Para la Revista Zarabanda de septiembre de 2025, hemos hablado con un vecino ripenses que conoce bien el movimiento de las radios libres y comunitarias, Luis Palmero de Radio Cigüeña.
Cuando Rivas-Vaciamadrid acogió a los primeros pobladores de las urbanizaciones de Pablo Iglesias y Covibar, no lo hizo en silencio: muchos y muchas llevaban la radio consigo. Y además de escucharla, unos pocos se juntaron para hacerla. Radio Cigüeña ha sido altavoz vecinal, escuela de comunicación, compañía nocturna, motor deportivo y memoria oral. Hablamos largamente con Luis Palmero, uno de sus impulsores y de sus voces más conocidas, sobre los retos tecnológicos, mediáticos y de relevo generacional de una radio libre y comunitaria que sigue fiel a sus principios.
Con su “ironía combativa”, Radio Cigüeña sigue siendo el medio en el que no tiene cabida la publicidad, pero siempre los movimientos sociales, los estudiantes y los proyectos que buscan que los vecinos y las vecinas nos escuchemos y conectemos entre nosotros. Para que el espíritu de solidaridad que llegó un día a Rivas, siga presente en el aire por mucho tiempo, como lo ha venido estando. Cuatro décadas dan para muchas ondas.
Luis, cuéntame lo primero, ¿cómo llegas al mundo de la radio?
Había hecho mis pinitos en el cole, pero en un medio impreso. Llego a la radio en Rivas en los años 80. Habían empezado a surgir las dos urbanizaciones, Pablo Iglesias y la primera fase de Covibar y no había medios ni había nada. Tampoco había móviles u otra forma de comunicarse que no fuera a viva voz. Y entonces las dos asociaciones de vecinos que había y eran bastante fuertes vieron que había que hacer algo unificado. Entonces, surge una revista que se llamaba Jarama y tuvo dos o tres números, no recuerdo si mucho más. Pero a partir de ahí, de un grupo de gente, surge la inquietud de decir “joder, está el movimiento de las radio libres en la Comunidad de Madrid”. Además, veníamos mucha gente de Vallekas, donde ya existía, e incluso había gente que conocíamos a los de Radio Vallekas o de Radio Paloma también.
Nos parecía que con una emisora de radio era más fácil y más rápido comunicar. Y hablamos con esas radios para ver si el proyecto era viable y cómo podíamos hacerlo, porque hubo muchas dudas. Empezamos realmente en el año 85, pero contamos oficialmente desde que hay una emisión estable que es ya en el año 86. Por eso cumplimos 40 años ahora.
En ese momento apenas había canales de televisión, ¿era la radio aún el medio dominante?
Los de mi generación hemos vivido con la radio. Nos hemos despertado con la radio, hemos comido con la radio y nos hemos dormido con la radio. Eso es así. Y bueno, pues tener la posibilidad de comunicar, viendo otras experiencias como había en Madrid y que eran factibles, nos hizo tirar para adelante.
Era un momento de auge de las radios libres. ¿Cómo os ayudaron otras radios?
Coincide con el movimiento contra la OTAN que había en ese momento por el referéndum de entrada de España en la OTAN. Y bueno, pues había una radio en Madrid, dentro del movimiento de Radios Libres, que era Radio Cero, la radio anti-OTAN. Colaborábamos mucho y nos prestaron ayuda técnica. El primer emisor todavía está guardado en la radio como una reliquia, es de lo poquito que no nos han tirado los jovencitos (bromea).
¿Qué tipo de emisor era ese primero que tuvisteis?
Era un poco más grande que un móvil y nos lo donaron, creo que venía de alguna emisora militar. que tenía mucha colaboración. Y la antena era como de metro y medio de alta, pero de amplia frecuencia. Esto provocó que un día, te prometo que no estaba previsto, estábamos emitiendo mientras el entonces presidente del Gobierno, Felipe González, daba un discurso en la televisión sobre la entrada en la OTAN y, sobre su discurso, empezó a colarse la música del cantautor que estábamos emitiendo, no recuerdo si Pablo Milanés o Silvio Rodríguez.
¿Cómo acogieron esta novedad los vecinos?
Lo típico que hablamos siempre de la magia de la radio. Tu vecino a lo mejor se sorprendía y alegraba cuando se daba cuenta que eras tú el de la radio, cuando identificaba la voz con la persona física. Tengo por ahí el documento con la lista de unas 20 personas, las que aportaron 1000 pesetas para empezar el proyecto.
Pero creció enseguida. Hubo una avalancha de programas porque éramos jóvenes y eso atraía muchísimo, no había podcast como hay ahora y la gente se montaba sus programas. También empezamos ya entonces a trabajar con los colegios -La Escuela y El Olivar, fundamentalmente-.
Y formasteis parte de la edad dorada de lo que fue el movimiento de radios libres en España.
Fue una época convulsa porque había una escisión entre la Federación de Radios Libres de la Comunidad de Madrid y, por otra parte, las radio comunitarias de Madrid. Una división que duró diez años. Era el momento de debate con el Estado, en el que nos diferenciábamos de las radios piratas en que nosotros éramos alegales, no teníamos una frecuencia asignada. Aunque yo llamaría más bien radio piratas a otras, ya que piratas son los que tienen ánimo de lucro económico. Llegamos a un compromiso con el Estado en el que podíamos emitir porque no molestábamos a otras emisoras.
Pero luego salió la Ley de ordenación de las Telecomunicaciones. Que hizo que paráramos casi un año en el 89, paramos todas las radios libres y para seguir emitiendo…como éramos gente que veníamos de una época complicada, de Vallecas, de Moratalaz, de La Elipa…pues sabíamos hacer…llamémoslo “guerrilla” (informativa).
¿Qué fue lo que hicisteis?
Hacíamos fotocopias con clichés de cera y multicopistas, para sacar la revista “En el aire” que duró año y pico. Hace poco tiramos aquella ‘vietnamita’. No conseguimos un acuerdo con el Estado, pero sí que nos dieron una concesión envenenada, porque la administración le concedió a la Federación de Radios Libres de la Comunidad de Madrid una licencia de emisión en Chinchón.
¿Y por qué concesión envenenada?
Porque Rivas estaba muy lejos de Chinchón como para ir todos los días a emitir desde allí. Además, nos metió en una vorágine muy complicada porque no sabíamos de publicidad, ni vendíamos publicidad, pero había que soportar más gastos. Al final, nos deshacemos de ello porque era inviable. Pero mantuvimos el acuerdo en cuánto a en qué frecuencias emitir. Por ejemplo, nosotros estamos ahora en el 98.4, lo que pasa que solo se nos oye en Covibar y Pablo Iglesias porque tendríamos que invertir en renovar el sistema radiante. No invertimos porque estamos pendientes de una nueva concesión que viene obligada por Europa y que no sabemos cuando va a salir. Y no podemos hacer más porque se nos metería Onda Melodía, aunque no tenga concesión aquí en Rivas. ¿Pero quién se mete con estas emisoras? Piensa que forman parte de los grandes grupos. Así que nos toca aguantarnos hasta que salga esa concesión.
Os consolidasteis desde entonces en Rivas. ¿Qué tipo de programas recuerdas con especial cariño?
Ahora mismo sigue en emisión el programa decano, informativo, que es El Pregonero. Hay otro que recuerdo con especial cariño que era “¿Y ahora qué?”, que hacían varios universitarios recién licenciados que se preguntaban y reflexionaban sobre el mundo después de terminar los estudios. Pero hay muchos que recuerdo con cariño: “Pensando en ti”, “Más cine, por favor”, “La Trastienda”, “El Torreón del Abismo” o “El Correcaminos”, que hablaba de rutas y senderismo y estaba muy bien. Y también “El Curandero”, “Aquelarre”, “La Hora Joven”, “Duelo de Titanes”…
¿Qué personalidades relevantes han pasado por Radio Cigüeña?
La persona probablemente más famosa es una joven becaria de ABC, que sustituyó a un compañero de la radio como corresponsal en Rivas: Leticia Ortiz (actual reina de España). Tuvimos alguna controversia con ella porque le preguntamos que cómo podía publicar eso (un artículo con el que no estábamos de acuerdo) y nos llegó a traer uno de los artículos, para decirnos compungida “mira, esto es lo que yo he mandado y esto otro lo que han publicado”.
Y claro, participando en programas, toda una generación de Rivas: Guillermo Magadán, Pedro del Cura, Tania Sánchez…piensa que la oferta de diversión en Rivas en ese momento era muy pobre. Entonces tú les ofrecías programas nocturnos que se lo pasaban pipa, les permitían hacer radio, pero juntándose con los amigos y divirtiéndose.
También siguen participando las nuevas generaciones de ripenses en los numerosos talleres que hacéis.
El Rincón de Radio Cigüeña era la histórica sección que hacíamos con los más peques. Descubrían la magia de la radio, era muy enriquecedor. Ahora también te quedas admirado de las respuestas que te dan, por ejemplo, niños y niñas de entre 4 y 10 años que participaron en el taller que organizamos en las fiestas de La Pablo. Es un medio de expresión accesible para todo el mundo. Lo vemos también en temas de recuperación de la memoria: le pides a mucha gente que escriban lo que recuerda y mucha gente no lo va a poder hacer, pero en cambio le das un micrófono y te lo cuenta mejor. Es más enriquecedor. También hemos tenido en los centros de mayores “El Club de los 6×15” (que harían 90), otro programa.
¿Qué os cuentan los mayores?
Es una experiencia muy muy bonita, la gente mayor tiene muchas cosas que contar. Y recuerdan una Rivas que la gente que lleva menos tiempo no ha llegado a conocer. Por ejemplo, hace poco falleció Agustín, el conductor de autobús. Paraba aunque no hubiera parada, como en los pueblos, era un auténtico servicio público.
Tenéis también una cobertura deportiva que goza de mucho reconocimiento. ¿Cómo abordáis esa parte?
Hay dos partes. Hubo un primer compañero que fue Julián Cabaña, que de hecho se puso el nombre de Cerro del Telégrafo al Polideportivo por iniciativa suya. Pero luego lo fue dejando por cuestiones profesionales y llega José María Playán, el compañero que está ahora que es un “monstruo” de los deportes. La gente se cree que hay un equipo, porque claro, si te manda 6 crónicas de 6 eventos del fin de semana, con 200 o 250 imágenes…junto a dos entrevistas de los eventos a los que ha asistido. Sin contar con que los martes hay dos o tres entrevistas de media hora que hace a todos los clubs. A veces nos dice alguno “es que no has venido a verme” y es que no damos más de sí, ni la Cadena Ser hace estas coberturas.
También organizáis el Premio a la Deportividad de Radio Cigüeña, que se va a celebrar la edición de este año próximamente.
Vamos por la decimocuarta edición. Es una forma de reunir a todos los deportistas, es un premio muy humilde porque somos una emisora “pobre” o, como dice el Presidente, “de bajo mantenimiento”.
¿Cómo vivís la necesidad de cambios en lo tecnológico?
La evolución tecnológica no va con la evolución biológica. Y es por una razón, porque como te decía, no hay cierto relevo o no hay mucho relevo generacional. Ahora la gente joven tienen otras perspectivas y quiere mezclar sonido e imagen (video-podcast o radio en directo emitida por streaming audiovisual), cuando nosotros estamos todavía en sonido. Bueno, vamos a ver cómo lo vamos a compaginar. No hemos sabido darnos suficiente publicidad en una ciudad que ha crecido muchísimo, para que se acerquen generaciones más jóvenes.
¿Habéis valorado el salto a la radio digital?
Sí, pero como todo, es cuestión de dinero. Estos cambios tecnológicos nos han pasado varias veces, yo creo que lo solventaremos. Vamos a esperar a que se solucione el tema de las concesiones, hay 17 solicitadas a la Comunidad de Madrid y me parece que son 7 de la Unión de Radios Libres y Comunitarias de Madrid, a la que pertenecemos, lo haremos a través suyo. Solo no te atreves a ese gasto, porque no tenemos medios y explícitamente renunciamos a las subvenciones, cuando muchas radios recurren a subvenciones.
Sacamos el dinero de los “Amigos de Radio Cigüeña”, que bromeamos que no son socios porque se les da un carné que dice que no tienen derecho a nada más que a ayudarnos. Actualmente, pagan dos cuotas anuales de 17 euros cada una. Y luego están las donaciones que podemos hacer gente más veterana. Como radio libre, no dependemos de nada externo que nos pueda condicionar en la información. Es fundamental.
¿Cómo vivisteis la breve existencia de Radio Rivas, la radio municipal?
Eso empieza a surgir con frecuencias que concedían los Ayuntamiento para tener radios municipales, que por tanto estaban condicionadas. Nosotros nos reunimos con Miguel Vázquez y le dijimos en una conversación que tuvimos que nosotros nos podíamos hacer cargo, pero con una cláusula por escrito de que no iba a haber ningún tipo de interferencias. La conversación se quedó ahí y no hubo nada más. Sí que hubo gente que marchó luego de Radio Cigüeña a Radio Rivas porque iba a tener más medios. Solamente la puerta del estudio de Radio Rivas valía más que todo el inmovilizado que tenía Radio Cigüeña.
Nosotros nos preguntamos por qué apostaron por una radio municipal cuando ya existía una radio. La conclusión que sacamos, equivocada o no, es que era porque nuestra radio era completamente independiente. Había cosas que gustaban y que no, hay quien te puede criticar por una cosa y gente contraria por la contraria. Conservamos los audios de los programas electorales y hay incluso fotografías donde está Antonio Martínez Vera, Santiago de Munk, Esteban Cabal, Paco de Pablos, Pepe Masa o Fausto Fernández…estaba todo el pluralismo político de ese momento. La radio puede tener su línea editorial, pero nadie puede decir que no le hayan dejado hablar. Otra cosa es que siempre exista la capacidad de rebatir. Cuando a alguien no le gusta un editorial, les invitamos a que vengan y que lo digan.
Voy con una de las últimas preguntas: ¿Qué le decís a la gente que no os conozca o pueda estar interesada en colaborar con vosotros?
Que estamos en el tercer sector de la comunicación, nos ubicamos ahí, en el espacio social. Y que la gente sepa que estamos abiertos a experiencias y proyectos de información. Empezaremos en octubre con la nueva programación y quien quiera venir a acercarse a nosotros, a través de las redes sociales, de la web o lo que sea, pueden contactar con nosotros. Lo único que se les pide es el compromiso de mantener un mínimo de estabilidad en la programación.
¿Qué entrevistas o personajes has disfrutado de tenerlos en el estudio?
Son muchos años. Por ejemplo, a Julio Anguita, que venía mucho a Covibar y era interesantísimo. Recuerdo también al hermano de la primera mujer de Ernesto Ché Guevara…fue una entrevista espectacular. Félix López-Rey, que también disfruté mucho una entrevista. Y recuerdo también mucho una entrevista de toda una mañana a la RRAR (la red de recuperación de alimentos) en las que recogimos muchos testimonios de gente que tiene unas necesidades que no nos podemos imaginar en nuestra zona de confort y que también existe en Rivas.
Última pregunta: ¿Qué te gustaría escuchar en Radio Cigüeña que ahora mismo no lo tengáis en la programación?
Me gustaría poder abordar una materia que ahora está denostada en la secundaria y que es a filosofía. Con alguien que sepa, yo soy un profano. Y abordarlo, no como el tocho que nos enseñaba un cura a los que somos de los años 50 y 60, sino con la visión que tiene alguien que estudia filosofía ahora y partiendo de realidades más cotidianas. Alguna entrevista que hemos tenido de este estilo ha sido muy enriquecedora.
Y también un programa con historias de migración. Yo digo que soy de Vallecas, pero no nací allí, es un barrio de migración y el movimiento vecinal que surge allí surge de la migración. Me gustaría que se hiciera lo mismo con la migración que hay ahora: hay un colectivo potente de polacos, hay bastante rumanos, hay árabes, sudamericanos…me gustaría trabajar en que la emigración de Rivas tuviera su espacio. Es gente que también viene a Madrid porque tiene que comer y que trabajar y no podía hacerlo donde ellos vivían. Vienen a ganarse la vida. Y estaría bien que nos explicaran su día a día, el contraste cultural y de forma de vida…para mí sería un logro y creo que nos ayudaría a entendernos mucho mejor entre nosotros.








