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Aforo completo: la masificación de la educación en Rivas

Aforo completo. Colegio de Rivas

La Plataforma Educativa de Rivas viene alertando de la progresiva masificación de los centros escolares en el municipio. En coordinación con las Asociaciones de Familias del Alumnado (AFA), han estado recopilando datos y contrastándolos con las cifras oficiales. La masificación tiene dos vertientes: hay más clases (letras por curso) de las que debería en ese cole o bien hay más alumnos de los que debería en cada clase (se incumplen las ratios).

Cole a cole, drama a drama

En Las Cigüeñas, por ejemplo, convirtieron dos aulas en tres de menor tamaño para poder atender al mayor número de alumnos. Y aun así, denuncian que las clases de religión se tienen que dar en el pasillo al no haber espacio suficiente. En este centro hay 25 alumnos por encima de línea (un aula entera).

“Ahora las llaman unidades, antes eran líneas”, nos aclara Aurora Fernández, presidenta del AFA del Dulce Chacón. La mayoría de colegios construidos en Rivas son de línea 2 o, en la nueva nomenclatura, de dos unidades. “Esto quiere decir que el cole tiene una letra A y una letra B, dos aulas por curso, donde de repente metemos tres”, denuncia esta madre activista.

En cuánto a las ratios, Las Cigüeñas no es de los colegios más masificados: solo hay 6 alumnos sobre ratio, que corresponden a seis aulas que sobrepasan este ratio marcado por la administración. Según nos cuentan las familias, las ratios estaban en 25 niños por aula hace unos años y se bajaron legalmente a 20, sin que bajara apenas el número de niños por aula. “A la ratio de 20 niños por aula se le aplica un 10% o así de margen que se sigue considerando dentro de ratio”, denuncia una de las madres.

El Hans Christian Andersen es el colegio que tiene más alumnos sobre ratio: 13 niños y niñas entre las 8 aulas que sobrepasan este límite marcado por la Administración. A este problema se añade el tener 5 aulas por encima de ratio, lo que suma 120 alumnos afectados. La Plataforma Emergencia Educativa denuncia que se ha eliminado la sala de profesores y se ha unificado el aula de música con la sala de usos múltiples, para intentar inventarse nuevas aulas para el alumnado. “Se quitan espacios comunes tan necesarios como las bibliotecas” denuncia Aurora Fernández, quién recuerda que en el Dulce Chacón tienen la sala del AFA cedida, por lo que solo pueden usarla cuando está libre, bajo reserva previa al centro, lo que les dificulta organizarse.  

Una situación también dramática viven en La Luna con 220 alumnos sobre línea y 9 alumnos sobre ratio. El colegio con más alumnos sobre línea de todo Rivas ha tenido que ir cerrando los siguientes espacios: aula de informática, aula de música, aula multiusos, aula de psicomotricidad, pasillo (en donde se construyó otro aula) o la cafetería. Las familias denuncian que la construcción de este colegio se encuentra a medias aún, ya que desde 2017 siguen pendientes de que se construyan 3 aulas de infantil, 9 aulas de primaria, 12 de secundaria, la biblioteca, el aula de tecnología, el laboratorio o el gimnasio.

El colegio Dulce Chacón destaca por ser el único sin aulas o alumnos sobre línea, con “solo” 8 alumnos por encima de ratio. Una situación que no ha evitado los problemas de falta de atención de personal, de temperaturas adecuadas para el estudio o de ruidos y peligrosidad por la presencia de obras, como denuncia Aurora Fernández de forma más detallada en la entrevista de esta misma revista.

Y es que en este centro tienen el dudoso honor de acoger en barracones al Colegio Mercedes Vera (“Hispanidad”, según la Comunidad de Madrid), a costa de espacio de parking y de patio de recreo. Según una de las activistas de la Plataforma Emergencia Educativa, “si la Comunidad de Madrid no respeta como queremos llamar a un centro, menos podemos esperar que resuelva esta masificación en las aulas”.

Si agrupamos estos datos de la Plataforma, encontramos que en Rivas hay 1228 alumnos por encima del número de plazas para las que fueron diseñados los centros. “Es totalmente inaceptable la masificación que sufren nuestros centros educativos por el retraso de la Comunidad de Madrid en la construcción de nuevos centros” ha declarado el concejal de educación, José Alfaro, al conocer estas cifras.

El laberinto de la segregación escolar

“Ir a la escuela pública es un acto de compromiso militante” denuncia Leire Olmeda, colaboradora de este medio y que realizó su tesis doctoral en Metodología de las Ciencias del Comportamiento y de la Salud sobre el alumnado resiliente, en base a los datos internacionales del Informe PISA. “El rendimiento académico está directamente relacionado con el origen socioeconómico” explica Olmeda.

Ella añade que “a pesar de ello, hay alumnos de entornos empobrecidos que alcanzan el éxito académico”. Su trabajo analizaba a ese alumnado resiliente que se sobrepone a sus dificultades de origen y encontraba factores comunes como la asistencia a la escuela pública o la enseñanza de herramientas de aprendizaje (aprender a aprender, lo que incluye saber resumir, hacer esquemas, etc.).

En el caso de la enseñanza pública en la Comunidad de Madrid, su efecto igualador estaría en cuestión, según esta experta en evaluación educativa, ya que “se trabaja activamente para perpetuar las desigualdades de origen”. Leire Olmeda explica que se deriva al alumnado humilde a la pública, frente a la privada y concertada. A este primer nivel de segregación se suma la política de bilingüismo, que “dificulta el acceso a centros bilingües a niños con dificultades para el idioma, sea por razones pedagógicas, idiomáticas o de formación alcanzada por los progenitores”. Según Acción Educativa, el 86% de los docentes observan efectos adversos en el alumnado por la aplicación del programa bilingüe.

En esta carrera de obstáculos, un hijo de una familia migrante no hispanohablante tiene las de perder, como también los niños de origen socioeconómico bajo que no tengan madres universitarias (los roles de género hacen que influya más la educación de la madre como predictor del rendimiento académico). Más tajante aún se muestra el maestro Paco Serrano, director del documental “La chapuza del bilingüismo”, que en un acto de FAPA Rivas declaró que -como en el cuento de “El traje nuevo del emperador”- “casi todo el mundo estaba viendo que el programa del bilingüismo era un fracaso, pero casi nadie se atrevía a decirlo”.

Otra barrera añadida es la Zona Única que se aplica en los municipios, ya que “según un informe difundido por la propia Comunidad de Madrid, que analiza la implantación de la Zona Única en la ciudad de Madrid, esta medida supuso un aumento de la segregación escolar entre las clases más bajas”, explica Olmeda. Lejos de acabar aquí la lista de dificultades, se le suma el fomento de la jornada continua en los centros educativos, que ha ido creciendo en los últimos años en Rivas.

Hemos hablado con defensoras y detractoras de esta medida, que discrepan en la forma en que se está aprobando. Para quienes defienden la medida, “el quórum exigido es elevadísimo y favorece que se bloquee introducir la jornada continua”, mientras que sus opositores denuncian que hay centros donde el equipo directivo hace campaña activa por la jornada continua y impide cualquier tipo de crítica.

Según un estudio realizado por la Universidad de Lleida, “el ideal educativo de fomentar la igualdad de oportunidades para todos los alumnos queda truncado con la implantación de la jornada intensiva sin facilitar el acceso a actividades extraescolares”. También se considera que el avance de la jornada continua conlleva enormes costes sociales, económicos y de igualdad de género para las familias españolas, según otro informe del Centro de Políticas Económicas de ESADE.

Atención a la diversidad, víctima de las ratios

Ante este panorama oscuro de la segregación escolar en la Comunidad de Madrid, líder en este problema según Save The Children, las ratios son el gran enemigo de la atención diferenciada al alumnado, que puede tener necesidades especiales, altas capacidades o muchas otras situaciones difíciles de atender. “Si 25 alumnos pueden llegar a estar en el límite del ratio, imagínate lo difícil que es hacerte con 30 peques, que te estén atendiendo”, denuncia Aurora Fernández. Sin atención a la diversidad y ratios más bajas, denuncia la presidenta del AFA del Dulce Chacón, volvemos a un modelo de clase magistral, en el que “si te enteras, te enteras y si no, ¿qué le vamos a hacer?”.

No es de extrañar que muchas familias que se lo puedan permitir busquen alternativas en la concertada (donde hay modelos pioneros con gran sensibilidad ecologista, feminista y social como el del Colegio Hipatia) o en la privada. “Me da la sensación de que esas familias asocian la concertada y la privada con mejores resultados educativos, con mejor calidad en la enseñanza, pero yo creo que eso tiene que ver con el modelo educativo del centro y con cómo de involucrados estén los profes”, se posiciona Aurora Fernández en defensa de la educación pública. Además de por el modelo pedagógico del centro concertado laico, otras familias se acercan al AFA del Colegio Hipatia por sus iniciativas de ruta escolar ciclista o de solidaridad con la Cañada Real. 

En España, una vez tenido en cuenta el nivel socioeconómico de origen, no existe diferencia en el rendimiento académico entre pública, privada y concertada, según demuestran los datos del Informe PISA. “Y como se ejemplifica en que la mayoría de los alumnos con mejores pruebas de selectividad vengan de la pública”, recuerda Leire Olmeda.

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