Queridos lectores de Zarabanda, tras pasar las fiestas navideñas y empezar un nuevo año, en el cual les deseamos toda suerte de parabienes, continuamos con la presentación de diversas especies de nuestra fauna y flora. Este mes hemos elegido a una mariposa nocturna que seguramente hayan visto ustedes alguna vez, ya que es bastante grande y llamativa y no es infrecuente por nuestros municipios.
Se trata de la denominada por los científicos: “Catocala elocata (Esper, 1787)”, una mariposa nocturna relativamente grande, con una envergadura alar de 70 a 80 milímetros, que tiene las alas anteriores con una líbrea que mezcla colores pardos y grises, destacando una banda ancha transversal dispuesta en zigzag característico y las alas posteriores son rojas, con una ancha franja submarginal negra y el borde exterior blanco y otra franja intermedia también ancha y negra. La oruga tiene un color de conjunto blanquecino u ocre, con dibujos ocres oscuros y pardos. El dibujo del cuerpo, en especial el de las alas anteriores, es críptico; tiene tonos pardos y grises que le dan un camuflaje casi perfecto cuando se posa en la corteza de los árboles.
Es una especie de distribución paleártica que aparece en gran parte de Europa y norte de África. Se encuentra en toda la Península Ibérica. Vive en los sotos de los ríos, en los bosques galería con la típica vegetación de ribera que, aparte de chopos y álamos, tienen sauces, fresnos y olmos. Sus larvas se alimentan de las hojas de chopo, álamo blanco y especies próximas como el chopo de Canadá (Populus x canadensis) y también en sauces y alisos. Y aunque no es una especie rara y no existen factores de riesgo para su supervivencia, sus poblaciones están en franca regresión desde hace décadas, posiblemente a causa de los tratamientos con pesticidas.
Como sucede con otras especies, no es infrecuente que esta vistosa mariposa aparezca dentro de nuestros domicilios, ya que puede venir de las zonas de arbolado del bosque galería de un arroyo o río próximo o incluso de algunos grupos de chopos o álamos de cualquier parque cercano. Si fuese el caso, se ruega liberarla sin dañarla, para que pueda continuar su ciclo vital.
José Ignacio López-Colón