La palabra “Gobernar” proviene del griego y significaba “pilotar una nave”. Cada uno de nosotros, como servidores públicos, deberíamos cumplir una misión para lograr llegar a buen puerto, que se traduce en trabajar por nuestra ciudad desde nuestras diferentes posiciones ideológicas con el único objetivo de mejorar la vida de nuestros vecinos y vecinas.
Por eso, el enfrentamiento es el último recurso. Negociar es convivir y ceder algo debe servir para conseguir otra cosa. Gestionar el poder a través de determinadas ideas siempre es un reto que no debe caer en el recurso fácil de la sobreactuación desvirtuando la política, algo que el PP en Rivas ha utilizado como estrategia al más puro “estilo trumpista”.
Por este motivo, es importante poner en el centro del debate la gestión concreta, las propuestas bien articuladas y la exigencia de un buen gobierno y una oposición que no ha de confundirse con “estoy a favor de todo lo que esté en contra”.
Durante estos cuatro años de legislatura hemos llevado a cabo proyectos muy necesarios para nuestra ciudad y que necesitábamos desarrollar de forma urgente: el proyecto del enlace de la M50, la puesta en marcha de una solución real del Pacto de la Cañada, la mejora de la accesibilidad en los entornos de nuestros colegios, la finalización del VI Plan de Vivienda y el comienzo de 83 nuevas viviendas en régimen de alquiler, la compra directa de energía para el 100% de los edificios municipales avanzando hacia una comunidad energética global, el tránsito hacia una ciudad más sostenible con todas las acciones derivadas de nuestro Plan de Economía Circular y por supuesto la apuesta por nuestro Plan de Infraestructura Verde para continuar siendo una de las 120 ciudades que mejor cuida su arbolado en el mundo, según la ONU.
Conseguimos combatir el Covid a través de unos servicios públicos fuertes como nuestra principal seña de identidad, un Pacto de ciudad que ha conseguido reactivar nuestro municipio y una empresa pública como Rivamadrid que siempre está cuando se la necesita.
Sin olvidar que vamos a seguir al frente, junto a nuestra ciudadanía, en la lucha por conseguir lo que merecemos: nuestro cuarto centro de salud y que nuestros niños y niñas no estudien en barracones, sino en condiciones dignas.
Y por supuesto, ya está en marcha el Rivas de la próxima década, un Rivas que hemos definido juntos a nuestros vecinos y vecinas a través de un proceso participativo y que ya se empieza a materializar renaturalizando zonas de nuestra ciudad, con nuevas zonas de encuentro ciudadano, más saludable y más amigable para las personas, tal y como se han recogido en la Agenda Urbana.
Tenemos claro que nuestra forma de hacer política es buscar el consenso y el acuerdo, frente a la política del enfrentamiento y la crispación. Es el tiempo de una sensibilidad vital y política en el que se origina un cambio de paradigma: de la competición a la colaboración; de la imposición a los cuidados como forma de vida; del yo al nosotras; del expolio neoliberal de lo público a una sociedad que lucha y refuerza lo colectivo.
Es el tiempo de un proyecto capaz de conciliar y sumar fuerzas, convocante e ilusionante. Un proyecto que irradia todos los niveles de gobierno, desde lo estatal hasta lo municipal, pasando por lo autonómico. Con la importancia de dialogar, compartir y tejer alianzas situando a las personas en el centro de unas políticas progresistas que avancen en derechos, en igualdad y en un horizonte verde: escuchando y proponiendo, caminando y progresando.
Y ese, humildemente, es el camino que desde Podemos vamos a seguir fortaleciendo en Rivas, con políticas que pongan la gestión en el centro. Frente a la política del ruido y la crispación, una política cercana, que aprende y cuida, que colabora y participa, orgullosa de sus raíces, que sigue construyendo barrio con todas las personas que queremos una ciudad acogedora y viva, orgullosa de su pasado y orgullosa de mirar hacia el futuro.