El gobierno hace balance de lo conseguido hacia una Rivas más ecológica.
La Estrategia de Residuos y Sostenibilidad Alimentaria de Rivas acaba de cumplir un año. Un proyecto engarzado con el Plan de Economía Circular ‘Con R de Rivas’, activado a su vez a finales de 2020 y que anteponía los residuos como primer hito a abordar. El balance de los doce primeros meses es alentador, como se recogió en la jornada de presentación de resultados, celebrada el pasado 23 de febrero en el Ayuntamiento con la participación de representantes municipales de otras ciudades e instituciones españolas. La estrategia, impulsada principalmente desde la Concejalía de Transición Ecológica y la empresa municipal Rivamadrid, marca el rumbo para la próxima década hacia una ciudad más ecológica.
El Plan de Economía Circular situó los residuos como primer eje de actuación. Y estableció, durante 2021, un espacio participativo entre los actores claves del municipio. El primer objetivo fue identificar la situación de partida en relación a la gestión municipal de los residuos. En este proceso se involucraron más de 400 personas (ciudadanía, tejido empresarial, organizaciones locales, partidos políticos, entidades especializadas y representantes de otras administraciones municipales y autonómicas). Y de él nació la Estrategia de Residuos y Sostenibilidad Alimentaria.
Este proceso participativo le valió a Rivas el galardón de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) a las Buenas Prácticas a la Gestión en Entidades Locales.
“No es casualidad que Rivas obtenga galardones de esta naturaleza. Son fruto de la constancia, el esfuerzo y el empeño de quienes creen que las políticas públicas deben estar orientadas a mejorar las condiciones de vida de la gente y a proteger nuestros espacios y recursos naturales”, explica Aída Castillejo, alcaldesa de Rivas Vaciamadrid.
BALANCE: QUÉ SE HA CONSEGUIDO
En su primer año, la estrategia ha reforzado la sostenibilidad alimentaria del municipio. Por un lado, con la puesta en valor del Parque Agroecológico del Soto del Grillo, que promueve la agricultura a escala local y la producción ecológica de proximidad. Por otro, se ha ampliado la red de huertos urbanos que se ceden a la ciudadanía, sumando ya cuatro espacios públicos de estas características, en los que 80 personas cultivan la tierra desde la autogestión y con criterios ecológicos.
El fomento de la reutilización y la reparación se ha impulsado a través de la creación de un nuevo mercadillo mensual de intercambio de productos, en el Punto Limpio de la calle de Severo Ochoa. Sin olvidar la organización de talleres de suprarreciclaje (upcycling) y reciclaje textil.
La implantación del quinto contenedor para la recogida selectiva de la fracción orgánica iniciada a través de un proyecto piloto en el barrio Oeste, y que se implantará en el resto del municipio a lo largo de 2023, se suma a la mejora de la red de puntos limpios en la ciudad, añadiendo otro eje a la estrategia. Rivas cuenta, además, ya con 22 minipuntos limpios y seis de proximidad, que acercan y facilitan a la vecindad la posibilidad de reciclar cuando va al colegio, al centro de salud, de compras o en sus desplazamientos al trabajo. Además, existe otro punto limpio móvil, que cada día cambia de ubicación, y los dos fijos.
PAPELERAS Y ASFALTO ECOLÓGICO
Otras iniciativas han sido la instalación de las primeras papeleras segregadas en la vía pública, la renovación de gran parte de los contenedores de residuos sólidos urbanos o las jaulas de cartón comercial para facilitar su recogida a los establecimientos.
También se ha progresado con el programa de actuación dirigido al compostaje doméstico y comunitario, con seis áreas colectivas puestas en marcha desde principios de 2021. En ellas, más de 300 familias depositarán los residuos domésticos que generan en sus casas. Con esa materia se obtiene compost, que sirve para nutrir los suelos de parques y jardines. Esta propuesta se conjuga con un proyecto de empleo verde e inclusivo, al ser la asociación de personas con discapacidad Aspadir quien se encarga del seguimiento, control y mantenimiento de las seis áreas de compostaje.
Con estas actuaciones, Rivas ha conseguido reducir en un 5,5% las toneladas de residuos mezclados destinados a eliminación (contenedor de orgánica y resto) respecto al año anterior: se incrementa así de manera significativa el resto de los residuos recogidos de manera separada, que pueden ser recuperados y destinados al reciclaje. ¿Consecuencia? Un menor coste en la gestión de los residuos y una mejora para el medio ambiente. Y este año también se ha empleado, por primera vez, asfalto ecológico, obtenido con los residuos domésticos de 2.000 ripenses, en la pavimentación de calles.
“Con la presentación de esta estrategia sentamos las bases institucionales para reducir la emisión de gases de efecto invernadero, apostar por la sostenibilidad como eje transversal de nuestras políticas públicas y apoyar la transición hacia una economía circular global en el municipio para 2030”, señala Vanesa Millán, concejala de Transición Ecológica.