Entrevista a Teo Antúnez, portavoz de Rivanimal.
Hemos hablado con Teo Antúnez, uno de los responsables de la asociación Rivanimal y del Centro Integral de Protección Animal de Rivas “Mary Tealby” (CIPAR), en el que vive Everest, la vecina perruna de nuestra portada.
Teo empezó como voluntario en el Centro de Recogida de Animales Los Cantiles, que ya no existe, donde varias personas voluntarias vieron la necesidad de montar una asociación para impulsar una nueva gestión proteccionista y respetuosa con los animales, Rivanimal. Teo habla con cariño de sus compañeras, en femenino, porque son mayoría de mujeres. Además de las voluntarias o las alimentadoras de las colonias, está él como uno de los principales encargados de que la “gris” gestión funcione. Pero esas tareas no le apagan el ánimo, al contrario, su defensa de una ética hacia los animales es contagiosa.
Las cifras de adopción del CIPAR son increíbles, con más de cien perros al año y más de un gato al día. Son uno de los centros de toda España que consigue que más gatos encuentren una familia y un hogar. Pero detrás de esas cifras, la poderosa memoria de Antúnez es capaz de desplegar una hilera interminable de nombres de animales, cuidadoras voluntarias y adoptantes. Precisamente porque no son cifras, sino vidas que importan.
Buenos días, Teo. ¿Cómo surge Rivanimal?
Un grupo de voluntarios de Los Cantiles bastante numeroso (éramos entre 15 y 20 personas) vimos que había una necesidad de mejora en todos los sentidos, tanto de mejora de las instalaciones como mejora de la gestión, sobre todo de mejora de la gestión. Entonces no era una gestión proteccionista, digamos, era una gestión que ya no estaba acorde con los nuevos pensamientos que tiene la sociedad respecto a los animales domésticos que están abandonados. Y entonces decidimos dar un paso, montar la asociación y convencer, en este caso al Ayuntamiento, de que podíamos hacer las cosas de otra forma.
España es de los países de la UE donde más abandono de animales sigue habiendo. ¿Qué situación había en ese momento?
Una de las cosas que más ha cambiado es el tema del sacrificio. Antes, en las instalaciones municipales, se admitía el sacrificio en toda España. El sacrificio de animales era muy numeroso y frecuente. Esa es una de las cosas que más ha cambiado.
Y luego, aunque ha habido cambios legislativos, lo que más llama la atención ha sido la concienciación social. Hoy en día ver a un perro por la calle vagando, abandonado, ya no es algo normalizado.
Suele hablarse de políticas de “sacrificio cero”, incluso se ha recogido en la Ley de Bienestar Animal del año pasado, pero sigue habiendo un pequeño porcentaje de animales que llegan a los centros de protección animal que son sacrificados. ¿Cuál es la situación actual?
Hay comunidades autónomas donde la legislación permitía el sacrificio de animales que aún no lo han parado. Pero diría que en más de la mitad ya no se permitía (incluida la Comunidad de Madrid). Puede haber sacrificio o eutanasia por razones humanitarias, es decir, porque el animal está sufriendo o tiene una enfermedad irreversible. Entonces, entre las comunidades autónomas que aún no practican sacrificio zero, instalaciones concretas y puntuales que no se ajustan y el sacrificio por motivos humanitarios, llegamos a ese porcentaje de sacrificio que se sigue reduciendo pero que aún existe.
Empezáis a crecer en voluntarios y socios, hasta que en 2016 os hacéis cargo de la gestión de Los Cantiles (primero). Surge otra asociación también llamada Cantileros. Y, más recientemente, la labor en Rivas se traslada de Los Cantiles a la nueva ubicación e instalaciones del CIPAR. ¿Qué se hace desde el CIPAR?
Veníamos de tres años de llevar el centro de Parla, así que teníamos mucha experiencia cuando asumimos el CIPAR. Hacemos campañas de sensibilización y numerosos eventos de adopción (nota del editor: solo con los gatos, hacen uno cada sábado).
En el CIPAR, llevamos el servicio de recogida de animales abandonados de Rivas, la propia gestión del centro y la gestión de las colonias felinas. Y luego también hay otra cosa que no hay que olvidar, y es que estamos integrados en la Federación Madrileña de Protectoras (FAPAM). Eso quiere decir que como federación colaboramos con las incautaciones que la Comunidad Madrid realiza a criaderos ilegales y a instalaciones que no cumplen la normativa o que tienen a los animales en pésimas condiciones.
¿Ese tipo de casos se dan mucho en la Comunidad de Madrid?
Te diría que un par de ellos al año. Algunos son con más volumen de animales, otros son con menos volumen de animales, unos son más llamativos por la crueldad, otros son irregularidades de licencia, más de tipo administrativo.
¿Qué casos recuerdas que fueran llamativos?
Hay de todo. Recuerdo una incautación muy dura en Pezuela de las Torres. Tuvimos que acoger a seis perros por una tormenta que hubo en una finca. Cuando fuimos a recogerlos, uno de ellos había muerto ahogado y los demás estaban en muy malas condiciones, totalmente desatendidos, esqueléticos. No habían comido en semanas y venían con Lismania, la mayoría de ellos.
Otro caso más sonado y que, por el número de animales, necesitó de la coordinación de muchas protectoras, fue la del “Vampiro de Humanes”. Era un señor que se hizo pasar por veterinario durante muchísimos años y que extraía la sangre a los animales para venderla a las clínicas veterinarias de España y de toda Europa. El problema no era la transfusión sin licencia, sino que lo hacía de forma -digamos- industrial y muchos de los animales morían. La voz de alarma vino de los centros que recogían los cadáveres, que no les cuadraba que llegaran tantos de un solo sitio. Fue una incautación de más de 200 animales, en la que había gatos pero sobre todo eran perros y la mayoría eran galgos.
Hay un documental que se llama “Febrero, el miedo de los galgos” y que denuncia que el abandono y sacrificio de galgos se da sobre todo en este mes al acabar la temporada de caza. ¿Vosotros observáis que haya meses con más o menos abandonos de animales?
Aquí en la mayor parte de Madrid, por lo menos en Rivas, no hay mucha caza como tal. La entrada de animales abandonados es constante durante el año, no es que haya una época en la que hay más abandonos que otra. Aquello de que la gente se va de vacaciones y deja a su perro abandonado, eso es muy antiguo ya, eso era de la España de hace 30 o 40 años.
Es verdad que sabemos que en zonas de caza en España, cuando termina la temporada de caza, sí que hay ahí un repunte. Y hemos tenido algún año, alguna sensación de que eso también nos ha llegado aquí de rebote, algo, pero no podemos asegurarlo.
¿De qué volumen de abandono estamos hablando? Porque solo en el 2022 disteis en adopción 842 animales.
Hay meses que te entran dos abandonos y otros diez. Abandonos en firme, no pérdidas donde luego puede venir a lo mejor el propietario. Pero pueden ser entre 5 y 7 perros cada mes, habitualmente.
Me llamaba mucho la atención, en vuestros datos de adopción de animales de los últimos 4 años, que habíais dado en adopción 359 perros y casi 1500 gatos. Es decir, sois una protectora que hace muchísimas adopciones de gatos.
Una de las que más de toda España, sí. Damos en adopción como 400 gatos al año, que dicho así es una cifra espantosa porque es más de una al día. Pero se debe a que recogemos todo lo que nos llega, no hacemos nada de dejación de funciones. Y tenemos una sección felina en Rivanimal que trabaja muy bien, con gente muy implicada, sin ellas sería imposible.
Hay un 60% o 70% que se dan en adopción siendo cachorros. Pero también adultos. Y cuánto más volumen, más tensión económica también, porque si llegan mal son gastos veterinarios añadidos. Estamos contentos, por una parte, por el trabajo que se hace y, por otra parte, esperamos que las cifras vayan bajando conforme el control de las colonias felinas surta efecto.
Comentabas lo de las colonias felinas, en las que se aplica el método CER (Captura, Esterilización y Retorno). ¿Cómo se puso en marcha en Rivas?
Nosotros venimos haciéndolo desde el 2015, con una primera experiencia piloto que duró tres meses, en la que participó Rivanimal con Mascoteros Solidarios. Y hubo una interrupción de unos cuantos meses, hasta que cogimos el servicio en 2016. A partir de finales de 2016, ya fue continuo. O sea que llevamos ocho años con el control de las colonias felinas y estamos muy satisfechos, porque el control está en el 78% de los gatos.
Repasando colonia por colonia, se está llegando ya al control en todas. Menos en tres puntos, sobre todo uno muy problemático que está en la Avenida de la Integración, enfrente de ASPADIR. Allí hay una alimentadora ilegal o no autorizada que no quiere colaborar e incluso bloquea las acciones, hasta el punto de estar sancionada por la policía.
Pero el resto de puntos están muy bien controlados. Las alimentadoras ahí hacen un trabajo fundamental para la ciudad.
Si un vecino o una vecina ve en la calle un perro, un gato, un hámster o lo que sea, que cree que está abandonado, ¿cómo tiene que actuar? ¿Qué debería hacer?
Siempre llamar a la policía. En menos de un año tras iniciarse el servicio, decidimos que todo pasara por la policía. Nos ha servido para saber que realmente es un aviso importante o urgente. Y también, luego, porque necesitamos saber muy bien si realmente el ciudadano que está llamando está en Rivas, y lo que está sucediendo es en Rivas.
Uno de los cambios reforzados con la nueva ley de bienestar animal es que no haya animales expuestos en escaparates que pudieran favorecer una compra impulsiva. Para personas que, a lo mejor, no estén tan concienciadas, ¿por qué siempre es mejor la adopción que la compra de animales?
Hemos llegado a un punto en el que el convencer para que alguien adopte en lugar de que compre es simplemente por un tema ético. Ya no es por otro tema. O sea, mucha gente dice: “Bueno, es que son más agradecidos los animales de protectora, porque como lo han pasado mal”. Pues a veces sí y otras veces no tiene por qué.
Al final, da igual el discurso que sueltes. El “Adopta, no compres” está muy bien pero está quemado. Es un tema ético, hay que convencer a la sociedad de que los animales abandonados, los animales domésticos, los animales de compañía, no subsisten sin el ser humano ya, porque los hemos domesticado. Entonces, como los hemos domesticado, ya no subsisten solos.
Entonces, ya sabemos que las personas no tienen por qué ser culpables de lo que hagan otras. Pero como sociedad somos responsables o deberíamos de ser responsables de un abandono que hemos originado como sociedad. Cada uno, desde su acción, tiene que poner su granito de arena para, de alguna forma, paliar, subsanar o mitigar este problema que hemos generado como sociedad. Y por eso decimos que la gente tiene que adoptar en lugar de comprar.
Luego, también hay unos peligros inherentes en la compra. Si la gente se informa bien a la hora de comprar un animal y va a un criador profesional, o sea, un criador que paga sus impuestos, un criador al que le puedes visitar sus instalaciones o su casa, un criador que lo hace bien, un criador que mantiene a la camada junta durante cuatro, cinco y hasta seis meses si hace falta…entonces, es una compra responsable, aunque a las protectoras no nos guste porque no es un acto ético. Pero por lo menos ese ciudadano está actuando con una compra responsable, eligiendo un animal criado en condiciones óptimas por un profesional.
El problema es cuando la gente compra en internet o compra un perro de raza a un precio baratísimo porque viene de no sé qué clínica rara o de no sé qué tienda rara que hay ahí en no sé en qué sitio. Y claro, ahí está favoreciendo a las mafias que traen perros Y muchos procedentes de países del Este y otras zonas del mundo, que vienen en muy malas condiciones, no han pasado la vacunación antirrábica, se han metido en España de forma irregular y pueden traer problemas. Muchos se mueren, directamente, y se favorece el tráfico ilegal. Me atrevería a decir que 3 de cada 10 personas (e igual me quedo corto) compran animales en sitios cuestionables.
Si el “No compres, adopta” está quemado. ¿Dónde ponéis el foco desde las protectoras?
Sobre todo, tenemos que insistir en la tenencia responsable. Esto es un problema al que tenemos que hacer frente, échanos una mano y échale una mano al animal. Pero, sobre todo, antes plantéate bien si realmente quieres tener un animal en tu casa con todo lo que conlleva. Sobre todo, porque llevamos vidas cada vez más cambiantes o no tenemos tiempo. Si damos el paso, tenemos que hacerlo con responsabilidad. Y no tengas expectativas.
¿Expectativas en qué sentido?
No te imagines que va a correr por el campo como tú quieres. No te imagines que va a ser un perro que te va a obedecer siempre que quieras. No te imagines que te va a durar 14 años. No te imagines que va a ser un perro tan maravilloso como el del vecino de al lado, etc. La gente se hace expectativas y luego se lleva el chasco porque el perro ladra todo el día, porque el perro de repente ha hecho un boquete en la pared, se ha meado en el colchón o cualquier otro problema que hace que la gente los acabe abandonando, aunque digan que “los dan en adopción”. Entonces, a eso vamos, a evitar más abandonos porque se ejerza una tenencia responsable.
De cara a esa tenencia responsable, ¿qué cosas debería plantearse la persona que va a adoptar un animal?
Primero, si realmente le gusta lo que va a hacer, si realmente está dispuesto a tener un animal doméstico, no vaya a ser que esté dando capricho al niño o tal. Segundo, ver las circunstancias que tiene en ese momento en su vida. Por ejemplo, si puedes dedicarle dos horas -como mínimo, en el caso de un perro- que antes dedicabas a otra cosa.
Luego, más en detalle, podemos ver el tema económico o la gestión de las vacaciones, que si lo quiero cachorro o adulto, etc. Porque, claro, si hablamos de un perro que es cachorro se va a mear en casa hasta que podamos sacarlo. Pero sobre todo es si dispones de un tiempo razonable para atender las necesidades físicas, psíquicas y emocionales del animal. A lo mejor tienes que esperar a que tus hijos tengan una edad en la que puedan corresponsabilizarse de esas necesidades, por ejemplo. Todo eso es reflexionar sobre la tenencia responsable.
¿Cómo veis la situación en Rivas?
Yo creo que hemos avanzado bastante. Hoy en día, en los colegios o en multitud de charlas, incluso dentro de las familias, se entiende que los animales domésticos forman parte de esa familia y hay que tratarlos con responsabilidad. Y atendiendo a que sigue siendo un animal y por tanto hay que atender sus necesidades. En el tema de las colonias felinas, hemos avanzado, pero aún no estamos en el punto que está por ejemplo Holanda.
Es decir, que igual que ver a un perro abandonado por la calle ya nos resulta muy raro o llamativo, que ver un gato por la calle también nos parezca igual de raro. Porque no hay que olvidar que el gato es un animal doméstico también, igual que el perro. Y luego claro tenemos que seguir avanzando en este país en una lacra muy grande que tenemos que es el tema de la caza y de los toros.
Muchas gracias, Teo, por atendernos. Animamos a nuestros lectores a reflexionar sobre la tenencia responsable y a que se animen a dar un hogar a uno de estos animales.