505 razones para enfadarme y una para indignarme

Cuando se lleva una veintena de años, como poco, dedicado de manera altruista a la información deportiva uno pide ya pocas cosas, pero una de las que pide y que es muy importante es respeto. Respeto por lo que hace, mejor o peor. Respeto por el tiempo que dedica a ello, por el tiempo que ha dejado de estar con la familia y amigos, por tener “la agenda” priorizada por los eventos deportivos de nuestro municipio, alguno tan importante como pueda serlo un partido de alevines.

Entrevista a pie de campo

Por eso, cuando salieron publicadas las candidaturas de los ganadores en la tercera edición del Día de Deporte, y ví que mi nombre no estaba entre los premiados sentí un profundo dolor. Y no lo niego. Sentí una tristeza inmensa, que me tragué sin sacarla fuera y sin comentarla con nadie, porque pensé que la gente del deporte, esas 949 personas que se habían molestado en votar habían preferido la otra opción presentada antes que la mía. Algo totalmente lícito y que evidentemente toca asumir porque eso es la democracia. Saber ganar y saber perder.

El pasado sábado 22 estuve presentando, en uno de los escenarios, la fiesta del día del deporte, lo mismo que había hecho los dos años anteriores, y al finalizar el acto y una vez que se habían entregado los premios, al despedirme de la gente que estaba por los alrededores del escenario, fue la primera vez que expuse a una persona relacionada con el deporte y a la que quiero mucho mi decisión ya tomada y definitiva de dejar la información deportiva en el municipio.

Se quedó atónita y le expuse con claridad mis argumentos. Cuando uno lleva tantos años dedicado a esto, no espera ni busca premios ni reconocimientos, pero duele en el alma que la gente del deporte no aprecie tu labor una vez que tienen la oportunidad de hacerlo puesto que en su día, uno de los amigos de Radio Cigüeña, José Jiménez, Belin, se había molestado en presentar mi candidatura a los citados premios. Candidatura que, creía yo, no había sido votada ni por el tato.

Alguien cercano, que escuchó parte de la conversación, apuntó que creía que en mi caso no se habían tenido en cuenta los votos, que desconocía los que había tenido cada uno de los candidatos, pero que el criterio a la hora de entregar el premio  lo había decidido el jurado en función de otros parámetros.

El criterio que se había seguido en mi caso era que “como José Mª ya había ganado este premio en otra ocasión, se lo daban al otro”.

Si digo que en ese momento me enervé, me quedaría corto, muy corto. Asumí, me callé, pero me entraron unas ganas tremendas de enterarme de como se habían desarrollado los acontecimientos para la concesión del premio.

El lunes por la mañana lo pasé decidiendo si merecía la pena remover las cosas o si tenía que seguir adelante con mi decisión de dejar la información deportiva y olvidarme del tema.

Una llamada telefónica por otro motivo me llevó a encender de nuevo la llama de la indignación y como sea que conocía y tenía los teléfonos de varios de los miembros del jurado empecé a interesarme por los criterios para ver si, lo que me habían dicho a mi, era cierto o no.

La primera sorpresa que me llevé fue al enterarme del resultado de la votación en mi categoría. El candidato ganador, Jorge Sánchez Rodríguez, Jorge Sanro, al cual yo si conozco y considero que no tiene culpa de nada,  había recibido 139 votos. Los votos recibidos apoyando mi candidatura habían sido 505.

Este dato lo cambió todo para mi. En primer lugar, pese a no haber pedido absolutamente a nadie, ni tan siquiera a mi esposa e hijas que me votaran, la gente del deporte, la gente de Rivas me había apoyado de una manera, entiendo que mayoritaria.

Si digo que eso supuso un consuelo para mí es cierto. Me reconcilió de alguna manera con el deporte y me hizo ver que no había pasado lo que yo intuía y que estaba totalmente equivocado al pensar que era la desidia de los posibles votantes lo que me había privado del premio.

Las ganas de enterarme entonces del porqué se me privaba a mi de ese premio aumentaron exponencialmente y tengo que reconocer que mi disgusto se tornó en indignación.

He contactado a lo largo de estos días con todos los miembros del jurado. Les conozco a todos y con todos he tenido relación. Con unos más que con otros, pero la relación que tenía con ellos era realmente cordial en algunos casos y buena o muy buena en otros.

Según parece, cuando se refirieron a la candidatura a la que optaba “Comunicación y difusión del deporte” se valoraron los méritos de uno y otro de la siguiente manera: “A José M.ª, que se lo merece, ya se lo hemos dado en una ocasión, por lo que si os parece se lo damos al otro”.

Esta es toda la valoración de méritos que se hizo y lo curioso del caso es que se aprobó por UNANIMIDAD. Los cinco miembros del jurado con derecho a voto lo aceptaron y la ex concejala de deportes y la persona que ejercía de secretario del jurado, ambos sin voto, pero imagino que con voz, callaron y otorgaron.

¿Quién incitó a los votantes a dirigir el voto hacia el otro candidato con una premisa totalmente FALSA? Es algo que ya tengo casi claro pero que quiero terminar de contrastar. ¿Se hizo de una manera espontánea  o había algún tipo de intención oculta al hacerlo?

Lo que si es cierto es que era la primera vez que estaba nominado en esta categoría y JAMÁS, he recibido el citado premio. No creo que se confundan los miembros del jurado con el que en el año 2017, en la primera edición, se otorgó a Radio Cigüeña que fue el premio al “Medio de comunicación”

Lo más triste de todo y lo que me hace pensar que ha habido mala fe, es que en esta edición, la tercera, seis de los premiados o premiadas repetían premio. Algunos en distinta categoría y otros en la misma categoría. Por ejemplo el Judo Club Rivas, premio a la mejor entidad deportiva el año pasado y este. Parece raro que estando un miembro importante del club como miembro del jurado, no cayera en este pequeño detalle y no advirtiera al resto de miembros del jurado que ya habían sido premiados el año pasado.

Han sido seis este año y también repitieron algunos premiados en la edición del año pasado con respecto a la del año anterior. Curioso. Hacemos la vista gorda con todos menos con uno.

Y defiendo y defenderé siempre que los premios tienen que dárselos a quienes lo merecen. Lo hayan recibido una o cien veces, que no era el caso. Lo que me parece vergonzoso es que se conceda un premio a alguien con el argumento de que el otro ya lo tiene y me parece indignante que no se respeten a esos 505 votantes, que voluntariamente y sin que nadie se lo pidiera en ningún sitio, decidieron apoyar mi candidatura.

Alguno pensara que todo esto es fruto de una rabieta por no haber recibido el premio y para nada es así. Mi primera intención, y así empezó todo, era dejar la información deportiva, asumir la derrota pensando únicamente en que en el Rivas Futsal si se habían movido apoyando y solicitando apoyos para el otro candidato y que en mi caso al no haber solicitado el apoyo de nadie ni comentado el tema con nadie, la gente no me había votado.

Pero no es así. Esto es escandaloso. Alguien, voluntariamente o no,  ha manipulado voluntades y le ha resultado muy sencillo hacerlo, puesto que a NADIE  se le ocurrió comprobar si el dato era cierto o no. Tampoco hubo nadie que comprobara si en los casos de  otros premiados se daban este tipo de absurdas incompatibilidades.

Por último, creo y lo creo de corazón, que el jurado nombrado no puede estar ni un solo día más en una institución como esta y que  deberían dimitir o dar explicaciones públicas puesto que se entiende que cuando uno es jurado de unos premios del tipo que sea hay que estudiar los perfiles y méritos de los candidatos, de todos ellos, y no aplicar normas excluyentes para unos que no para todos.

José M.ª Playán Colomina

Deportes en Radio Cigüeña

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