanas que no se pueden separar sino con instrumentos muy precisos.
- R Scuti, estrella variable de mag. 4.5 y 8.2. Es un sistema binario de dos estrellas rodeadas por nebulosidades de agua y polvo.
- Con una mag. de 4.60, Delta Scuti es la cuarta estrella en brillo y es el prototipo de variables que sirve para clasificar estas estrellas. Está a unos 200 años-luz.
- Gamma Scuti es una estrella con una masa el triple de la solar y tiene una mag. De 4.69. Su luminosidad es superior a 150 veces la del Sol.
- Eta Scuti, mag. 4.83 es la sexta en brillo, también a unos 200 a-l como Delta.
- Por último, cabe destacar a Éspsilon Scuti, a unos 540 años-luz y con un brillo próximo al límite visual del ojo, pero sencilla con prismáticos. Su mag. es de 4,90.
La Vía Láctea atraviesa Scutum junto a sus vecinas Serpens, Aquila y Sagittarius, siendo una de sus regiones más brillantes la ubicada en el extremo, un área que recibe el nombre de Nube Estelar de Scutum. (mancha azulada de la foto2).
Entre los objetos de “Cielo Profundo” se encuentran dos del Catálogo Messier: M11, el cúmulo abierto del los “Patos Salvajes” compuesto por unas 2.900 estrellas muy apretadas (foto3), a unos 5.600 años-luz. En 1.844, el astrónomo William Smyth describió como muy parecida a un vuelo de estas aves, de ahí su sobrenombre.
El otro objeto es Messier26, también otro cúmulo abierto, pero mucho menos denso, cuyo diámetro abarca unos 22 años luz de ancho y está a una distancia de 5.000 años luz de la Tierra. Se ha calculado que tiene 89 millones de años desde su formación como racimo estelar.
Un objeto muy curioso, fuera del alcance aficionado, pero digno de mención es la Nebulosa Planetaria KES73 (foto05), resto de una Supernova relativamente joven y que contiene en su interior el remanente de la estrella. Se trata de lo que los astrónomos denominan un “magnetar”, que gira en torno a 12 segundos sobre sí mismo. Una espectacular “rosa”.
La constelación del Escudo resulta algo difícil de localizar ya que está formado por estrellas poco brillantes pero como cruza el ecuador de nuestra galaxia la podemos observar con pequeños telescopios y ver gran cantidad de estrellas débiles, cúmulos estelares y globulares, en la zona. Partiendo de las estrellas que forman la cola y el cuello del Cisne, hacia el Sur, es el camino más adecuado para localizar a esta constelación histórica.
Pues bien, creo que Scutum ha cumplido a pesar de su pequeño tamaño y también podremos por tanto… ¡¡Mirarlo en el Cielo!!