El tema base del mes, el automóvil, o un poco por extensión, un medio de transporte concreto como lo es el Taxi y el Uber, nos viene de perlas para compararlo con en el mundo de los insectos, pues hay un ejemplo en la naturaleza, el de la “foresis”, que esperamos les resulte curioso y por eso lo hemos elegido para esta ocasión.
La Foresis es una relación esencialmente accidental, no dependiente, que consiste en el transporte de un organismo más pequeño, denominado “foronte”, por otro más grande, el “hospedador”. En definitiva, que la foresia es una relación entre especies donde una transporta a la otra para ayudar en su dispersión. Es una interacción en la que un animal forético se adhiere a un animal huésped con el fin de moverse de un lado a otro. La palabra foresia deriva del griego “Phorein”, que significa «llevar».
En los insectos es relativamente frecuente en ciertos grupos, y en este caso los insectos suelen hacer de “taxistas” (que serían los huéspedes) y los clientes pueden ser otros invertebrados (ácaros o pseudoescorpiones, por ejemplo) o también otros insectos (coleópteros meloidos). Y esto no es nada nuevo, sino una adaptación del reino animal muy antigua, ya que se conocen ejemplos fósiles de foresis de hace 320 millones de años. Para que se hagan ustedes una idea de lo que hablamos, permítanme que les refiera un caso que no es de insectos, sino de peces, porque estamos más acostumbrados a verlos en los documentales de naturaleza que vemos en televisión; éste sería el caso de las rémoras, esos peces alargados que vemos “pegados” a la tripa de los tiburones y van transportados cómodamente sin hacer el más mínimo esfuerzo y sin tener que preocuparse del entorno ¡a ver quién se atreve a meterse con un tiburón!
En biología esta relación es un tipo de comensalismo en que individuos de una especie usan a los de otra especie como medio de transporte. En algunos casos este fenómeno es beneficioso mutualmente, como por ejemplo el de algunos himenópteros que poseen un órgano llamado acarinario para llevar a los ácaros foréticos (se cree que éstos se alimentan de hongos o parásitos de las colmenas). En otros casos, muy frecuentes en el mundo de los invertebrados, el que se beneficia es el foronte, ya que muchos ácaros se transportan en diversos coleópteros necrófagos (Silphidae) o coprófagos (Geotrupidae y Scarabaeidae) y se alimentan de los restos de alimento que se adhieren a ellos. En estos últimos casos más que de taxis deberíamos hablar de autocares, ya que un solo insecto —un “Bubas” o un “Nicrophorus” por ejemplo— puede transportar decenas de ácaros. Por otra parte, hay que adelantar que no es foresis todo lo que parece… La relación entre una pulga y un perro o la de una garrapata y un conejo no lo son, eso se conoce como “parasitismo” y desde luego no beneficia en nada ni al perrillo ni al conejo.
Les deseamos un buen comienzo del otoño y, como de costumbre, les emplazamos, si son ustedes tan amables, a leer la revista que aparecerá el próximo mes. Gracias.