El 4 de diciembre fueron aprobados inicialmente los presupuestos de Rivas Vaciamadrid para el ejercicio 2020 con los votos a favor del gobierno municipal y del concejal No adscrito, antes de Vox. El resto del Pleno se abstuvo con el voto en contra de la edil de Vox.
El gobierno municipal los define como «participados por la ciudadanía», pero está muy lejos de ser así. Los grupos municipales, como es lógico, conocían el contenido del presupuesto, y fueron entregados a algunas entidades, aunque con la documentación incompleta y errores, sin memoria explicativa y sin posibilidad de aportar propuestas. Rivas Puede ha denunciado ante el ayuntamiento la falta de transparencia en su tramitación sin respuesta alguna.
Afirma el gobierno que estas cuentas refuerzan los servicios públicos, el cuidado de familias vulnerables, la rehabilitación y construcción de nuevos espacios. Sin embargo, se confirman los peores pronósticos en inversión social después que en el reciente informe elaborado por la Asociación de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales con datos del Ministerio de Hacienda correspondientes a 2018, se calificara al municipio de Rivas como precario en lo referente a gasto social. Cabe destacar que no existen ayudas directas (a excepción del IBI) a colectivos vulnerables como mayores, jóvenes o familias en situación complicada y que no se han introducido mejoras para salir de este triste ranking.
Sigue ausente del presupuesto la inversión tan necesaria en construcción y en alquiler de vivienda pública, más allá de la que existe en régimen de alquiler a precios elevados y poco sociales, aunque lo más grave es que peligra el patrimonio de todos los ripenses con la previsión de ingresos de 10.000.000 de euros por la venta de suelo municipal a promotoras privadas, lo que significa eliminar políticas que apuesten en el futuro por la construcción y alquiler de vivienda pública a precio asequible. Según el gobierno municipal la venta del suelo público garantiza inversiones, pero ¿cuándo fue la última vez que se construyó un edificio o infraestructura municipal? ¿Se refiere el gobierno al polideportivo de gestión privada construido por una empresa de capital riesgo? ¿A seguir parcheando con asfalto las calles de Rivas? ¿A invertir en el soterramiento del Metro cuya construcción excede las competencias municipales? ¿Qué va a pasar cuando no quede suelo municipal?
Estos presupuestos no invierten en urbanismo sostenible, obvian la emergencia climática y ahondan en el déficit y en la carencia de inversiones en movilidad, donde el presupuesto es ínfimo con partidas que no superan el 2% del mismo, y carece de un plan estratégico para abordar estas cuestiones.
Nos preocupa el impacto de las enormes transferencias a Rivamadrid, que aumentan año tras año; el vacío presupuestario de algunas concejalías que contrasta con la elevada asignación destinada a cargos de confianza que asciende a millón y medio de euros, además del gasto en prensa y comunicación que supera el millón de euros; y la distribución del dinero público a determinadas asociaciones ¿Cuál es el criterio de esta asignación? Rivas Puede ha pedido explicaciones que hasta el momento no ha recibido.
Lamentamos la ausencia de un debate profundo en el Pleno. Más allá de retoques y de mejoras propuestas por algunos grupos políticos, no se modifica un presupuesto dependiente de un crecimiento urbanístico desmesurado y de un IBI de los más elevados de la Comunidad de Madrid.
Con la aprobación de estos presupuestos queda Rivas Vaciamadrid en manos de un gobierno en minoría que gestiona con políticas que dilapidan el patrimonio municipal mientras los problemas de movilidad, vivienda y asuntos sociales se agravan por la falta de inversiones y se hipoteca el patrimonio de los ripenses para las siguientes generaciones.
Rivas Puede