Las aseguradoras españolas pagan seis de cada diez entierros al año. En este sentido el seguro español gestionó 275.000 sepelios en 2018, un 61 % de todos los que se produjeron, porcentaje similar al de los últimos años, pero lejos del pico máximo del 75,3 % alcanzado en 2006, según un informe publicado por la patronal del sector, Unespa.
La presencia e importancia social del seguro de decesos en la sociedad española se demuestra con cifras: este producto presta cobertura a más de 21 millones de asegurados en todo el país, lo que significa que el 45 % de la población tiene contratada una de estas pólizas.
Las aseguradoras que se encargan de los entierros destacan también por proteger a personas de muy distintas edades, ya que no hay ningún rango de edad que esté por debajo del 15 % de aseguramiento, ni siquiera entre las personas prácticamente recién nacidas, añade el informe.
De hecho, sostiene Unespa, no es cierto que se trate de un seguro estrictamente de personas mayores, ya que su grado de penetración empieza a ser particularmente elevado entre las personas con más de 40 años.
En cuanto a la densidad geográfica, el informe muestra que la popularidad del producto es más elevada en el cuadrante suroeste del país (Extremadura, Andalucía y Canarias), mientras que el cuadrante norte (Cataluña, Aragón, Navarra y Baleares) es el que tiene menos cobertura de decesos.
Los datos también muestran grandes variaciones entre unas provincias y otras en lo relativo al precio de los sepelios, ya que, por ejemplo, en la provincia de Gerona son un 29 % más caros que la media nacional, mientras que en Zamora están un 40 % por debajo.
Entre las provincias con costes diferenciales superiores en cuanto a las aseguradoras en materia de entierros, además de Gerona, están Madrid, Barcelona, Lérida y Huesca, en tanto que entre las que ofrecen entierros más baratos figuran, además de Zamora, Santa Cruz de Tenerife, Palencia y Soria, así como las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.
En el caso de los sepelios que no requirieron traslados de ningún tipo, los datos recogidos para ciudades de más de 50.000 habitantes establecen que la Comunidad de Madrid es la más cara y dentro de ella, el municipio de Rivas-Vaciamadrid, con unos costes un 59 % superiores a los de la media nacional y un 47 % por encima de la media de las ciudades con más de 50.000 habitantes.
A continuación se sitúa Madrid capital, también con una diferencia del 59 % respecto al conjunto del país, seguido de San Sebastián de los Reyes (51 % de diferencia) y Las Rozas de Madrid (49 %).
Por el contrario y siempre dentro de la categoría de más de 50.000 habitantes, las ciudades donde es más «barato» morirse son Arona (Tenerife), con una diferencia del 38,6 % respecto al resto de España; Vitoria (Álava), donde el sepelio es un 32 % más barato; y Toledo (-29,2 %).
Un producto de decesos normal incluye, como su nombre indica, los gastos y trámites relacionados con el fallecimiento y el entierro, es decir, los servicios funerarios como el acondicionamiento del cadáver, la estancia en el tanatorio, el féretro y las flores, con traslados o repatriaciones incluidos.
Un seguro más completo puede incorporar, además, ciertos trámites burocráticos posteriores como la gestión de la pensión de viudedad, asesoramientos o asistencias en grados diversos.
Y en los últimos años, los clientes han empezado a demandar garantías adicionales anteriores al fallecimiento, como asistencia a domicilio, teleasistencia, medicina predictiva y genética, centros de día o incluso cuidados paliativos, según expertos.