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Endometriosis: la enfermedad silenciosa

La mujer. Hablamos de la mujer, del techo de cristal, de la violencia horizontal o de las críticas que tiene que aceptar porque todo el mundo puede opinar. Ella, que tiene que estar pendiente de su casa, de sus hijos y de su trabajo. Que si no tiene hijos los tiene que tener, que si quiere trabajar, cómo va a dejar al niño solo, que si quiere salir con sus amigos, pobrecito que está con el padre… ¿Pero qué es lo que ella quiere? Nadie pregunta. Intentamos tener un crecimiento personal y laboral, no solo somos madres, somos personas, mujeres con ganas de triunfar y por ello luchamos. Las empresas empiezan a abrir sus mentes y entramos en puestos de liderazgo, todo parece estupendo hasta que algo nos limita todos los meses. ¿Te imaginas tener que parar una semana porque te ves incapacitada para seguir con tu vida? Tu vida, tu trabajo o tus relaciones. Todo. Todo se para todos los meses sin que nadie lo comprenda. Vivir con la enfermedad silenciosa. “La regla tiene que doler” te dicen, ¿pero tanto? ¿Cómo si fuesen las contracciones de un parto? En realidad, la menstruación no debería de doler y si lo hace es un aviso de que algo hay que mirar, no ignorar.

Vivir con endometriosis es saber que indirectamente vas a estar limitada. Limitada para crecer profesionalmente, para tener hijos, para tener relaciones… La endometriosis afecta a un 20% de las mujeres en edad fértil y los síntomas hasta a un 50%, lleva consigo efectos secundarios como ansiedad, depresión, aislamiento social, infertilidad, incapacidad para realizar las tareas diarias o la actividad laboral. Llega incluso a provocar miedo, impotencia, desesperanza o un continuo estado de alerta porque toca enfrentarse a un dolor insoportable, todos los meses.

¿Pero qué es esto de lo que te estoy hablando? ¿Qué es la endometriosis? El endometrio es la capa interna del útero, el “colchoncito” que se va formando durante todo el ciclo menstrual para albergar al feto, pero que, si el óvulo no es fecundado, se desprende y expulsa en forma de menstruación. La endometriosis se produce cuando el endometrio crece fuera del útero, creando una respuesta inflamatoria que será la causante de los síntomas. Se trata de una enfermedad ginecológica, crónica, estrógeno-dependiente y que no tiene cura, sino que puedes someterte a una operación quirúrgica, que no te garantiza que no vuelvan a aparecer los síntomas, o tomar fármacos recetados por el médico. Es cierto que aún queda mucho por investigar sobre qué puede hacer la nutrición en relación con la endometriosis, pero realizar un cambio de hábitos donde predomine el ejercicio y una alimentación saludable puede ayudar a aliviar los síntomas. Hacer hincapié en el consumo de omega-3, a partir de las semillas de lino, las nueces, el pescado azul o el aceite de oliva, consumir alimentos ricos en vitamina A, C y E por sus antioxidantes, fáciles de encontrar en las frutas, frutos rojos, verduras, legumbres, cereales integrales y frutos secos nos ayudará a bajar la inflamación. Las crucíferas como la col, el brócoli, la coliflor o la rúcula son buenas para mejorar los niveles de estrógenos y la vitamina D, se asocia con una mejor respuesta inflamatoria e inmune, así que, aunque es difícil conseguir a partir de los alimentos, con dar un paseo de unos 10-15 minutos al día será suficiente para que el cuerpo absorba la cantidad que necesite. Jugar con las especias y hierbas aromáticas, perejil, tomillo, pimentón, cúrcuma o jengibre también nos ayudará a minimizar los síntomas y no tomar bebidas alcohólicas o disminuir el consumo de carnes rojas y productos ultraprocesados será un aliado para disminuir la inflamación.

¡Ojo! Que vivir con endometriosis y tener un buen puesto es factible, pero no podemos negar que es una limitación más de las que ya tenemos, que una baja mensual no lo acepta todo el mundo y que es necesario apostar por la ciencia para poder seguir investigando en salud femenina.

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