Llega la Navidad y con ella, los propósitos de Año Nuevo, siendo uno de los grandes clásicos: “mañana empiezo a comer saludable”. Aun con la resaca de Nochevieja, muchos se lanzan a dietas estrictas que, siendo sincera, duran menos que un turrón en la mesa navideña. Comer saludable no es cuestión de velocidad ni cambios radicales, sino de estrategia. Como en un juego de mesa, avanzas casilla a casilla, adaptándote, experimentando y aprendiendo. ¿Lo mejor? Desde el principio puedes disfrutar de flexibilidad y diversión. Prepara el tablero, coloca tus fichas y tira los dados ¡La partida empieza!
Primera casilla: conociendo el terreno. El primer paso no es tirar a la basura los alimentos que crees que no te hacen bien. No tienes que dejar tus comidas favoritas ni obsesionarte con cambiarlo todo de golpe. La misión es sencilla: en lugar de eliminar alimentos, empieza a sumar. Continúa comiendo lo que te gusta, añadiendo pequeños cambios. Si el tomate te encanta, añádelo asado como guarnición; si el calabacín te hace gracia, haz tiras y acompáñalos con boloñesa. Mantente en terreno seguro y disfruta del proceso añadiendo las verduras que ya te gustan. Esta fase no tiene tiempo límite. Avanza a tu ritmo y sé flexible. Si hay una ocasión especial o te apetece un dulce, cómelo sin culpa. Esta flexibilidad es parte del camino.
Con los dados rodando, llegamos a la casilla de la exploración, donde pruebas alimentos nuevos o reinventas los que ya conoces. ¿No te gusta el brócoli hervido? Salteado con ajo queda crujiente. ¿Zanahoria cruda insípida? Al horno con especias. Llena tu tablero de colores: la mitad del plato con verduras y frutas, un cuarto con proteínas (carne magra, legumbres o tofu) y otro cuarto con hidratos (arroz integral, quinoa o patatas). Añade grasas saludables como aguacate, aceite de oliva o frutos secos. ¿Eres de dos platos? Uno grande de verdura y otro más pequeño de proteína e hidratos. Usa esta estructura, conocida como “Plato de Harvard”, como guía. Descubrirás lo sencillo que es crear platos nutritivos.
Mientras avanzas por el tablero, adquieres habilidades esenciales. Una clave es asegurar que tu cuerpo reciba los nutrientes necesarios. Cambia la sal común por sal yodada para cuidar tu tiroides y activa la casilla de la vitamina D. ¿Tu mejor movimiento? Caminar 15-20 minutos al sol para sintetizar la vitamina D de forma natural. Estas pequeñas acciones te ayudan a avanzar sin esfuerzo.
Si estás jugando en el modo vegetariano, hay casillas extra que debes tener en cuenta. Incluye alimentos ricos en omega-3 como semillas de lino, chía o nueces. Combina alimentos con vitamina C (pimiento rojo, vinagreta de limón, naranja de postre) con legumbres para optimizar la absorción del hierro. No pierdas de vista el calcio: opta por bebidas vegetales fortificadas, tofu, almendras o tahini si no consumes lácteos. Y nunca olvides la vitamina B12: un suplemento esencial que cuesta menos de 20 euros al año. Una casilla fácil, pero vital.
Ahora, hablemos de una carta especial que puedes usar desde el primer turno: la flexibilidad. Comer saludable no significa privarte de lo que te gusta ni esperar a “hacerlo perfecto” para disfrutar de una pizza con amigos o un postre en un cumpleaños. El juego se basa en encontrar el equilibrio. ¿Te apetece darte un gusto? Hazlo y sigue con tus comidas como hasta ahora. No tienes que compensarlo ni has retrocedido. En este juego solo se avanza. El objetivo no es ser perfecto, sino construir una relación positiva con la comida.
Y llegamos a la meta final, la última casilla del tablero: te das cuenta de que comer saludable ya no es un esfuerzo, sino parte de tu vida. Has aprendido a estructurar tus platos, experimentar con recetas y escuchar a tu cuerpo. Pero, lo más importante, entiendes que este juego nunca termina: puedes seguir explorando nuevos alimentos, probando recetas creativas y disfrutando de la flexibilidad que te permite vivir plenamente.
Así que, si estás listo, ¡lanza los dados y avanza a tu primera casilla! Por cierto, obtendrás un dado extra si consigues tirar la báscula a la basura.