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MARZO MUJER

Alba Pérez, de La Ecologita

“Las mujeres tenemos un peso muy importante en el pequeño comercio ripense”

Alba Pérez abrió La Ecologita (Plaza de Cataluña, 7) en 2019 y desde entonces se ha convertido en la tienda de referencia para comprar droguería ecológica en Rivas. En este caso, emprendió sola, pero no en soledad: reconoce la importancia de su propia red personal de amigos y familiares, de las posibilidades de un municipio comprometido como Rivas o de haber tejido complicidades con otras compañeras.

Su caso lo guía el compromiso con la vida, de manera amplia. Primero, con la del planeta, y después, con unas condiciones laborales dignas, que ella no ha encontrado hasta que se lanzó a emprender tras años de contratos precarios. Hoy hablamos con ella sobre mujer y negocio a través del test Zarabanda. 

¿En qué año empezaste tu negocio en Rivas?¿Con qué recursos contaste?

Abrí La Ecologita en 2019. Si hablamos de recursos económicos: unos pocos ahorros de un trabajo de verano, capitalización desempleo, préstamo familiar y una subvención. 

¿Por qué decidiste montar un negocio?

A veces siento que me repito mucho, pero es mi realidad y la de muchas autónomas: cuando decidí montar La Ecologita me encontraba en una situación muy precaria, con trabajos (en plural) temporales y a tiempo parcial. Así que me decidí a montar esta tienda básicamente para intentar tener un salario digno y unas condiciones laborales dignas. Cada vez tenía más claro que no iba a tener un contrato laboral indefinido al menos en el corto plazo, así que me tiré a la piscina del emprendimiento por necesidad y porque pude (esto me parece muy importante) y tuve una red que me permitió hacerlo. 

¿Por qué elegiste Rivas?

Porque aún no se me ocurre un lugar mejor que Rivas para montar una tienda como esta. Y, especialmente, en este barrio en el que hay de todo y está aún muy arraigada la compra en el pequeño comercio. Y creo que esto no es así porque sí, sino porque se han cuidado mucho, a mi parecer, algunos valores como la solidaridad, la sostenibilidad o el asociacionismo, que creo que sustentan el pequeño comercio. 

¿Qué dificultades encontraste? ¿Y qué ventajas?

La dificultad principal fue el vacío de información para montar un negocio. Me sentí como si tuviera 100 piezas de un puzzle y tuviera que montarlo sin saber muy bien en qué fijarme. La ventaja principal que destacaría es que tenía una red de personas que me acompañaron muy bien en ese proceso.

¿Te has encontrado con machismo en tu día a día por el hecho de ser mujer y liderar tu propia empresa?

Espero no ocupar media página. Aquí además se junta ser mujer y ser joven. Así que desde el día 2 de La Ecologita hubo personas (y hay) que me dicen cómo llevar mi negocio. Principalmente me hacían y me siguen haciendo este tipo de comentarios hombres, algo que me resultaba curioso, porque quizá representen el 15% de mi clientela, pero son los que más veces me dicen cómo llevar mi tienda.

Además de este paternalismo, se suma la cuestión de la seguridad. De esto no eres consciente hasta que tienes una tienda y tienes algún percance o te lo hacen ver otras personas. Y es que cuando empezó a entrar el invierno de 2019 (cuando yo abrí) algunas personas me empezaron a decir que tuviera cuidado con mi comercio cuando ya es de noche. Y es verdad que desde ese momento empiezas a percibir tu tienda a ciertas horas como un espacio menos seguro, porque además hablas con otras comerciantes que sienten lo mismo o que han vivido situaciones violentas en sus comercios. 

Aquí también añadiría algún mensaje machista en las redes sociales de la tienda, pero esto sí que es más anecdótico.

¿Tener un negocio propio ayuda en la conciliación o es más duro?

No, no creo que sea más sencillo. Al menos en mi situación, en la que soy sólo una persona y que trabajo en horario comercial. Por tanto, se hace bastante complicada la conciliación y a veces es tremendamente agotadora la sensación de tener que poner en una balanza vida personal – vida laboral. Una situación que a mí me cuesta mucho es la de tener que cerrar un día por cualquier imprevisto. Lo vivo verdaderamente mal.

Tampoco puedo decir que sea más duro que un trabajo por cuenta ajena, porque creo que la conciliación simplemente no existe tal y como está pensado este sistema productivo.

¿Crees que las mujeres, por nuestro propio contexto, dirigimos las empresas de manera diferente?

Seguramente lo hagamos de otra manera respecto a los hombres cis, pero influyen también otros factores. No creo que una CEO de una empresa del Ibex 35 y yo dirijamos de la misma manera. 

En mi propia experiencia, y en mi sector, una de las cosas que más me gusta de trabajar con proyectos liderados por mujeres es que ponemos más énfasis en la colaboración que en la competición, en llegar a consensos. 

Pero con sinceridad te diré que hace unos años te hubiera respondido con más seguridad, y hoy la respuesta la tengo que acotar, al menos, a mi sector porque no lo tengo tan claro en general. Estamos en un momento en el que se pone en valor el individualismo, la competición, la productividad y el éxito a cualquier precio.

Hemos hablado de tu función como empresaria, ¿pero tus clientes son mayoritariamente mujeres u hombres?

Mi clientela está fundamentalmente formada por mujeres, creo que son aproximadamente el 85%. Por varias razones y empezando por la más visible: yo vendo productos de limpieza a granel y tanto la compra como la limpieza la siguen desempeñando principalmente mujeres. Hace poco entró un hombre a preguntar qué tenía en los bidones, le conté el tema de los productos de limpieza a granel y me dijo: «Se lo diré a mi mujer». Yo me sigo sorprendiendo, aunque no es anecdótico. Me ha pasado muchísimo y con gente más joven de lo que me hubiera imaginado.

Y luego, por supuesto, creo que otra razón es que mayoritariamente las que intentamos llevar una vida más sostenible somos mujeres. Un ejemplo que oigo casi todos los días: «Mi novio no se apaña con este estropajo natural o con este champú sólido». Esto tiene que ver con que a nosotras nos importa menos cambiar pequeños hábitos de nuestro día a día para cuidar el planeta. Y aquí la palabra cuidar me parece importante. 

En este caso, ¿ves alguna conexión entre el corazón de tu negocio (cuidar el planeta y consumir de manera responsable) y el feminismo?

Sí, por eso pongo énfasis en el término cuidar. Creo que nosotras, que hemos ejercido históricamente las tareas de cuidados, ponemos el foco en la interdependencia del ser humano con la Tierra y con otros seres que la habitan, igual que sabemos (por estas tareas de cuidados) que somos también dependientes de otros seres humanos. Si el término cuidar deja de recaer en las mujeres y ponemos esta interdependencia que nos conecta en el centro, creo que será más fácil caminar hacia un sistema más justo. 

Tras cuatro años de experiencia, ¿hay alguna reflexión más que quieras hacer sobre mujer y negocio?

Pues no sé si tenemos desglosados los datos del comercio en Rivas, pero creo que las mujeres tenemos un peso muy importante en el pequeño comercio ripense. Desde las instituciones debería potenciarse de manera activa la creación de autoempleo, especialmente, para mujeres en situaciones más vulnerables. Creo que no somos conscientes del potencial y la creatividad que hay en Rivas pero que no encuentran el empuje necesario para emprender.

Y ya por último, quiero señalar que para sostener los comercios que ya existen en Rivas y que tanta vida aportan a los barrios, hay que cuidarlos desde lo cotidiano comprando en ellos, recomendando, compartiendo; y también manteniendo unos alquileres justos que no nos hagan más precarias a las autónomas. 

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