Este mes vamos a presentarles a un escarabajo de gran belleza y, además, uno de los representantes más grandes de la fauna europea y, por tanto, de España. “Polyphylla fullo” le denominan los científicos. Por alguna razón que desconozco, su nombre común, al menos en los libros, es el de “escarabajo batanero”.
Los adultos son de color marrón oscuro, a veces más claro y otras incluso negro, con un patrón de manchas blancas características. Puede alcanzar más de tres centímetros y medio y como es tan corpulento y, por otra parte, los machos tienen grandes antenas, con los artejos terminales en forma de abanico, su apariencia es impresionante.
Estos escarabajos pueden producir sonidos audibles si se sienten amenazados. Vuelan al anochecer durante la primera mitad del verano y se alimentan de las hojas de los pinos.
Hace setenta años era una especie relativamente frecuente en los pinares —si bien nunca fue abundante—, pero desde hace ya muchas décadas es muy rara, debido a los estragos producidos por el uso indiscriminado de insecticidas durante aquellos nefastos tiempos anteriores a la publicación del libro “Silent Spring” de Rachel Carson (“Primavera silenciosa”), que advertía sobre los efectos perjudiciales de los pesticidas en el medio ambiente y nos quitaba la venda de los ojos.
José Ignacio López-Colón