OPINIÓN

Caos en la educación: una estrategia premeditada

Ante el negacionismo, políticas reales

En estos primeros días de julio, con temperaturas que se acercan cada día a los 40 grados y con noches tropicales que raramente bajan de los 25, se están conformando los ayuntamientos, parlamentos y gobiernos autonómicos salidos de las elecciones celebradas el pasado 28 de mayo. Durante estas semanas, nos estamos acostumbrando a escuchar y leer declaraciones de quienes han sido nombrados presidentes de las asambleas regionales por los acuerdos suscritos por la derecha y la ultraderecha en toda España.

Un ejemplo, la burla que del cambio climático hace la nueva presidenta de las Cortes de Aragón, de Vox y alzada al puesto con los votos del PP: “un cambio climático sin precedentes ha causado que el nivel del mar en el puerto de Sidney se haya incrementado en 0 cms en los últimos 140 años”. Otro más, el del vicepresidente de la Junta de Castilla y León, que instó al alumnado de un colegio de su tierra a preguntarse “si el CO2 es o no un gas contaminante”.

El negacionismo del cambio climático es una de las mayores regresiones a que se enfrenta la sociedad actual, acosada en España por temperaturas extremas como las que estamos viviendo en los últimos tiempos (abril fue el mes más caluroso de las últimas décadas), con incendios forestales devastadores o con muertes en el trabajo por la exposición al calor. Frente a este fanatismo de quien oculta en su negación del cambio climático los intereses más espurios, quien prima el capitalismo más salvaje a la salvaguarda del planeta y, por tanto, del futuro, hay gobiernos decentes que aplican políticas para atenuar el rojo intenso que ha teñido nuestros mapas durante esta situación de alerta térmica.

La aplicación de los fondos europeos en políticas para la implementación de nuevas energías renovables, la apuesta clara por el transporte público que está permitiendo a muchas personas moverse a sus trabajos sin necesidad de utilizar el coche o la expulsión de éste del centro de las ciudades son algunas de las políticas que está poniendo en marcha el Gobierno de España, a través de normativas como la nueva Ley de Cambio Climático promovida por el Ministerio para la Transición Ecológica de la ministra Ribera.

En Rivas, contamos con un Gobierno municipal comprometido en la lucha contra la contaminación y la degradación de la calidad del aire y del paisaje urbano. La movilidad sostenible, la apuesta por tres nuevas líneas de bus, o una red de carril bici, es parte de la política municipal contra el cambio climático y que algunos querían poner patas arriba por un mero interés electoralista. Las Zonas de Bajas Emisiones han logrado mejorar la calidad del aire en nuestra ciudad, donde además hemos empezado a implantar refugios de biodiversidad de la mano de nuestra empresa pública Rivamadrid. Los refugios contra las altas temperaturas tendrán que ser una realidad en este mandato, que se antoja clave en la consecución de una ciudad más resiliente al cambio climático. Está en nuestra mano: frente al negacionismo más irresponsable, las políticas reales de los gobiernos progresistas.

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