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Sesión de evaluación

SesiónEvaluación (1)

El próximo día 28 de mayo estamos llamados a las urnas para elegir un nuevo gobierno de la Comunidad. Aunque, algunos medios de comunicación parece que buscan generar un ambiente de ruido y crispación tratando de distraernos con palabras y mensajes que desvíen nuestra atención, tenemos que encontrar momentos de pausa, para pensar y reflexionar sobre las cuestiones que verdaderamente nos importan porque nos van a afectar a lo largo de los próximos años.

No tenemos que esperar al inicio de la campaña electoral para ver qué nos plantean y qué piensan hacer con nuestros votos. A lo largo de estos años hemos visto la manera de gobernar y cómo nos están afectando las decisiones políticas. En estas elecciones, lo que está en juego es la manera de gestionar lo público. Se trata de elegir entre el individualismo y lo colectivo. Entre que cada persona viva como pueda en función de sus recursos y economía, o de avanzar en un marco social que garantice un mínimo de recursos para todas las personas que aquí vivimos.

A lo largo de estos años, desde la Comunidad de Madrid se han tomado muchas decisiones y se ha ido legislando con la idea clara de anteponer los derechos de una parte de la sociedad por encima de los de la otra. Y, por hablar desde el espacio educativo que contemplamos en estos artículos, nuestra valoración es que no hemos avanzado, sino que hemos retrocedido. Para no extendernos nos limitamos a señalar solo dos aspectos que nos parecen muy significativos y que atentan contra nuestra idea de convivencia e inclusión: el trato personal y el enfoque del reparto de los presupuestos.

A lo largo de estos años hemos defendido un modelo de relaciones personales basado en el respeto, en la escucha y en el diálogo como pasos necesarios para llegar a consensos que permitan convivir anteponiendo el buen trato y el bien común. En cambio, desde nuestra Comunidad hemos visto múltiples ejemplos en los que la manera de hablar y de dirigirse a las personas que no son de su entorno o piensan diferente, ha negado ese modelo que tratamos de vivenciar en nuestras aulas. En casi todas las ocasiones, se ha buscado el enfrentamiento, mediante el desprecio y la falta de consideración hacia los que no piensan lo mismo. Ha faltado respeto y sensibilidad. No se han tenido en cuenta las diferencias y se ha negado el derecho a participar de los otros. Ese modelo aplicado en el aula supone la expulsión de los que no son de nuestra condición y conlleva la negación de la convivencia democrática.

En cuanto a la gestión económica se ha seguido una línea de limitar, o reducir, los recursos destinados a los servicios públicos y de incrementar los conciertos y ayudas que acaban favoreciendo a entidades privadas o concertadas. Desde la cesión de suelo, aumento de subvenciones, becas para familias de alta renta, cierres y recortes de centros, obras interminables, limitaciones de personal… Con el discurso de libertad de elección de centro, o de médico, del mérito y la excelencia, se ha venido justificando y reforzando un sistema educativo que va dejando la educación pública en desventaja, hasta el punto de que cada vez más familias se decantan por no escolarizar en ella a sus criaturas al considerar que no reúne las mismas condiciones y garantías.

Es el mismo enfoque que estamos viviendo en la Sanidad. Deteriorar el sistema público y que el que quiera no depender de él que se “busque la vida” y pague. Y los que no puedan, que se “esfuercen” para encontrar recursos que se lo permita.

Colectivo EQS – Miembros del Movimiento Cooperativo de Escuela Popular (http://www.mcep.es)

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