“Al fuego hay que tenerle respeto, no miedo”

Spi

Entrevista a Álvaro Tabernero del Servicio de Primera Intervención (SPI) de incendios forestales.

Desde 2009 hay un equipo especializado en Rivamadrid, la empresa pública, preparado para dar una rápida primera intervención ante los conatos de incendio. Este Servicio de Primera Intervención de incendios forestales (SPI) se compone de seis personas que suelen hacer sus rutas en grupos de dos. Uno de ellos, Álvaro Tabernero, vino con 9 años a Rivas y encontró en Rivamadrid una oportunidad de empleo estable. “Siempre buscas cercanía en el trabajo”, dice Álvaro, que cuenta que para él era importante no tener que irse a trabajar fuera y estar en una empresa que trate bien a los trabajadores.

Hace menos de un año, Álvaro Tabernero entró en la bolsa de empleo de Rivamadrid y luego en esta unidad, convirtiéndose en una de las personas que compone nuestra primera línea de defensa contra los incendios. Si una papelera o incluso un contenedor arde, allí están prestos a apagar el conato de incendio antes de que produzca más daños. Su vigilancia previene también que nuestras zonas naturales sigan a salvo.

Es ahora entre junio y septiembre, cuando la mayoría de las personas intentan no trabajar en las horas de máximo calor o incluso agrupan todas sus vacaciones para huir de las altas temperaturas, cuando este equipo tiene la mayor carga de trabajo y la mayor responsabilidad.

-¿Cómo fue el proceso previo a entrar en el equipo? ¿Cómo te planteas que querías trabajar aquí?

-Amigos y familiares me animaron a apuntarme a la bolsa de empleo. Desde fuera, ya veía que se trata bien al trabajador y para mí era importante la cercanía de trabajar en Rivas. Pero incluso teniendo buenas expectativas, la cercanía y el buen rollo en el equipo son mejor aún de lo que esperaba.

-¿Y qué pruebas y formación tuviste que pasar?

-Creo que Rivamadrid es una empresa que da oportunidades a la gente. Hay puestos cualificados, claro, que exigen una titulación, pero en mi caso aunque te piden que acredites los títulos que tengas y demás, fueron ellos los que me dieron la formación necesaria. Y la experiencia previa no era un requisito como ocurre en muchos puestos y empresas, que acaban negando así oportunidades a muchos jóvenes. ”Nadie nace sabiendo”, como suele decirse. ¿Que hay que esforzarse y hacer el curso? Claro, pero yo lo que me echen. Yo aprendo lo que sea.

-¿Y en qué consistía ese curso, esa formación?

-Te explican todo lo que puedes llegar a hacer en materia de prevención de incendios. Tiene una parte más teórica para entender las fases de un incendio y este tipo de cosas, pero sobre todo aprendes cómo actuar en esas situaciones y a familiarizarte con todas las herramientas que vas a tener que emplear.

-¿Cuáles son esas herramientas?

-Por ejemplo, el “poncho forestal”, que es una especie de chubasquero con un material que nos protege del fuego. Junto al casco y los guantes, constituye el equipo de protección que tenemos que llevar siempre listo.

Luego están las herramientas específicas como la batea, que es una herramienta para golpear un fuego pequeño y extinguirlo. Nosotros intervenimos sobre todo en conatos de incendio, a lo mejor un contenedor ardiendo es lo máximo que cubrimos. La importancia que tenemos como equipo de primera intervención es sobre todo la detección temprana que permite avisar a tiempo y convertir lo que podía ser un incendio mayor en un incidente controlable. Si hay un incendio importante, llamamos a la policía, a los bomberos y a nuestro encargado, para que la coordinación entre todos los servicios sea total.

-¿Además de la batea que otras herramientas empleáis?

-Siempre llevamos pala, pico y un hacha. Lo básico para tareas de mantenimiento sea en Rivas o en los pinares o en dónde toque, también damos soporte a otros equipos de mantenimiento cuando hace falta.

Ahora vamos a estrenar un camión nuevo, específico para moverse por terreno forestal y que cuenta con una manguera. Es aún más especializado para nuestra función que el coche todoterreno que veníamos empleando y que se movía bien por los caminos pero no estaba diseñado específicamente para esto.

-¿Qué zonas cubrís en vuestras rutas?

– La zona del arroyo de Los Migueles (356 hectáreas) y el Parque forestal de Mazalmadrit (98 hectáreas) son las zonas más grandes que cubrimos. Hay sitios con más tránsito como el Cerro del Telégrafo o la Senda Botánica, donde son habituales las excursiones. Además, pasamos por la zona urbana de Rivas para dar apoyo si hay que balizar algo peligroso, por ejemplo, como un boquete que arreglamos el otro día en la bajada del Cristo de Rivas que podía ser peligroso para una moto o una bicicleta.

-¿Qué hacéis si veis un fuego?

-En cuanto detectamos una columna de humo llamamos al 112, policía, bomberos y a nuestros responsables. Los bomberos de la estación de Arganda llegan rápido, en 10 minutos, por la carretera de Valencia. No tienen que esperar semáforos ni nada, llegan enseguida. Otras veces también acude a ayudar Protección Civil.

El aviso más importante que he tenido que atender fue un contenedor ardiendo, pero normalmente son conatos más pequeños.

-¿Y esa parte de vigilancia tiene también una parte de prevención?

-Claro, ahora hay un riesgo grande con todo tan seco. Nosotros retiramos cristales y residuos que puedan ser peligrosos y favorecer esos pequeños incendios. Un cristal puede hacer “efecto lupa” o un montón de basura al descomponerse genera calor y gases que facilitan que prenda un fuego. Hay que tener muy claro (y a nosotros nos lo dejaron muy claro en la formación): no somos bomberos, somos la primera intervención.

Cuando hace mucho calor se genera calima, que puede confundir y que pensemos que hay humo y no haya o al revés, tenemos que estar muy pendientes esos días de mayor riesgo.

-¿Da miedo el fuego cuando uno se lo encuentra?

-El fuego siempre es peligroso. Pero yo lo que he aprendido es que hay que tenerle respeto, no miedo. El miedo puede ser paralizante y lo que hay que hacer es analizar con la cabeza fría la situación y ver si es algo pequeño que podemos controlar nosotros o si hay que llamar inmediatamente a emergencias.

-¿Hacéis sensibilización entre la población?

-Cuando hay botellones o festivales solemos estar más pendientes de que no haya hogueras, de que se recogen los cristales, de que no prende ninguna colilla. A la gente joven que tiene menor percepción del riesgo hay que explicarles que se pueden divertir pero con un control.

-Más allá de esos incidentes, hay una parte de los incendios que son provocados. ¿Qué le pasa a alguien por la cabeza para querer provocar un incendio intencionado?

-Yo es algo que nunca podré entender. Puedes hacerte daño a ti mismo o a gente que quieres, si no a gente inocente. Nunca lo entenderé. El fallo humano puede existir, todos fallamos, y por eso tenemos que estar ahí.

-¿Cómo pueden colaborar los ciudadanos?

-Lo primero es que llamen a emergencias si ven alguna situación de este tipo. Y que sean conscientes de cómo el cambio climático está afectando al planeta y en concreto a los incendios. Por eso, es muy importante en su día a día que echen una mano con el reciclaje. Hay que inculcarlo desde que somos pequeños.

Y nosotros no nos ocupamos tanto de los incendios domésticos, pero se producen muchos descuidos en las cocinas como el dejar el fuego encendido.

-¿Cómo influye la existencia de zonas verdes para reducir temperatura y generar sombra?

-Es muy importante mantenerlas y cuidarlas, sobre todo. Ahí tenemos a nuestros jardineros de Rivamadrid, que son una maravilla. La gente tiene que valorar lo que tiene porque, como dice la frase, “nunca se sabe lo que se tiene hasta que se pierde”. Tenemos mucha suerte de tener unas zonas verdes bien cuidadas o de tener mucha sombra en Rivas. Yo cuando voy a trabajar voy andando y tengo sombra todo el rato salvo algún tramo que a lo mejor solo dura dos minutos.

No solemos pensar en cosas como lo que tarda en crecer un árbol y la previsión y cuidado que supone todo lo que se está haciendo.

-En Baleares, Vox ha anunciado la supresión de la Consejería de Medio Ambiente. ¿Cómo ves este avance de fuerzas políticas que niegan, digamos, esta necesidad de proteger el medio ambiente, que niegan sobre todo la gravedad del cambio climático?

-Yo no tengo mucho en común con Vox, pero como digo siempre, lo importante no son los colores o lo que pensemos de unos u otros, sino que nos deberíamos preocupar por el bien común de la gente y del planeta. Y desde ese punto de vista, ahí están los datos, es un error suprimir esa Consejería.

-¿Algo más que quieras añadir sobre Rivas?

-Hemos crecido muchísimo pero Rivas sigue siendo una ciudad muy buena para vivir. No es solo que yo esté a gusto, sino que mucha gente quiere venir a vivir aquí. Lo veo en mis compañeros de trabajo, por ejemplo. Mi compañero que no reside aquí siempre me dice “es que Rivas está muy bien cuidado y tenéis muchas zonas verdes”. Así es.

-Con la pandemia, hubo cierta conciencia de que había “trabajos esenciales” que son muy necesarios para sostener nuestras vidas, pese a que no eran muy valorados. ¿Os sentís un poco así?

Los servicios esenciales son fundamentales: supermercados, farmacias, limpieza… . Ojalá todos pudiéramos teletrabajar por lo bueno que es para la conciliación, pero necesitamos esos servicios. La pandemia fue algo duro para todos. Sí hay que valorar más de lo que lo hacemos esos trabajos esenciales, pero sobre todo la sanidad pública. A las ocho de la tarde salíamos a aplaudir a los profesionales sanitarios porque estuvieron al pie del cañón, los que más.  

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