¿Contamos un poco de historia?

Nutrición para policías en acción

Rivas siempre ha sido una ciudad multicultural donde la influencia de las diferentes religiones ha predominado en la elección de alimentos. Hay que tener en cuenta que, a lo largo de la historia, cada religión ha desarrollado sus propias tradiciones relacionadas con la alimentación.

El cristianismo tuvo mucha influencia en la Edad Media. Centrándose en la gula y la lujuria, consideraban que la carne calentaba al cuerpo provocando la lujuria. Así, se recomendaba un consumo más alto de legumbres, verduras y cereales. Llegaron a prohibir su consumo en los días de vigilia (todos los viernes y sábados del año), en la Cuaresma y en la víspera de los festivos religiosos. Además, durante la vigilia, a modo de sacrificio ante Dios, las comidas debían de ser insípidas y se promovía el ayuno prolongado. Se eliminaban los desayunos y las cenas tenían que ser antes del atardecer. Aunque el alcohol y las comidas copiosas no estaban bien vistas, nunca se llegaron a prohibir y el pan y el vino, tenían especial atención, al considerarse la representación del cuerpo y la sangre de Cristo.

Por otro lado, el judaísmo tenía unas normas estrictas para elegir los alimentos. Consideraban que Dios conocía la función de cada alimento y por ello, solo algunos eran apropiados para consumir. Estas normas, conocidas como cashrut, llamaban kosher a los alimentos apropiados y a los que no, terefá. Si un animal no era kosher sus derivados tampoco, excepto la miel, que aunque las abejas no eran apropiadas, su producto sí. Para que un animal pudiese ser considerado kosher tendría que ser, bien rumiantes con las uñas hendidas, o bien animales con escamas y aletas. En cuanto a las aves, no todas eran aptas, considerándose impuras a las rapaces y carroñeras, entre otras. Además, los animales debían de pasar por un ritual de sacrificio realizado por un rabino o un conocedor de la Torá. También existían normas para el momento de la comida, es decir, no se podían mezclar carne y lácteos y el vino tenía que estar elaborado por manos judías y hervido o pasteurizado. Los pies se consideraban impuros y el contacto con el vino podía dar lugar a pensar en la idolatría. De esta manera, cualquier derivado de la uva tenía que estar aprobado por el rabino de la comunidad. El sabbat, festividad judía, consideraba que los sábados no se podía trabajar y eso incluía cocinar, por lo que todos los alimentos que se fuesen a consumir debían de estar preparados el día de antes.

En el caso del islam, el Corán distinguía entre alimentos permitidos (halal) y prohibidos (haram). Las principales prohibiciones se basaron en no consumir la carne de cerdo o derivados ni las bebidas alcohólicas. Sin embargo, tampoco eran aptos los animales carnívoros o los que no tenían orejas, como la rana, el cocodrilo o la serpiente. Al igual que ocurría en el judaísmo, para que un animal pudiese ser considerado halal debía seguir un ritual de sacrificio a manos de un musulmán, de esta manera se consideraba que el alma escapaba del cuerpo y el animal quedaba purificado. Además, si el alimento se había conseguido de manera ilícita, ya sea robando la carne o pagando con dinero robado, no podía considerarse como apropiado. El Ramadán se celebra el noveno mes lunar, caracterizándose por un ayuno estricto durante el día y pudiéndolo romper después de la puesta de sol. Hay excepciones de quienes pueden no practicarlo si existe riesgo por su salud, como los niños, los ancianos, las mujeres menstruantes o los bebés lactantes. Y se permitiría el desayuno a aquellas personas que se encuentran recorriendo grandes distancias, especialmente si es a la Meca.

Existen muchas religiones, cada una con sus tradiciones que influencian a la hora de escoger los alimentos, pero todas ellas tienen algo en común. Se basan en materia prima de calidad, como las verduras, legumbres, cereales, carne y/o pescado, dando importancia al cocinado de estos ingredientes y dejando de lado aquellos productos preparados que podemos encontrar en los supermercados.

Marta Torrijos es dietista en Rivas Vaciamadrid.

Puedes contactar con ella en porunpocodecoco@gmail.com

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