Reportaje de la Revista Zarabanda del mes de septiembre.
Decía Iñaki Gabilondo que, ante la pregunta de cómo será el mañana de la radio, le bastaba con que le dijeran “cómo será la sociedad del futuro” y le dieran “diez minutos”. Si algo tiene el periodista vasco es, precisamente, autoridad en eso de ser escuchado. Al menos, su voz lo fue durante años desde los micrófonos de Cadena Ser. Siguiendo su estrategia, quizá para entender la evolución de la radio en Rivas haya que girar la cabeza hacia el pasado de la ciudad y detenerse 10 minutos a hablar con sus protagonistas… o a leer este reportaje.
Las apariciones de Rivas en las radios comerciales estatales son incontables, pero si hablamos de emisoras locales, en la actualidad hay dos referencias imprescindibles. La primera, Radio Cigüeña, la “radio libre” de Rivas, veterana, cañera y conocida en todo el municipio. La segunda, Espacio 4 FM, un proyecto más joven, centrado en la música y en constante movimiento. Ambas intervienen, de diferente manera, en la vida social y cultural de la ciudad y ambas significan algo para el municipio.
Por el camino han quedado otras iniciativas como Radio Rivas, la radio municipal que surgió en la década de los 90. Sin embargo, también han surgido nuevas formas de contar historias tras un micrófono y varios podcast producidos en la ciudad, desde los propios programas de Radio Cigüeña a videopodcast como ‘Nos vemos en el Lux’, donde tres mujeres hablan de sus aventuras y desventuras ,o proyectos digitales como la joven EDM Radio, capitaneada por DJ Gonzalo M.
La radio también sigue siendo un instrumento de participación juvenil, como demuestran los talleres organizados en La Casa+Grande, donde chicos y chicas aprenden a darle voz a sus inquietudes a través de podcasts, o los talleres que Radio Cigüeña ha organizado en algunos institutos de la ciudad.
La radio en Rivas tiene múltiples caras, pero todas ellas están enraizadas en la incansable y cambiante vida de la ciudad.
Radio Cigüeña: la radio libre de Rivas
Hay pocos ripenses que no conozcan Radio Cigüeña, ya sea por sus coberturas deportivas, por sus programas especiales o por haber narrado la historia del municipio desde hace casi cuatro décadas. Este proyecto forma parte de la Unión de Radios Libres y Comunitarias de Madrid (URCM), una organización que federa a unas once emisoras radicadas en la Comunidad de Madrid. Algunas de carácter cultural, otras vecinal y otras juvenil, pero todas tienen en común su trabajo asociativo y comunitario. Son “el tercer sector de la comunicación”. “Pertenecen a la ciudadanía, son abiertas y participativas con respecto a la comunidad en la que se insertan, no tienen ánimo de lucro y tienen un carácter social importante. La radiodifusión es una herramienta de transformación social y no hace falta haber estudiado periodismo para ponerte frente a uno de sus micros. Estas radios parten de la base de que todos y todas tenemos derecho a comunicar”, explica explica José Emilio Pérez, presidente de la actual URCMy autor del libro ‘La voz de las sin voz’.
La primera emisión “en condiciones” de Radio Cigüeña sucedió “al final del verano de 1986” en la frecuencia 92.3 de la FM. No es casualidad que el proyecto naciera tras la llegada de “los primeros colonos” de las cooperativas de COVIBAR y Pablo Iglesias. En Rivas, en los 80, todo estaba en construcción, literal y metafóricamente. Crecían los proyectos urbanísticos, el número de nuevos y jóvenes vecinos y vecinas, las iniciativas sociales y los proyectos . Todo estaba por hacer… y todo lo hicieron: “Yo vine a vivir a Rivas y entré en la radio hace unos 37 años haciendo un programa sobre la historia de Rivas. Me gustó y me quedé. Nos juntamos un núcleo de personas que aún hoy no nos hemos despegado de la radio”, explica José Jiménez Belinchón, actual presidente de Radio Cigüeña, sobre esa ‘casa’ en el que también están compañeros como Luis Palmero o José Luis Sánchez-Migallón.
Rivas es una excepción en muchas cosas, pero en el desarrollo de las radios libres no. “Los 80 son la década de mayor expansión. Aparece y se desarrolla la radio libre y ésta se vincula a muchas movilizaciones sociales y vecinales”, explica José Emilio Pérez, que ha dedicado años al estudio de estos medios de comunicación. Jímenez Belinchón coincide con esa visión. Recuerda que en esa primera etapa, en Radio Cigüeña tenía mucho peso la vertiente reivindicativa, lo que desembocó en su participación en grandes campañas como la que se hizo contra el ingreso de España en la OTAN o en otras más locales como las que se articularon contra la incineradora de Valdemingómez. Pero también hubo mucha cultura en esas primeras programaciones: “La gente más joven se centró en la música, recuerdo que había mucho heavy metal”.
En la Fiesta de la Primavera de 1983, ya sobrevolaba la inquietud de que los incipientes barrios de Rivas contaran con una voz propia: un medio de comunicación vecinal. Primero, se puso en marcha la revista Jarama y, una vez desaparecida, los esfuerzos se concentraron en la nueva Radio Cigüeña, que tuvo su primera sede en la Asociación de Vecinos de Pablo Iglesias, después de todo tipo de dificultades técnicas y de que una parte de los vecinos de COVIBAR se apartaran del proyecto.
Los primeros pasos de Radio Cigüeña se dieron con una veintena de personas, 1.000 pesetas donadas y mucho empeño, aprendizaje y trabajo por parte de sus componentes. Los miembros de la radio se integraron de manera natural (porque también eran vecinos y vecinas activos) en la vida local de la ciudad, manteniendo siempre su pata reivindicativa, progresista e independiente. “No dependemos de anunciantes privados ni de partidos políticos, nos financiamos cobrando cuotas a las personas que hacen los programas y a los Amigos de Radio Cigüeña que también hacen sus aportaciones”, explica Jiménez Belinchón.
Hoy, estos jóvenes aguerridos de los 80 peinan canas. La emisora también ha cambiado. Se puede escuchar en la 98.4 FM, pero hace tiempo que comenzaron a ganar peso los podcast escuchados directamente en la plataforma Ivoox, donde el oyente los elige por temática y los escucha por internet cuando desea.
Además de completar la parrilla con programas musicales y contenidos culturales, mantienen secciones míticas como ‘El pregonero’ pero, sin duda, destacan por el seguimiento informativo que realizan sobre los deportes locales a través de la publicación de resultados, de entrevistas o de reportajes: “Creo que no hay una cobertura mejor en todo Rivas”, zanja orgulloso Belinchón Jiménez.
Radio Rivas: el experimento municipal
Mientras Radio Cigüeña crecía como radio libre en el municipio, el 15 de diciembre de 1996 dio sus primeros susurros en el 95.4 del dial Radio Rivas, una radio pública y municipal, impulsada por el concejal Ceferino Riestra y dirigida en sus dos primeros años por Roberto Parra y Óscar Rosuero, según contaba ‘La revista de Rivas’ en su cuarto aniversario. Sorprende la honestidad (hoy impensable tras los filtros de la comunicación política) de esta revista municipal a la hora de describir el proyecto años después de su creación: “Aunque desde el Ayuntamiento siempre ha habido cierto recelo y temor para lanzar proyectos en la emisora, simplemente por los costes que podía acarrear; Radio Rivas ha constituido una parrilla de programación semiprofesional”.
Esa parrilla contemplaba secciones como “Gente de Rivas”, un magazine de actualidad, otros culturales e, incluso, un programa con participación infantil llamado “Las cinco esquinas”. Aún así, las páginas de la publicación dejan claro el sentido de poner en marcha el proyecto: “Rivas es un municipio en continuo desarrollo, y la creación de un medio de comunicación público significaba y significa un paso más hacia la creación de una ciudad moderna”. Rivas está creciendo dentro de esa España con ansias de modernización y dinamismo que aún recordaba con orgullo los Juegos Olímpicos de Barcelona 92.
La parrilla de Radio Rivas estaba abierta para “colaboradores, estudiantes de periodismo, о simplemente gente joven y adulta que adora el mundo de la radio”. En un principio, su objetivo no era solo crear un medio de información y participación, sino también una herramienta con una vertiente educativa. Por eso, lanzaron iniciativas como el Curso Básico de Radio de 24 horas que organizaron en 1999.
Rafa Almazán era uno de esos vecinos de mente inquieta que vio en la radio un magnífico instrumento para dar rienda suelta a uno de sus grandes amores: la cultura. Con su otro amor, su esposa, la pintora Lola Pascual, habían formado en 1997 el Grupo Frida, que desde la óptica de “la cultura y la solidaridad” organizaba en el municipio talleres, exposiciones, un premio de pintura y otro de relato. Dieron un paso más cuando se sumaron a las ondas con el programa ‘La voz de Frida”, que coordinaba él y contenía tertulias, críticas, secciones de cine, literatura o pintura, entre otras muchas. “Nos gustaba. Hacíamos los guiones y nos lo tomábamos muy en serio. Teníamos sintonía, información de una parte cultural de Rivas y de fuera de Rivas, hablábamos de teatro y novelas, teníamos una parte de cine y otra de pintura… fue un ejercicio que no pudo ir más allá”.
Pese a la ilusión con la que abordaban cada semana el proyecto, los recuerdos sobre su difusión hoy son menos entusiastas que la citada crónica de la revista municipal: “El interés por la radio fue nulo. Nadie sabía que existía y era muy difícil tener audiencia. No se hizo casi nada para promocionarla. Era un ejercicio que hacíamos a sabiendas de que lo oiría poca gente”, rememora. Unos meses después, Rafa dio el relevo a su hijo Curro Corrales, que coordinaría el programa cultural “Gente con las orejas largas’ y que unos años después sería concejal.
En esos casi cuatro años (quizá de 2001 al 2004), Curro conoció los entresijos de la radio, aprendió a disciplinar sus pasiones bajo la exigencia y la concreción que exigen los guiones y disfrutó junto a un puñado de compañeras y compañeros de ondas de los que aún hoy recuerda sus nombres. “Por un lado era una experiencia valiosa que el Ayuntamiento nos diera la oportunidad de tener un micrófono, literalmente, para decir lo que nos diese la gana, pero a su vez había poco apoyo real más allá de esa tribuna abierta”, recuerda.
Coincide con su padre Rafael en el poco empuje que se le dio al proyecto desde el consistorio, pese al potencial que tenía: “Nos frustró que fuese una radio con poca audiencia y poco aprovechada para la dinamización del tejido social”, asegura. Hace muchos años que apagó el último micro de Radio Rivas, pero no ha dejado hasta hoy de trabajar entre periodistas.
Espacio 4 FM: la Radio de la Fiesta
Sintonizamos ese mismo 95.4 FM, pero quince años después. Estamos en 2015. El siglo ha cambiado, el país ha cambiado, Rivas ha cambiado. Los ocupantes de los estudios municipales también. Así lo describió ese año la periodista Patricia Campelo en la revista municipal ‘Rivas al Día’: “En los sótanos del auditorio municipal Pilar Bardem, en las instalaciones de lo que un día fue la antigua emisora de radio de Rivas, un nutrido grupo de jóvenes ha revitalizado(..) la vieja infraestructura para convertirla en un referente cultural de la ciudad”.
Esos chicos formaban parte de la Asociación de Jóvenes Productores Audiovisuales de Rivas que llevaban la emisora Espacio 4 FM desde 2011. Su propio nombre da buena cuenta del importante uso social de la radio en proyectos de participación juvenil: aterrizaron desde La Casa+Grande, la instalación municipal que les cedió su estudio en el espacio número 4.
En 2015, el objetivo de estos chicos era otro: la música. Estos apasionados de lo audiovisual, además de enseñar a todo aquel que se acercaba a usar la radio también organizaban festivales, cubrían conciertos, iban a presentaciones y buscaban patrocinadores locales. Era un proyecto más amplio y sigue siéndolo: hoy llevan la producción de eventos como Rivas Sound, el carnaval de Rivas o tienen su propia caseta en las fiestas. Es, además, una plataforma para descubrir artistas (especialmente bandas y DJ locales) emergentes de la localidad.
Hoy, han cambiado su nombre a Asociación de Productores Audiovisuales (desde 2017 ya no son “Jóvenes” y cuentan con asociados que van desde los 17 hasta los 70 años.
La década de los 2000: la radio digital y los podcast
Si en los 80, las radios libres como Radio Cigüeña nacían impulsadas por la efervescencia social y política, en las décadas posteriores las ondas independientes también evolucionaron al paso de la sociedad. “En los 90, la radio libre modificó la forma de estar en sus comunidades y se centró más en lo cultural y en lo juvenil. A partir de los 2.000, con los procesos de digitalización sí es cierto que el acceso a la tecnología fue más fácil y se abarató y quizá allí la radio libre sí se perdió algo de peso”, analiza el experto José E. Pérez.
Gonzalo era en esa década uno de esos jóvenes que vio una excitante ventana al mundo en la llegada de los ruidosos modems a los hogares españoles. Se juntó un grupo de amigos con ganas de divertirse y fundaron un proyecto en 2003 que fue mutando. Hoy ese proyecto, EDM RADIO, suena en 14 comunidades autónomas en España y también en una zona de Francia gracias a la tecnología DAB+ (radio digital terrestre). Ese joven responde al nombre de DJ Gonzalo M y se ha convertido en el CEO de la emisora. “En aquel momento, internet abría muchas posibilidades y vimos la oportunidad de construir una radio digital que conectara con los jóvenes y diera espacio a voces y artistas emergentes”, recuerda.
Para diseñar la programación juntaron en la misma coctelera lo mejor de la radio fórmula (“el acompañamiento, la cercanía y la música”) con las nuevas tendencias digitales. Hoy emiten en directo y en internet, pero siguen explorando formatos: podcasts en audio y vídeo, retransmisiones especiales en vivo como la Lotería de Navidad, festivales, eventos y programas propios. “Bebemos de ideas clásicas, pero también de plataformas como Twitch o iVoox, donde el público tiene un papel más participativo”, asegura.
Querían aportar algo más: dar visibilidad a nuevos talentos, conectar con la juventud y servir de altavoz de iniciativas sociales, culturales y musicales: “Queríamos ser una plataforma de oportunidades y, al mismo tiempo, una comunidad”.
2025: la edad de oro de los podcast
Con programas de ordenador y equipos que hicieron la parte técnica mucho más manejable, llegó “el tiempo del podcast”. Así lo define Eduardo Moreno, director y presentador del exitoso podcast de divulgación ‘El abrazo del oso’. Para este comunicador, los nuevos formatos no son el rival de la radio de siempre, sino su evolución: “Utiliza su mismo lenguaje comunicativo, adaptando la receta y la presentación a las nuevas formas de consumo que favorece internet”, escribía en una columna en 2023.
‘El abrazo del oso’, que hoy escuchan miles de personas, nació hace ya 29 años en la radio comunitaria de Villaverde Bajo (OMC Radio) cuando aún él era un chaval de 18 años. Hace 15 de ellos, se pasaron al podcast: “Cuando hicimos ese salto, era una tecnología en la que nadie se fijaba. Nosotros apostamos por ella, fuimos haciendo un programa modesto, con ganas de contar cosas y así fuimos creciendo”, rememora hoy al otro lado del teléfono.
Recuerda que hubo un punto de inflexión cuando apareció la plataforma Ivoox: “Los creadores tuvimos un lugar común donde alojarnos y presentárselo al público”. La existencia de estas webs donde los usuarios subían su contenido, les dio mayor visibilidad y muchas pistas (en forma de visualizaciones) sobre lo que realmente quería su público: “Cuando un oyente llega a ti, quiere saber lo que va a escuchar. Busca por temáticas y tienes que cuidar el título del podcast. Eso también nos empujó a hacer menos formato magazine y más monográficos”.
Que ‘El abrazo del Oso’ naciera en una radio comunitaria no es un dato menor. Hoy ya no graban en esos estudios de barrio, pero sí siguen definiéndose como un proyecto ‘libre’ y conservan el espíritu de lo común que hizo posible el despliegue del podcast. Por eso, Eduardo Moreno sigue siendo un firme defensor de la radio libre, pese a que las nuevas tecnologías ya permiten que cualquiera pueda grabarse y editarse solo desde su habitación: “Si alguien tiene la posibilidad de ir a una emisora de radio libre, que lo haga. Es una experiencia en la que conoces a otra gente con la que puedes compartir un proyecto”.
En plena era del individualismo y de soledad, lo común es vacuna. Eso sí, Moreno también les pone deberes, desde su óptica, a las radios comunitarias: “No solo hay que enseñar a la gente a hacer radio, sino también a hacer podcast o incluso videopodcast. La radio libre no es solo un trabajo de sonido, sino un trabajo social que vaya más allá, que nos anima a colaborar y a hacer cosas juntos. Esa labor sigue siendo fundamental. Hay todavía mucho hueco por cubrir”.
El presente y el futuro de la radio libre
En este contexto, la comunicación comunitaria como la que hace Radio Cigüeña no solo rivaliza con una oferta variada, sino también se ve lastrada por la escasa atención que recibe por parte de los gestores públicos: “Estamos en 2025 y las distintas administraciones siguen sin normalizar la existencia de las radios libres. Siguen operando sin licencias, de manera alegal y eso sí que es anómalo con respecto al resto de países”, explica el presidente de Unión de Radios Libres y Comunitarias de Madrid.
Jiménez Belinchón, de Radio Cigüeña, reconoce que lo sufren en su día a día: “Mientras seamos alegales, no podemos crecer en audiencia con la FM, aunque cada vez más gente escucha la radio por internet”.
José E. Pérez lo achaca a una falta de voluntad de los partidos políticos que priorizan el rédito electoral a potenciar la función social de estas radios. Tal y como interpreta el experto, las leyes audiovisuales de 2010 y 2022 sí permitirían una apuesta potente por las ondas libres que no se ha desarrollado: “Creo que esto tiene que ver con la forma en la que se concibe lo mediático en el Estado español. Los políticos suelen entender que a través de la regulación de los medios se pueden conseguir apoyos políticos. Por eso, piensan que es mejor apostar por medios privados.”
Siempre que haya historias que contar, habrá voces que se sienten frente a un micrófono para narrarlas. Por suerte, Rivas cuenta con varios espacios donde poder hacerlo.








