OPINIÓN

Sin hogar, sin vivienda, sin derechos

La salud se resiente cuando se deteriora la sanidad pública para favorecer la privada 

Sanidad y salud son dos términos relacionados, pero no son lo mismo. Mientras la salud se centra en el bienestar individual en múltiples dimensiones, la sanidad se ocupa del sistema y las políticas diseñadas para mantener y mejorar ese bienestar en la población. Aunque a menudo se utilizan de manera intercambiable, sanidad y salud tienen significados distintos. 

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solo la ausencia de enfermedad. 

Por otro lado, la sanidad es un concepto más relacionado con la infraestructura y organización que con el bienestar personal. Una buena sanidad puede contribuir a una mejor salud en la población. 

Pasando de la filosofía a los hechos, cuando te dan cita para ver al médico de Atención Primarias diez o quince días después de la petición el mosqueo es considerable. Si el facultativo te pide unas pruebas que tardan semanas, el rebote se incrementa. Y si te mandan a un especialista (traumatólogo, por ejemplo) y te cita diez meses después, el ya cabreo es considerable. Si, además, faltan pediatras, psiquiatras y otros especialistas en nuestro servicio público de salud, muchas familias consideran que lo mejor es irse a la medicina privada. Más del 40% de los madrileños tienen seguros privados.

En el caso de la Comunidad de Madrid, gobernada por Isabel Díaz Ayuso, la gravedad de la situación sanitaria se refleja en listas de espera desbordadas y una muy pobre inversión en sanidad pública (un 30% menos que la media nacional). Esta rácana inversión repercute directamente en la calidad y disponibilidad de los servicios sanitarios. Además, hay unos deficientes servicios de Urgencias. El 40% de los antiguos Servicios de Urgencias de Atención Primaria (SUAP) carece de médicos. Faltan médicos y enfermeras que merecen ser mejor tratados por el PP, que lleva gobernando esta región 30 años.

Está bastante claro que la salud de los madrileños se deteriora y se resiente cuando la sanidad pública invierte menos de lo necesario y deja caer la Atención Primaria para favorecer el negocio privado de la sanidad. Ayuso dice ser amante de la libertad: la de algunos de irse al negocio privado por desidia de los gobernantes. Pasa de nuestra salud y se centra en la unidad de España (banderas y demás gaitas). Lo último: privatizar la limpieza de los bisturís del Hospital 12 de Octubre.

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