Nadie duda de la importancia que tienen los medios de comunicación en estos tiempos tan ajetreados y en los que todo va tan deprisa que los últimos acontecimientos desaparecen inmediatamente ante nuevas noticias.
También es necesario que lo que se hace llegar a los ciudadanos tenga que ver con la realidad, con el trabajo que realizan los informadores, que deben atenerse a las reglas de transparencia, independencia y decencia que deberían guiar este trabajo.
La prensa escrita, la radio, la televisión e internet son los vehículos. Informar es hacer que alguien se entere de una cosa que desconoce y desinformar es dar información intencionadamente manipulada al servicio de ciertos fines, y también dar información insuficiente u omitirla.
No se puede obviar que, con la precariedad existente en el mundo de la prensa, con salarios y jornadas laborales no siempre decentes, la información no siempre llega en las mejores condiciones. Tampoco que los medios tienen sus intereses y líneas editoriales. La noticia es como la fotografía de una reunión, puedes poner el foco en un lado o en el contrario. También hay que aclarar qué es noticia y qué un comentario con pretensiones de serlo.
Me llama la atención el hecho de ver en los llamados medios serios recoger como noticia el debate sobre si las mujeres deben llevar o no sujetador. Una foto de las ministras Ione Belarra e Irene Montero durante un acto feminista llevó a algún descerebrado, no a comentar nada sobre la situación política, social o económica, sino a fijarse en los pezones que se insinuaban bajo el jersey morado de Belarra. El que lo hizo, uno de Vox, pretendía denigrar a las mujeres que no visten según sus cánones y moralidad.
Tampoco deberían ser noticia las barbaridades que diga alguien, aunque sea la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, cuando acusó al líder socialista Juan Lobato de enviar “sicarios” a sus actos para reventarlos, sin antes haber acudido a un juzgado o comisaría a denunciarlo (porque el sicariato es un delito).
Se acercan las elecciones municipales y regionales de mayo y, si no estamos atentos a lo que nos cuentan los medios de comunicación, nos meterán goles por todos lados.
Es más que probable que los que concurran a los comicios estén más interesados en propagar maldades del contrario, al que a veces tratan de enemigo, que en vender sus bondades, programas o propuestas ante el devenir político.
Hay que decidir si queremos información o “lo otro”: mentiras, insultos, medias verdades o manipulaciones.