Durante el mes de diciembre de 2024 y estos primeros días de 2025, se han sucedido una serie de hechos y declaraciones sin precedentes en las últimas décadas y, con toda seguridad, la mayoría relacionadas entre sí:
- El 1 de octubre de 2024, Israel ya estaba bombardeando gran parte de Líbano, poco después cerró las fronteras con Jordania. El paso siguiente fue bombardear Siria, con clara intención de desviar la atención de la masacre contra el pueblo palestino en Gaza y también en Cisjordania.
- Mientras todos los ojos estaban puestos en la ofensiva israelí sobre Palestina y la guerra emprendida por Israel en el Líbano y el sur de Siria, contra todo pronóstico por la aparente incapacidad de unirse, una serie de facciones restos del Dáesh, Isis, Al Qaeda, rebeldes kurdos y rebeldes sirios…, de los que nada se había vuelto a saber desde el fin de la Primavera Árabe, reaparecen constituyéndose en la coalición Hayat Tahrir al Sham HTS, y llevan a cabo una operación relámpago que en menos de dos semanas ha acabado con el régimen de la dinastía Al Asad después de más de 50 años en el poder.
- Derrocado Al Asad, Turquía ha tomado posiciones en el norte de Siria y lo mismo ha hecho Israel en el sur. EEUU ha confirmado sus relaciones con el nuevo régimen, que ya mantenía desde meses atrás.
- Coincidiendo en el tiempo, los sionistas de Israel han hecho declaraciones y empezado a publicar mapas históricos de todo el territorio que abarcaba el ‘Reino histórico de Israel y Judá’ (según ‘las Escrituras’, Abraham de quienes son descendientes los hebreos, hizo un pacto con Dios, que estableció la conexión entre estos y la tierra de Canaán, más tarde conocida como Israel). Este territorio abarcaría todo Palestina, el territorio del antiguo Emirato de Transjordania y la Península del Sinaí, incluyendo Líbano, Jordania, parte de Siria, de Irak y de Egipto.
- Giorgia Meloni, presidenta de Italia, visita a Trump en su residencia privada y se pone a su servicio como enclave en la Unión Europea. Firmarán, cuando sea Presidente, un tratado especial entre los dos países.
- En sus declaraciones, el nuevo presidente de EEUU, Donald Trump, acaba de amenazar a Hamás y a los palestinos, de que ‘convertirá toda esta tierra de Oriente Medio en un infierno’, presionando a los países árabes para que intervengan.
- También Trump, quien no descarta la posibilidad de una intervención en México, ha reclamado la soberanía del Canal de Panamá, así como la anexión de Canadá como un estado más de EEUU y la propiedad de Groenlandia (actualmente territorio de Dinamarca, parte de Europa), a lo que curiosamente, la Unión Europea no ha reaccionado frontalmente. ‘Y para conseguirlo, no descarta el uso del ejército…’, ha dicho.
- Trump asegura que, cuando se nombrado Presidente, en 24 horas acabará con la guerra entre Rusia y Ucrania. Ya no es rentable para EEUU.
- Justin Trudeau, primer ministro de Canadá, que ya tenía algunos problemas con la oposición, acaba de anunciar su dimisión (al frente del país y de su partido político).
- Mark Zuckerberg, dueño de ‘Meta’ (propietaria de Facebook, Instagram y Whatsapp), elimina los controles reguladores demandados por multitud de expertos y Estados que permiten poner freno a bulos, desinformación y discursos de odio. Aliándose a la doctrina de Trump y siguiendo la senda de Elon Musk, dueño de ‘X’ (antes Twiter).
- Trump exige a los países de la OTAN que hagan una inversión en armamento del 5% de su PIB (por supuesto comprado a EEUU).
- El primer ministro de Alemania Olaf Scholz, incapaz de articular un gobierno de coalición (fracasada la consulta de confianza), convoca nuevas elecciones, con alto riesgo de que la extrema derecha se haga con el futuro gobierno del país.
- Elon Musk, lanza una campaña publicitaria en favor de la extrema derecha alemana. También en apoyo de la extrema derecha francesa, ante un gobierno fallido y débil de Macrón.
- Elon Musk, desata otra campaña de desprestigio contra el ‘Laborista’ primer ministro del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, Keir Starmer, pretendiendo su dimisión.
Todo esto ocurriendo de manera simultánea, no puede ser casualidad, tiene que tratarse de una estrategia urdida por el nuevo ejecutivo americano, por Donald Trump y su equipo de ultraderechistas y negacionistas de todo…, usando sus influencias, argumentos de presión y/o amenazas.

El nuevo Presidente de EEUU (delincuente juzgado y condenado por 34 delitos), llega como ‘elefante en cacharrería’, viene para vengarse de todos y por todos los agravios que considera (hipócritamente) cometidos contra él. Ni siquiera ha sido nombrado oficialmente Presidente, y ya está proponiendo cambios a su antojo, amenazando a terceros países desde un extremo al otro del planeta y expresando enorme desprecio por los que ya figuraban en su lista negra y por otros nuevos, hasta ahora solo ha conciliado con Giorgia Meloni, Primera Ministra italiana y de extrema derecha. Ha amenazado a Méjico con devolverles todos los inmigrantes y les ha acusado de estar inundando EEUU de fentanilo y otras drogas. Quiere cambiar el nombre del Golfo de Méjico, por ‘Golfo de América’, según él ‘suena hermoso’. Pretende hacerse con el control del Canal de Panamá, en base a una cláusula que figura en el «Acuerdo de Devolución» del 31 de diciembre de 1999. Exige a Canadá que se integre como estado 51 en EEUU y reclama como propio todo el territorio de Groenlandia. Y de no aceptarlo, los países afectados y la comunidad internacional, no descarta ejecutar las cinco acciones por la fuerza. Expresa su desprecio sempiterno por Europa y plantea que todos los países inviertan el 5% de su PIB, como mínimo, en armamento suministrado por EEUU, o desmantelará la OTAN.
La capacidad productiva de EEUU es insuficiente para cubrir las necesidades de los americanos. La economía de este país se sostiene gracias a la industria armamentística. Y la ‘operación Ucrania’ ha servido para quedarse con todo el suministro necesario para atender las necesidades de Europa de petróleo, gas y cereales. Además de evitar cualquier tipo de acuerdo societario de Europa con Rusia. El miedo de EEUU ha sido siempre, los acuerdos para el trasvase de tecnología entre Alemania y Rusia y resto de Europa por añadido.
Aunque el principal negocio de EEUU es el dólar. La mayoría de las transacciones comerciales en todo el mundo, se hacen en dólares y cada una de ellas deja un beneficio a las arcas del país emisor. Trump está amenazando a países europeos y otros en todo el mundo, con restringir sus exportaciones o incrementar los aranceles, si dejan de usar su moneda. Ya hubo un primer conflicto con China cuando intentaron introducir el ‘yuan’ como moneda de pago internacional. El siguiente fue con Europa, cuando el ‘euro’ empezó a jugar también ese papel.
La guerra de Ucrania ya está amortizada, por eso el objetivo ahora es buscar un acuerdo de paz, aún cediendo lo que haya que ceder, que no es ni más ni menos que las zonas de acepción rusófona, o sea las zonas ocupadas por Rusia desde el principio: la guerra podría haberse evitado, pero no interesaba porque EEUU tenía pendiente su propio y lucrativo negocio. Últimamente ha repetido en varias ocasiones que la guerra la acabará en menos de 24 horas. Y es que, una vez que acabe, llegará la reconstrucción, de la que también se harán cargo ellos, aunque quien la pague sea la Unión Europea.
Trump ha afirmado, una y otra vez, que su prioridad es al interior de EEUU, un país empobrecido (37,9 millones de pobres, un 11,6% de la población), con unas desigualdades extremas y moralmente destruido (unas 110.000 personas murieron por sobredosis en 2023, más de 300 personas diariamente). Pero sus pretensiones reales van mucho más allá, el nuevo Presidente se ha rodeado de magnates de éxito en los negocios, cuya intención es continuar aumentando sus beneficios; su propio pueblo americano o el resto del mundo no les importa nada, solo son útiles en la medida en que sean necesarios para asegurar e incrementar sus dividendos.
Trump dice que necesita el control de Groenlandia y del Canal de Panamá, como medida de seguridad ante las supuestas amenazas de China y Rusia. Las verdaderas razones son: el control total de los barcos que cruzan de un océano a otro a través del Canal (serían ellos quienes permitirán o no hacerlo a unos u otros), así como impedir el paso de inmigrantes procedentes de Suramérica. En el caso de Canadá y Groenlandia, tampoco es real ‘la amenaza’, lo único que quiere el nuevo Presidente es, apropiarse de los enormes recursos de Canadá y de los yacimientos energéticos de Groenlandia: petróleo, gas y sobre todo las llamadas ‘tierras raras’ necesarias para el desarrollo de las nuevas tecnologías. No descartemos tampoco sus enormes reservas de agua potable, que en poco tiempo serán también objeto de disputa.
En cuanto a Oriente Medio, EEUU necesita controlar la zona en su totalidad: el subsuelo guarda las mayores reservas de petróleo y gas que existen en el mundo (no todas exploradas); en superficie transcurren los oleoductos de distribución procedentes de Los Emiratos Árabes, Kubait,; del Canal de Suez, una ruta por la que navegan los petroleros y gran parte de las mercancías procedentes de china y otros países asiáticos, y de interés para países limítrofes y otros, así como impedir el paso de los buques iraníes cargados de petróleo.
El tema de Europa, para Trump hoy es ‘un problema menor’. Es un continente completamente dependiente de lo que EEUU quiera o autorice suministrar. Así se ha consolidado con la guerra de Ucrania: los flujos de gas y petróleo procedentes de Rusia fueron interrumpidos con las voladuras de todos los oleoductos, y los cereales que Ucrania producía para el conjunto del continente, ya no puede hacerlo. El proveedor casi exclusivo es EEUU.
Falta muy poco para que Trump prohíba a los países europeos comprar cualquier producto procedente de China, un ejemplo son los coches, bajo la amenaza de incrementar de manera desorbitada los aranceles de las exportaciones europeas a EEUU. Y, con todo, Trump necesita tener más controlados aún a todos los países europeos, por eso negocia individualmente con Italia (Meloni), y su ‘ministro sin cartera’ Elon Musk, se encarga de aupar a los grupos ultras afines para conseguir el poder, en aquellos países europeos donde aún no lo están, como en Alemania apoyando a la ultraderecha (AfD): “sólo AfD puede salvar a Alemania”, anunció. Luego, pasó a ocuparse del Reino Unido, al que llamó “Estado policial”, y comparó al Primer Ministro Starmer con Stalin, declarando su apoyo a la ultraderechista Reform UK, el partido de Nigel Farage.
Lo mismo en Francia, expresando preferencia por Marine Le Pen del partido ultraderechista Frente Nacional (FN). Y el tema es que, cuando Elon Musk habla, cada mentira que difunde, cada consigna que transmite…, es escuchada en todo el mundo por más de 360 millones de seguidores en ‘X’ (anterior Twiter) y unos 260 se conectan diariamente. Muchas de ellas son del tipo de ‘Europa está condenada a una guerra civil en el futuro por su tolerancia hacia la inmigración, la caída demográfica o la pérdida de lo que él considera que son los valores occidentales’. Lo que realmente quieren es sembrar el caos y que sus partidos favoritos sean capaces de aprovecharse de ese caos. EEUU no quiere una Europa unida, justo lo contrario ‘cuanto más desunida, más fácil de manejar’.
Al sur de la Península Ibérica, también controlan el oleoducto argelino que pasa por Marruecos, otro aliado de EEUU, en su camino hacia Italia, país que recibirá el gas y el petróleo, y que distribuirán solo a los que sean amigos…
Y queda Latinoamérica, donde Trump tiene un ‘hueso duro de roer’ que es Brasil, pero ya controla Argentina con Milei y ahora va a por Venezuela, otro gran arsenal de petróleo y gas.
Por tanto, si todo les sale tal y como está diseñado, EEUU con Trump como Presidente y Elon Musk ‘punta de lanza’, persona sin ningún escrúpulo y ambiciosa en grado superlativo, tienen controlado gran parte del mundo, y su país (cada vez más grande y con más recursos) queda completamente blindado por los cuatro costados. Por cierto, si Canadá termina siendo el estado número 51 y Groenlandia el 52, Israel será el número 53 del imperio Yankee, sin tardar mucho tiempo.
Se me ocurren unas cuantas preguntas casi retóricas: Si finalmente EEUU se anexiona Groenlandia, ¿la Unión Europea se lo va a impedir? (Dinamarca es Europa). Si se hacen con el control del Canal de Panamá, ¿la Comunidad Internacional reaccionará? Desde luego, si el mundo ‘civilizado’ actúa igual que lo está haciendo con el genocidio de los palestinos y la invasión de territorios por la fuerza, por parte de Israel respaldado por EEUU, me temo que nadie hará absolutamente nada, más allá de tímidas quejas por parte de los más atrevidos
Ahora, a ver cuales son los movimientos de China, Rusia, India, Irán, México, Brasil, Suráfrica…, entre los países que se quedan fuera del ‘eje trumpista’ y por tanto al otro lado ‘del tablero’.
Las casualidades casi nunca son ciertas y en lo que se refiere a política internacional, control de recursos y dominio geoestratégico, son imposibles. Todo está pensado y planificado al milímetro, a corto, a medio y a largo plazo.
