“332, una cifra que perjudica muy seriamente la vida de miles de personas en Rivas, y que podría resolverse muy facilmente”

Escuchaba esta misma semana a nuestro Alcalde, Pedro del Cura, en una entrevista que le realizaban en Radio Nacional de España, acerca de la mejor y la peor posición de nuestro municipio en una encuesta reciente sobre los municipios madrileños. Creí entender que en el aspecto de las bibliotecas, Rivas Vaciamadrid resultaba el mejor valorado, y el último de la lista en los peores resultados de transporte público.

El propio alcalde explicaba y asumía esta mala posición en cuanto al transporte que obedece a un Metro privatizado y “condenado” desde Puerta de Arganda, único de la Comunidad con un horario restrictivo y muy desfavorable, y con distintos precios dentro del mismo municipio. Por supuesto también al caso omiso (pareciera un castigo; esto lo digo yo) que la Administración viene haciendo hasta la actualidad en no dotar de un enlace a la M-50 a una Ciudad con alrededor de 90.000 habitantes.

Explicó el alcalde que todo esto origina que a pesar de que Rivas Vaciamadrid esté mucho más próximo a Madrid que otros municipios se tarde hasta más de una hora de diferencia con ellos en llegar a la capital.

No habló el regidor ripense de la supresión que se llevó a cabo de las líneas municipales de autobuses interiores de Rivas. Lo que no sería demasiado problemático si no fuera por el muy deficiente servicio recibido por el Consorcio de Transportes a través de la empresa “La Veloz, S.A.”.

Y dentro de este mal servicio, algo que, sin duda, por su poca entidad de gestión y coste (si es que lo tuviera) al Ayuntamiento ripense le sería muy fácil y rápido gestionar, y que viene perjudicando seriamente la vida y su calidad a cientos de familias, miles de personas, entre ellas de edad avanzada, niños, discapacitados, enfermos, sin coche o con él pero que no debieran usar, que vivimos en las numerosas mancomunidades y viviendas unifamiliares que se hallan en la zona de la Calle de Miralrío a partir de su intercesión con la de Lago Constanza, alejados de la estación de Metro más próximo (“Rivas Vaciamadrid”) como para no poder bajar, y menos subir, la empinada calle, andando (veinte minutos a buen paso y salud cuesta abajo).

Desde Conde de Casal (en Madrid), podemos coger sólo un autobús que nos acerque a nuestras casas a estos miles de personas que vivimos a partir de la Calle Lago Constanza (en Rivas): el L-334, que después de más de hora y media de rodeos, nos deja en la última parada de la Calle de Miralrío, esquina a Campillo de San Isidro.

Pero también podríamos coger en Conde de Casal, el L-332 que en media hora escasa nos acercaría al mismo lugar (pues hace un recorrido mucho menos corto), si no fuese porque tan solo a dos paradas (muy próximas entre sí), en la Calle del Miralrío y en línea recta, en la intersección con la Calle de Lago Constanza, gira a la izquierda, se las salta, y nos deja a miles de personas convertidos en hijos de un dios menor, a merced de solo un autobús, el L-334, que tarda un tiempo en llegar muy excesivo para lo corta que es cualquier vida en el mejor de los casos.

Y si venimos en el Metro, tres cuartos de lo mismo, aunque de la Plaza de entrada al Casco antiguo parten las dos Líneas, L-332 y L-334, si queremos llegar a casa tenemos que esperar tiempo y tiempo al único autobús, el L-334 que llega hasta Avenida del Campillo de San isidro ¡Y todo ello porque el L-332 abandona, se salta oficialmente, gira, dejando sin recorrer las dos únicas paradas, que tras haberlo constatado con varios de los conductores de la Línea, supondrían un aumento en su tiempo de recorrido de “tres minutos escasos”.

Es decir, nos dejan tirados los de “La Veloz” a miles de personas dos paradas antes cuesta arriba por tan solo tres minutos en su esquema de recorrido. Tres minutos contra las horas, agravios, peligros, etc. a que nos vemos sometidos diariamente ¡Y no digamos los fines de semana! los vecinos de Rivas Vaciamadrid que habitamos en el espacio de esas dos únicas paradas, dos veces castigados, una por lo desfavorable en general del transporte público en Rivas, y otra, por esta “nimiedad” añadida, de tan fácil resolución, y que mejoraría significativamente la vida a tantos.

Por ello deseo pedir a Pedro del Cura que, me consta desea lo mejor para el municipio que regenta, que de las instrucciones necesarias para que, al menos esto, que es tan sencillo, tan posible y tan barato, sea gestionado y conseguido entre nuestro Ayuntamiento y “La Veloz, S.A.”. ¡Son solo tres minutos a cambio de miles de horas de miles de personas!

Estoy completamente seguro de que se lo vamos a agradecer. Yo ya lo hago desde aquí.

enriquevalesvilla@hotmail.es

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