Cuesta arriba: empezar el año con desigualdad

La Navidad deja un reguero de comidas, cenas y regalos que pone a prueba las maltrechas cuentas de la economía familiar. Además, el inicio del año suele ser el momento de subida de las tarifas de luz, gas, telefonía, seguros y de multitud de servicios por los que pagamos. Apenas hemos conseguido tragar las uvas y nos damos de bruces con la “cuesta de enero”, difícil de tragar. Pero no para todos por igual.

La mitad más rica de la población (y no digamos el 0,01% de los super ricos) acapara hoy una parte mayor de la tarta, según recientes estudios. Mientras que el resto ha visto empeorar sus condiciones de vida en los últimos años.

Dejamos atrás -por fin- el impacto de la crisis del COVID-19 y la guerra de Ucrania en nuestros bolsillos. Y sabemos que el gran generador de desigualdad de nuestro país (el desempleo) ya no golpea como antes, debido a los ERTEs desplegados y a los buenos datos de empleo que ha ido dejando la Reforma Laboral de Yolanda Díaz.

En cambio, la inflación se ha cebado con nuestra cesta de la compra y la subida de las hipotecas a tipo variable ligadas a la subida de los tipos de interés ha sido un golpe difícil de encajar para muchas familias. No hace falta esperar, en este caso, a estudios académicos para constatar el fracaso de la Ley de Vivienda (que dejaba a Ayuso las competencias de control de precios del alquiler) o el fracaso de Nadia Calviño al dejar la congelación de las hipotecas a la buena voluntad de los bancos.

La pasada legislatura iba a contar con el Ingreso Mínimo Vital (IMV) como medida estrella para reducir las desigualdades garantizando que, como se decía, “nadie se quede atrás”. Sin embargo, la montaña de burocracia y una mala implementación han reducido su impacto.

Allí donde las grandes administraciones no llegan, surgen iniciativas locales tanto de la sociedad civil como de los Ayuntamientos. En Rivas, destaca el rol de la Red de Recuperación de Alimentos de Rivas (RRAR) que consigue recoger y recuperar alimentos y todo tipo de materiales (ropa, juguetes, etc.) que necesitan muchas familias necesitadas de nuestro municipio.

Porque aunque Rivas se encuentre entre los municipios de mayor renta del país, no debemos olvidar que cualquier vecino o vecina podemos vernos arrojados de repente al riesgo de exclusión social, tras un despido o una enfermedad imprevista. La Lotería del Niño toca a unos pocos, pero la lotería de la pobreza está siempre mucho más repartida.

Si no queremos dejar al azar resolver los problemas de nuestro tiempo, tenemos que marcar como Propósito para este Año 2024 seguir reforzando nuestro Estado del Bienestar. Porque todos y todas podemos necesitar su red de seguridad en algún momento de nuestra vida y porque los derechos (educación, vivienda, sanidad…) solo son derechos de verdad -en vez de privilegios- cuando son realmente universales.

Os deseamos un feliz y próspero año nuevo para todos y todas. Y deseamos fuertemente que esta vez lo sea, de verdad, para todos y todas.

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