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OPINIÓN

Rivas, una ciudad amiga de los animales

Un ejemplo de ciudadanía para un modelo de ciudad

No ha sido una legislatura fácil. A la crisis sanitaria provocada por la COVID-19 se ha sumado una crisis climática y una crisis energética y económica. No obstante, ponemos fin a cuatro años de mandato en los que, una vez más, la ciudad de Rivas ha vuelto a estar a la altura de las circunstancias. Terminan cuatro años tras los que no solo debemos, sino que también queremos rendir cuentas ante toda la ciudadanía, como ya hicimos el pasado mes en el último Consejo de Ciudad, el máximo órgano participativo del municipio.

Quedan apenas unas semanas para el final de la legislatura y echando la vista atrás podemos ver que muchos de los objetivos que nos pusimos como meta al inicio de la legislatura son ya una realidad, si bien también sabemos que otros continúan pendientes.

A día de hoy, el enlace con la M50 está muy cerca de abrirse. El próximo mes de junio podremos, por fin, utilizar este acceso, con la liberación que ello supone para los más de 20.000 habitantes del barrio de La Luna. Ponemos así fin a un desagravio que se ha alargado durante más de veinte años.

Nuestra principal apuesta, no obstante, han sido, como siempre, los servicios públicos. Más allá de continuar reivindicando a la Comunidad de Madrid que asuma sus competencias y construya nuevos centros educativos, un centro de Salud o una residencia pública para personas mayores, nuestra ciudad cuenta, por ejemplo, con una nueva Escuela Infantil en la red pública municipal para 118 niños y niñas de 0 a 3 años gracias a que este Ayuntamiento no ha rehuido sus responsabilidades.

En materia de protección a nuestra infancia y adolescencia durante su etapa educativa, además, durante estos años hemos puesto en marcha un Plan de Movilidad Escolar Sostenible y Segura, protegiendo los entornos escolares de todos nuestros colegios.

Pero si de algo estamos orgullosas en esta legislatura es del diálogo y la búsqueda de grandes acuerdos, demostrando con el Pacto de Ciudad que el consenso no es una quimera sino un camino que se puede y se debe recorrer. Y cómo no, el proceso Rivas, Párate a Pensar, quizás la actuación de la que más orgullosas nos sentimos por lo que significará para esta ciudad.

Hace dos años convocamos la mayor consulta ciudadana de la ciudad, preguntando a nuestras vecinas y vecinos si debíamos paralizar las licencias urbanísticas residenciales, detener el crecimiento de nuestra ciudad y repensarnos. Y así lo hicimos, paramos para pensar, para diseñar de manera conjunta el modelo de ciudad que queremos para las próximas décadas y que será una realidad gracias a la Agenda Urbana de Rivas.

Pero esto no termina aquí. En muy poco tiempo, nuestra ciudad ha pasado de ser un pueblo pequeño a convertirse en uno de los municipios más dinámicos e innovadores del país, liderando por ejemplo las principales estadísticas de calidad de vida. Y no es una tarea que hayan logrado uno o más equipos de Gobierno; se ha conseguido gracias al esfuerzo colectivo y al trabajo de varias generaciones y de una ciudad que comparten una visión y una misión, la de Rivas.

Por todo ello, gracias. Seguimos.

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