Una nueva estación, en el entorno de Madrid Río, y un intercambiador en Conde de Casal, que conecte la capital con los municipios del corredor de la A-3. La Comunidad extenderá la línea 11 de Metro, más allá de la cabecera de Plaza de Elíptica, con el objetivo de mejorar la movilidad de los más de 800.000 residentes de los distritos de Carabanchel, Usera, Arganzuela y Retiro y el municipio de Leganés. El trazado, de más de 6,3 kilómetros, incorporará dos conexiones con Palos de Frontera (línea 3) y Atocha Renfe (linea 1, Cercanías y Alta Velocidad). Una vez finalice el periodo de alegaciones y a la espera de su elaboración definitiva, el proyecto -seleccionado por los técnicos entre las tres opciones manejadas- tendrá un presupuesto superior a los 300 millones de euros y las obras podrían empezar a lo largo de 2020.
Rosalía Gonzalo, consejera en funciones de Transporte, Vivienda e Infraestructuras, presentó ayer día 17 el proyecto en la estación de Conde de Casal.
El plan incluirá una estación de nueva apertura, en la zona de Madrid Río, con salidas a los paseos de Santa María de la Cabeza y Yeserías. Desde ahí, los trenes circularán hasta las estaciones de Palos de la Frontera y Atocha Renfe y alcanzarán el final de línea en el futuro intercambiador de Conde de Casal, que acogerá, además, las terminales de los autobuses interurbanos que unen la ciudad con Rivas Vaciamadrid y Arganda del Rey, entre otras localidades.
El Gobierno regional deberá estudiar las alegaciones de varias asociaciones de vecinos del sur de Madrid, en las que piden el levantamiento de una estación adicional al sur del río Manzanares. Los residentes de Carabanchel Alto reclaman una parada ubicada antes del cruce del río, en el barrio de Comillas o una variante de la misma a la altura del puente de Praga. Por su parte, los de Comillas (Carabanchel) y Moscardó (Usera), apoyados por la Fravm, solicitan la construcción de una estación en el Parque de Comillas, que podría dar servicio a unas 21.000 personas.
Con esta ampliación, el metro madrileño añadirá una estación más a las 302 actuales, afianzándose como el noveno más grande del mundo -y tercero de Europa- en kilómetros, después de los de Shanghái, Pekín, Londres, Nueva York, Seúl, Moscú, Tokio y Cantón.
Por otro lado, los trenes de la línea 4 no pararán en la estación de Bilbao desde este sábado hasta el 21 de septiembre, debido a las obras de instalación de un ascensor. Los convoyes circularán con normalidad pero sin efectuar parada en los andenes. El servicio de la línea 1, en cambio, no se verá alterado.
Los trabajos cuentan con un presupuesto de 8 millones de euros y están integrados dentro de los trabajos de instalación de un total de siete elevadores, que Metro tiene previsto implantar en la parada de Bilbao para hacerla completamente accesible a las personas con movilidad reducida.
Pese a que la reapertura de la estación de Metro de Gran Vía (cerrada desde agosto del año pasado) estaba prevista para el último trimestre del año, la consejera en funciones de Transportes, Vivienda e Infraestructuras, Rosalía Gonzalo, indicó ayer que todavía no hay fecha definida para ello.
«La obra en superficie estará minimizada, pero no se podrá dar servicio porque seguirán los trabajos», explicó Gonzalo, aludiendo a la necesidad de adaptarse a las circunstancias, condicionadas, en este caso, por la aparición de restos arqueológicos. Las obras en la estación de Gran Vía permitieron localizar parte de la estructura original del ascensor que diseñó el arquitecto Antonio Palacios en esta parada, que data de 1919.