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En el Carnaval de ‘Rivas de Janeiro’, más Janeiro y menos Rivas

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La llegada del Carnaval inmediatamente nos sugiere fiesta, crítica mordaz, irreverencia, imaginación desbordante, deshinibición, risa,… En el Carnaval aflora todo lo estrambótico, exagerado, extravagante, ridículo, etc.

Este ha sido siempre el ‘Carnaval de Rivas’, y quizás por eso se ganó el apellido de ‘Janeiro’, por originalidad y atrevimiento, emulando la grandeza del Carnaval de Río de Janeiro.

Pero el Carnaval de Rivas se apaga, cada año son menos los grupos de chirigotas a concurso. Los grupos locales este año han sido solo dos, el resto son los que vienen de ‘tourné’, y no quiero decir con esto que no sean buenos, casi todos lo son, derrochan imaginación en las letras y en sus coreografías, aunque este año menos que otros. Pero les falta ‘chispa’, atrevimiento, originalidad y sobre todo concreción en la realidad local. Y es que es normal, los grupos de fuera cantan e interpretan letras comunes para todo los lugares donde en estos días actúan, desconocen la realidad local y probablemente tampoco les interesa mucho, ya que si fuera de otra manera procurarían enterarse y , al menos uno de los temas dedicarlos a Rivas, en este caso. Los dos únicos grupos locales que quedan, muy buenos en lo que se refiere a exhibición de conjunto, pero ausentes de crítica valiente, mordaz, atrevida…

Años atrás, los políticos del Partido Popular no iban al concurso de chirigotas por los que le caía con cada actuación. Y los políticos del gobierno local si hacían acto de presencia, pero con cierta congoja sabiendo que algo les tocaría procedente del repertorio. Hoy los políticos del gobierno solo se rién y sin ninguna preocupación por la crítica, porque no se hace.

En cuanto a las chirigotas interpretadas, los mismos temas recurrentes una y otra vez, hasta en varias letras de una misma comparsa. Y el resto de los temas interpretados, los mismos tópicos de siempre y, salvo contadas excepciones, con poca gracia.

El comentario entre los que asistimos siempre al concurso de chirigotas, políticos, periodistas, …, “esto tiene poca enjundia”, “los más jóvenes tienen que tomar el relevo”,…, incluso había quien planteaba la posibilidad de hacer dos grupos de participantes: los profesionales o semiprofesionales, que están prácticamente todo el año ensayando, y los colectivos que se juntan solo con motivo del carnaval de cada año y se atreven a cantar lo que ellos sienten y piensan recogiendo también el sentir colectivo… Hasta iniciar ‘escuela de chirigotas’ se sugería: el  legado cultural, la creatividad, el derroche imaginativo, la crítica terapéutica,…, que suponen los carnavales, no debemos dejarla perder.

A pesar de esta percepción, las chirigotas y el conjunto de los carnavales han sido buenos, algo menos de participación que otros años, quizás haya hecho más frío.

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