HUMOR | Artículo satírico de The Rivas Tribune para la Revista Zarabanda de octubre de 2025.
El municipio madrileño, símbolo de sostenibilidad y modernidad, atraviesa una crisis silenciosa: la salud mental de sus vecinos. Transporte colapsado, aulas saturadas, listas de espera interminables y un repunte de la inseguridad han convertido la utopía en un experimento social con efectos secundarios.
El transporte público sigue siendo el epicentro del malestar. Las obras en la Línea 6 y las averías en la 10 han añadido un encanto especial a los usuarios del antiguo tren de Arganda transformado en Metro, que algunos definen como un “escape room” sin salida. Los usuarios describen los vagones como “latas de sardinas con calefacción emocional”, mientras psicólogos locales alertan del aumento de casos de ansiedad, bautizando el fenómeno como “síndrome del andén eterno”. Desde la Comunidad, la respuesta es clara: “Paciencia, que la resiliencia también es salud”.
En educación, el regreso a las aulas ha sido un ejercicio de resistencia. Más de 11.000 alumnos han iniciado el curso en centros saturados, donde conseguir plaza en Secundaria se parece cada vez más a ganar la lotería. Pero no todo es falta de espacio: las altas temperaturas han convertido algunas aulas en saunas pedagógicas, con termómetros que rozan los 30 grados en septiembre. Padres denuncian que los niños aprenden a dividir mientras practican técnicas de supervivencia en el desierto. A esto se suma la falta de limpieza en varios centros, donde los pasillos parecen escenarios de una película postapocalíptica. El Ayuntamiento exige soluciones urgentes, pero la Comunidad promete nuevas infraestructuras “para 2027, si se portan bien”.
La sanidad tampoco ofrece alivio. Con tres centros de salud para 90.000 habitantes y un hospital que parece un túnel del tiempo, conseguir cita médica se ha convertido en deporte extremo. El cuarto centro prometido llegará, según fuentes oficiales, “cuando los astros se alineen”, es decir, en 2026. Mientras tanto, las listas de espera para pruebas diagnósticas superan los dos años, lo que ha llevado a algunos vecinos a plantearse estudiar medicina por YouTube.
En movilidad, la apuesta por carriles bici y Zonas de Bajas Emisiones ha generado un nuevo concepto: el atasco sostenible. Las distintas Plataformas Unipersonales por la Inmovilidad denuncian que las ambulancias tardan más en llegar que la tan esperada Comisaría de Policía Nacional, mientras el consistorio defiende la medida como “avance ecológico”. El estrés al volante, según expertos, ya supera al provocado por las reuniones de Zoom.
La seguridad ciudadana añade otro ingrediente al cóctel. Los robos con fuerza han aumentado un 95 % en lo que va de año. El Ayuntamiento anuncia medidas como órdenes de alejamiento para reincidentes, aunque los vecinos aseguran que los ladrones disfrutan de más libertad de movimiento que los coches en la ZBE.
Y, para rematar, la Navidad promete ser un festival de austeridad. Mientras Torrejón de Ardoz se consolida como la capital española de las luces, Rivas optará por una decoración “minimalista”, que algunos interpretan como “modo linterna del móvil”. Comerciantes temen que la falta de brillo se traduzca en ventas apagadas, mientras los vecinos ya planean peregrinaciones masivas a Torrejón para hacerse selfies con luces de verdad.
En este contexto, la demanda de atención psicológica se dispara. Expertos advierten que, si no se corrigen los desequilibrios en infraestructuras y servicios, Rivas podría convertirse en el primer municipio con estrés como seña de identidad. Hasta entonces, la receta parece clara: paciencia, humor y, para los más optimistas, un abono transporte… y un terapeuta de cabecera.








