En Rivas, el inicio de curso no es solo una fecha en el calendario: es la oportunidad de reafirmar nuestro compromiso con la infancia y la juventud. Mientras los patios quedaban vacíos y las aulas se llenaban de silencio, como cada verano, hemos aprovechado para acometer mejoras en algunos de nuestros colegios y escuelas infantiles. Este año, hemos destinado más de un millón de euros a nuevas zonas de juegos, servicios renovados o una nueva cocina como en la Casa de Niños El Dragón que hacen de los centros lugares más acogedores.
Además, ya está en marcha Renatura Rivas, un proyecto que va más allá de plantar árboles. Hablamos de transformar los entornos escolares en aulas al aire libre. Las entradas de los colegios Rafael Alberti, Mario Benedetti y el CEIPSO La Luna se están renaturalizando: más sombra, más vegetación, más espacios de juego y más seguros. Y lo hacemos junto a alumnado, familias y profesorado, porque entendemos que cuidar la ciudad empieza por cuidar a quienes la habitan desde la infancia. La Rivas del mañana también se hace con participación y pensando en el bien común.
Sin embargo, un año más, afrontamos el inicio de curso con un problema que se repite: la falta de infraestructuras educativas por parte de la Comunidad de Madrid. Cada septiembre es un reto porque los centros no se construyen al ritmo necesario. Y cuando llegan, lo hacen tarde, por fases, con obras interminables que obligan a estudiar en barracones. Ocho años después, el CEIPSO La Luna sigue sin gimnasio. A pesar de que nos hemos ofrecido en numerosas ocasiones a terminarlo, la Comunidad no ha cumplido. Y no es un caso aislado: el CEIP Mercedes Vera empieza el curso sin las aulas previstas ni baños adaptados; el IES Margarita Salas también acumula retrasos, pese a ser fundamental para aliviar la presión en secundaria.
Mientras tanto, la presidenta Ayuso anuncia bajadas de ratios y patios abiertos como grandes medidas. Pero la realidad es otra: casi el 30% de las aulas de primaria superan la ratio legal y en 1º de la ESO todas las aulas han salido con 28 plazas cuando deberían tener 25. Además, reducir ratios sin construir nuevos centros implica sacrificar espacios comunes básicos como bibliotecas, laboratorios o salas de psicomotricidad, incumpliendo incluso la propia normativa autonómica.
Respecto a los patios abiertos, en Rivas sabemos bien lo que significan porque siempre hemos mantenido los colegios abiertos después de la jornada escolar. Lo que sería innovador es abrir también las bibliotecas y las pistas deportivas de los institutos, competencia directa de la Comunidad de Madrid. ¿Por qué no aprovechar esas instalaciones para que el alumnado pueda estudiar o practicar deporte en sus propios centros?
Lo urgente es que la Comunidad de Madrid asuma su responsabilidad y planifique la construcción y finalización de los centros que necesitamos. La educación pública merece respeto y recursos, no grandes titulares. Este Ayuntamiento vuelve a tender la mano a la Comunidad de Madrid para hacer realidad las infraestructuras pendientes. Ya sabemos que funciona y el CEIPSO La Luna lo demuestra. Mientras, seguiremos defendiendo una escuela pública digna y de calidad. Ni más ni menos.








