Hemos ganado una batalla,…, pero solo una

Aún quedan muchas batallas que ganar. Aunque nosotros no hemos declarado la guerra a nadie y de hecho solo peleamos a la defensiva, de momento parece que llevamos algo de ventaja.

Está claro que el ‘trifachito’, al menos de momento, no podrá gobernar en España. Su pretendido asalto al poder político ha resultado un fracaso. Pero los ciudadanos, esos que han bloqueado el accenso de la derecha y la ultraderecha, ‘no debemos bajar la guardia’. Y no hablo de partidos, hablo de los millones de ciudadanos que quieren avanzar en libertades, en derechos sociales, en políticas de respeto al medioambiente, en la implantación de las energías renovables, recuperación de la sanidad pública, poner en valor la estructura de enseñanza de todos, una banca pública que regule el mercado y atienda las necesidades de los menos pudientes, vivienda y trabajo para todos.

Conocemos que el PSOE es un partido socialdemócrata enormemente hipotecado y presionado por intereses de todo tipo, desde dentro y desde fuera. Sus barones de más peso, frecuentemente bloquean todo tipo de iniciativas que pretendan avanzar ya que, en la práctica, a quienes representan son a los intereses de las grandes compañías nacionales y transnacionales (las eléctricas, las energéticas, la banca, etc.). Sólo si el PSOE se ve necesitado de los apoyos de otros para gobernar, deja aflorar su ‘cara más social’ (que no dudo de que la tiene).

Hoy el avance de las derechas lo han impedido los pensionistas (9 millones) que han visto peligrar los recortes que anunciaba la ultraderecha; las mujeres, que día a día pelean por el respeto que merecen y por la igualdad real de derechos; los parados (3,4 millones) que aspiran a un trabajo digno; los hijos y nietos de los republicanos que siguen olvidados en las cunetas (140.000); los LGTBIQ (6,9% de la población) amenazados por la ultraderecha de ilegalizarles; los catalanes y vascos que temen otro 155 por reivindicar su identidad,…, y otros cientos de miles de ciudadanos y ciudadanas que piensan que solo desde un gobierno de izquierdas este país podrá avanzar.

Los votos obtenidos entre PSOE y PODEMOS suman 11.213.684, visto así parecen muy pocos, si tenemos en cuenta los millones de desagraviados o amenazados por las propuestas políticas de las derechas. Una de dos, o hay mucha gente que no se entera de lo que se nos podría venir encima, o que las contradicciones que arrastramos todos y todas, nos llevan a votar por los que acabarán con gran parte de las libertades y derechos que aún nos quedan.

Al final los resultados son los que son y como antes comentaba ‘no podemos bajar la guardia’, ni los afiliados del PSOE que unánimemente gritaban ‘con Ribera no’ en la noche electoral, ni tampoco el resto, militantes de otras formaciones de izquierda o ciudadanos conscientes de lo que podría pasar si Pedro Sánchez (PSOE) pacta un gobierno con A. Rivera (C,s). Curiosamente, el actual y futuro Presidente del Gobierno ha evitado reiteradamente hacer una definición clara de que ‘no pactará con la derecha’. Y de estos políticos no es de extrañar que ‘si alguna vez dije digo, ahora digo diego’ sin que la cara se les caiga de vergüenza por ello. Menos aún a Ribera, ‘artista de los cambios de chaqueta’.

Nos queda la segunda batalla, la de las municipales, autonómicas y europeas, que ni mucho menos son menores. Es mucho lo que los gobiernos locales pueden hacer por sus ciudades, un ejemplo es Rivas con más de 20 años de gobierno de izquierdas (el actual IU/Podemos), donde aunque no todo se haya hecho bien, gozamos de notables diferencia con respecto a otros municipios. Y así deberá seguir siendo. En cuanto a las autonomícas, también somos sufridores de las políticas de tratamiento de las basuras, de la falta de enlace con la M50, la precariedad en los servicios sanitarios, la falta de administraciones del estado,…, cuyas competencias son de la Comunidad de Madrid. Y por último la importancia de nuestra representación en la Unión Europea donde se toman multitud de decisiones que afectan directamente a nuestra legislación y en la vida cotidiana.

Aunque nuestra vocación sea pacifista, estamos metidos en una guerra continuada en la que tenemos que batallar para ganar, y nos quedan aún algunas batallas…

JuanM del Castillo

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