No quiero nada que no sea justo
Queridos Reyes Magos de Oriente:
Un año más os hago llegar mi carta con la esperanza de que algún año me concedáis lo que pido. Sé que tenéis muchos deseos que cumplir pero este año me he portado muy bien por lo que espero que lo tengáis en cuenta.
Como bien sabéis no he protestado cuando en el hospital o en el centro de salud me han dicho que tenía que acudir a trabajar a pesar de que me habían concedido el día libre. Tampoco he dicho nada cuando me han ofrecido, a través de la Bolsa, un empleo que estaba a casi 100 km de mi casa y todo para hacer una sustitución de un par de días a lo sumo.
No me he quejado cuando, tras llegar al hospital, me he encontrado que la sustitución para la que me han contratado era para un puesto de trabajo que desconocía totalmente. No he dicho nada, en definitiva, cuando me he encontrado sola en una planta con más de 20 pacientes sin apenas saber dónde estaba el material o con pacientes que tenían patologías que apenas había abordado ya que era la primera vez que trabajaba en ese Servicio.
Este año, además de trabajar en precario como otras muchas compañeras y compañeros, he tenido que prepararme varias oposiciones sin poder alejarme mucho del teléfono para que no me penalizasen en la Bolsa de Empleo. Imaginad como estaba, con nervios por el examen y sin saber cómo lo haría.
Queridos Reyes Magos este año me gustaría que me trajeses un trabajo donde no tuviera estrés, sin agobios, sin tener que hacerlo sola y, sobre todo, sin la precariedad que soporta toda mi profesión. Hace mucho que nos prometieron que se convocarían Ofertas Públicas de Empleo de forma periódica pero cuando lo hacen se amontonan, como las de este año, como tampoco lo hace la Carrera Profesional. Esa a la que tengo derecho pero que los políticos se niegan a reconocer.
También querría que el Parlamento diese vía libre a que se debatiera la Ley que promueve que los centros asistenciales cuenten con un número mínimo de enfermeras por paciente, que se reconociera mi papel en la sanidad y que se retribuyera mi trabajo como realmente me merezco y que pudiera acceder a la jornada de 35 horas, como tenía cuando empecé a trabajar y que se nos reconozcan las especialidades y que se convoquen plazas para ellas.
Me gustaría, por una vez, no tener desajustes de sueño o en la alimentación por tener que alternar el trabajo de día y de noche en el hospital o que, cuando trabajo en Atención Primaria, se me pague realmente por el número de pacientes que tengo asignados. También querría poder contar con el número de compañeros necesarios para poder hacer toda la Educación para la Salud que realmente me gustaría realizar. No pido mucho, simplemente que se me trate como al resto de compañeros y que las enfermeras no seamos diferentes.
También me gustaría pedir por otras compañeras y compañeros. Por las matronas y los fisioterapeutas que están hartos de pedir más plantilla, para que sean considerados parte plena de los equipos de salud y no como refuerzo.
Como veréis no pido nada raro, simplemente que se me reconozca lo que soy, una profesional sanitaria que se ha esforzado mucho (y lo seguirá haciendo) por cuidar a todos y de todos.
Atentamente
Una enfermera
P.D. Espero que se note que este año, la OMS ha decidido que 2020 sea el Año Internacional de la Enfermera y la Matrona