Dijimos en el artículo anterior que la estrella Polaris ha servido para conocer el Norte a la humanidad viajera, pero también a los estudiosos del cielo, ya que por su situación en el centro del eje terrestre, la altura de la Polaris, marca la Latitud del lugar desde donde se observa.
Para empezar, observad un telescopio con montura ecuatorial, que es el más práctico para estos menesteres. Empecemos con recordar algo sobre los sistemas de medidas de arcos celestes. Siendo el circulo amarillo el objeto a observar, las medidas más necesarias son: Ascensión Recta (AR): arco que va desde el Punto Aries, punto en que la eclíptica (amarillo) se cruza con el ecuador celeste (azul), al punto en el que el meridiano del objeto cruza al ecuador. En la figura, el arco color rojo-azul. Va desde 0 (cero) a 24h.
Declinación (DEC): arco que, siguiendo el meridiano del objeto va desde el mismo hasta el ecuador celeste (arco rojo). Es la altura del objeto y va desde 0 a 90º, ya que con en el polo norte forma un ángulo recto con el eje terrestre.
Pues bien, con estas dos magnitudes: AR y DEC, se fija la situación de un objeto. Un telescopio consta fundamentalmente de dos ejes: el eje de AR (llamado también eje polar) y el eje de DEC.
El eje polar se alinea con el eje de la Tierra de la siguiente manera:
Alineación del Buscador: el Buscador es un pequeño telescopio de muy pocos aumentos que se sitúa paralelo al tubo principal y que tiene una retícula en su interior. Con esta retícula centraremos primero cualquier objeto, de día o de noche con el fin de que, lo que veamos por el tubo principal esté en el centro de la retícula.
Una vez centrado el objeto apretaremos todos los “frenos” del Buscador para que quede fijo. Con los frenos del telescopio sueltos buscamos el Norte con una brújula con el fin de que el eje polar mire en esa dirección. Buscaremos de noche la estrella Polar con el Buscador, cosa que nos será muy difícil al tener pocos aumentos. Ahora que ya tenemos la polar dentro del buscador tenemos que afinar más si queremos utilizar el telescopio para realizar fotografías, pero yo os confieso que he realizado seguimiento fotográfico (minutos) con sólo este método y no he obtenido imágenes “corridas”. Los buenos buscadores de la Polar tienen un circulo donde deberá estar la estrella y dentro de este una cruz que indica donde se debe colocar el polo norte celeste. La estrella Polar se encuentra a 89,15º de DEC y 2h 31’ de AR. Una alineación aproximada de nuestra montura será más que suficiente para una observación visual. Una vez terminado este ajuste hay que apretar los frenos del eje polar y del horizontal de la base.
Localizado un objeto con el telescopio, vemos que las coordenadas que marcan los ejes concuerdan con las coordenadas del objeto en el mapa estelar, si lo llevamos. La coordenada de declinación no cambia y coincide con la del mapa estelar. La coordenada de ascensión recta, por el contrario, varía con el movimiento rotacional de la Tierra. Como la Tierra se encuentra en un movimiento rotacional constante, basta con contrarrestar este movimiento manipulando el eje de ascensión recta para situar cualquier estrella en el campo visual. El eje de declinación no es necesario moverlo.
Todo esto resulta más sencillo si se dispone de un motor de seguimiento. En estos casos no es necesario contrarrestar la rotación de la Tierra constantemente, ya que el motor lo hace automáticamente. De todas maneras, estas monturas suelen incluir mandos de control para realizar correcciones “finas” o cambios, manualmente.
Si alguien se pregunta ¿Por qué hay que hacer todo esto?, la respuesta en el artículo anterior: “la Tierra gira alrededor de su eje a la tremenda velocidad de 1.674,40 km/h”. Si no ajustamos al menos el eje polar, cualquier objeto se “escapará” del ocular del telescopio y no haremos más que mover inútilmente los controles manuales del mismo, tratando de enfocarlo.
No os podéis imaginar la emoción de observar y fotografiar al planeta Saturno “suspendido” en el espacio y con esa profunda sensación de relieve al observar el conjunto de anillos… si… ¡!Miráis al Cielo”.
- Manuel Manero