Nos han dejado solos

La crisis del covid19 ha permitido descubrir en manos de quienes estamos. Por si alguien no lo hubiera visto aún. La Administración Sanitaria carente de planificación, hace aguas por todas las partes. Y de nuevo los paganos son los trabajadores de la sanidad y la población. Queremos denunciar:

1.-Absoluta falta de previsión en la compra de sistemas de protección (epis, mascarillas, batas, calzas, gafas, pantallas faciales…) ante un virus que se podría transmitir por vía aérea1. Incluso los servicios de cuidados críticos se están encontrado en muchas ocasiones sin material. Y el existente, es de inferior calidad al de muchos países.

2- Modificaciones continuas, incluso en un mismo día, de las recomendaciones en materia de prevención y de los protocolos de actuación, lo que hace prácticamente imposible seguirlos.

3.- Caos en la salud laboral: citas eternas para conseguir que se nos hagan los test a los trabajadores sospechosos o incluso con síntomas. Los equipos volantes para la realización de pruebas están absolutamente desbordados. Sus teléfonos no contestan y los buzones están llenos. Criterios cambiantes para solicitarlas y lentitud en avisar con los resultados, lo que implica que nos reincorporemos más tarde al trabajo si somos negativos.

4.- Intereses economicistas por encima de la situación de emergencia. En diferentes hospitales de Madrid los gerentes han dado más importancia a mantener la «normalidad estética» en la asistencia sanitaria. Más preocupados en no afectar a las listas de espera quirúrgicas o de consultas, que a prepararse para la debacle que se avecinaba. Parece que lo importante para los gestores es lograr sus «objetivos», y sus jugosos incentivos a fin de año. Los gestores y mandos intermedios han conformado en estos años una estructura sobredimensionada y absolutamente ineficaz, mientras las plantillas han sido reducidas drásticamente. ¡¡Moved el culo, dejad los despachos y dad ejemplo, poneos en primera línea para echar una mano!!. Incongruencia rayando en la chapuza más burda al utilizar hoteles, que nos pasarán luego la factura, es decir, más negocio para la privada, mientras existen plantas enteras cerradas en hospitales.

5.- Escaso número de camas de UCI y de hospitalización, fruto del proceso de privatización y recortes ejecutado a partir de 2005, mediante la Ley 15/97 (aprobada por PSOE, PP, CiU, PNV y CC). Así como la inexistente planificación sanitaria, lo que explica la elevada mortalidad de España, especialmente en Madrid, en contraste con la baja mortalidad de países como Alemania. Este es el único país europeo que cumple con las recomendaciones de la O.M.S., de no tener menos de 800 camas cada 100.000 habitantes4. Madrid dispondría de 277,09 camas por cada 100.000 habitantes5. En lo que respecta a cuidados intensivos, España tiene 9,7 camas de hospital por 100.000 habitantes, frente a 29,2 de Alemania.

Salas de urgencias en las que no es posible la separación entre pacientes sospechosos y pacientes con otras patologías, falta de respiradores, supresión de cirugías absolutamente necesarias, etc.

6.- ¿Cómo es posible abandonar a quienes más riesgo tienen?. Los más vulnerables, como es el caso de las residencias de ancianos, están abandonadas a su suerte, lo que raya en la negligencia más absoluta. A estas alturas, aun no se han intervenido por el Ministerio de Sanidad las residencias de ancianos.

Como reflexión final, como trabajadores y trabajadoras, así como usuarios de la sanidad, entendemos que somos parte del engranaje de una máquina que funcionará hasta la destrucción de todo lo que conocemos. Si no salimos de esta, » hay gente de sobra » para sustituirnos. Además de una «nueva oportunidad para nuevos negocios”. Si salimos fabricando vacunas, antivirales, nuevos métodos de control social (como los controles masivos telemáticos de geolocalización en China), pues tanto mejor. Les damos igual, somos parte de la maquinaria prescindible del sistema.

Y lo peor es que estamos obligados a ser inconsecuentes y salvar la maquinaria si queremos seguir vivos. Señores políticos, gestores sanitarios, sindicatos oficiales, inspección de trabajo……las medidas cosméticas no sirven. Los aplausos solo son ruido, solo sirven para distraer la atención de los gravísimos problemas que tiene el sistema sanitario en este momento. Nos habéis dejado solos. A los trabajadores sanitarios y a los más vulnerables: personas mayores, “sin papeles”, internos de psiquiátricos, presos, CIEs….y lo que es peor, sin medios para atenderlos, porque vuestros intereses son otros.

CAS (info@casmadrid.org) 19 de marzo de 2020

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