La asociación ripense “Todo esto era campo” intenta así consolidar “de facto” una situación por todos conocida.
Estamos en la zona de prioridad peatonal de Covibar, germen del primer carril bici que existió en el municipio y por el que ahora pasean señoras con carrito de la compra y mayores que se dirigen al centro de salud o a la farmacia. Desde tiempos inmemoriales, cada vez más se observa una procesión de jubilados a lo lejos, viniendo desde Pablo Iglesias, la urbanización vecina. Van despacio, pero no paran. En invierno se les ve antes del anochecer y, en verano suelen aparecer por la tarde-noche, cuando el sol ya no aprieta.
Lo que una vez fue un símbolo de progreso y movilidad sostenible, está viviendo una metamorfosis berlanguiana. La Asociación de Mayores «Todo esto era campo” está empeñada en consolidar esta situación “de facto”, pero no se conforma con Covibar, sino que ha lanzado una peculiar petición al Ayuntamiento: transformar el nuevo carril bici en una flamante «Ruta del Colesterol».
Efectivamente, Eufrasia Todo, portavoz de la Asociación, ha declarado a este medio que “ante el poco uso que los ciclistas dan al carril, nosotros vamos a colapsarlo al menos dos veces al día con muchas de nuestras asociadas, que todavía estamos bajando los excesos de las Navidades”.
Preguntada sobre la posibilidad de una mala acogida por parte del Consistorio a la propuesta, la representante de “Todo esto era campo” no contempla esa posibilidad: “Tenemos todo pensado. Los grupos no serán mayores de 20 personas y dejaremos espacio suficiente entre ellos para que podamos criticarnos entre nosotros sin que se nos oiga. También vamos a repartir bolsitas reciclables para las que comen pipas durante los trayectos puedan depositar ahí las cáscaras y luego las tiren a una papelera, que somos muy respetuosas con el medio ambiente. Por eso mismo, y para contribuir a la bajada de emisiones que todo carril bici conlleva, vamos a recomendar a las personas que sufran de aerofagia que se abstengan de utilizarlo. Por supuesto, vamos a circular todas con chalecos fosforitos de esos y por las tardes/noches llevaremos una linterna de diadema de esas que se compran en locales regentados por personas de origen asiático (bueno, ya sabe usté, los chinos de toda la vida, pero es que, si no lo decimos así, nos regañan). Y ya por último, aprovechando el paseo, abroncaremos debidamente a los repartidores de Amazon que aparquen en el carril bici, a los repartidores de comida rápida y a los conductores que vayan a más de 30 Kms/h”.
Este medio ha solicitado información a la concejalía correspondiente, que ha declinado hacer comentarios sobre la propuesta, pero nos ha dado la turra durante media hora sobre lo bueno que es montar en bici y lo consabido de que “se trata de una apuesta decidida por reducir la emisión de gases contaminantes, por la reducción del consumo de combustibles fósiles y por mejorar la seguridad vial en los desplazamientos en el interior de la ciudad”, todo ello mientras nos agarraban del brazo.