Como ya dije en mi anterior artículo sobre las constelaciones del verano, una de ellas, Canis Maior (en latín), naturalmente que la podemos ver también en verano porque esta estación tiene TRES meses de duración y, aunque no lo parezca, el tiempo corre muy deprisa (😊). Las constelaciones que no podemos ver en verano realmente se datan sobre la mitad del verano, aproximadamente alrededor de la primera semana de agosto, porque después van apareciendo a distintas horas de la madrugada, y si fijamos una hora exacta de observación (por ejemplo, las 00 h.- medianoche-), veremos cómo se desliza el cielo sobre dicha hora. Por ejemplo: el día 10 de septiembre, podemos ver a la estrella Sirio (alfa canis maioris), pero a las 6 de la mañana.
El Can Mayor, a pesar de ser una constelación que está en el hemisferio Sur, se puede observar desde latitudes muy amplias porque no está lejos del “ecuador celeste”, sin embargo, en el hemisferio Norte, la mejor época para ver a Sirio es en invierno, en los meses de diciembre a febrero, debido a que se encuentra en su punto más alto en el cielo nocturno, mientras que, en el hemisferio sur, se puede observar Sirio en verano, durante los meses de junio a agosto.
Es una constelación “mitológica”, creada por la civilización griega y aparece entre las 48 constelaciones documentadas por el astrónomo griego Ptolomeo en el siglo II después de Cristo, existiendo varias interpretaciones sobre su origen mitológico. Escogeré la más popular: el Can representa a uno de los perros del cazador Orión, que seguía siempre a su amo, razón por la cual, cuando el héroe murió a causa de la picadura del escorpión (Escorpio), Zeus lo puso en el cielo con la compañía de su fiel perro, como señalan escritos de Homero y de Hesíodo, si bien estos y otros escritores identificaban al “perro” sólo con el nombre de su estrella principal, Sirio. Ya lo habréis adivinado aquellos que conocen el cielo: efectivamente, el otro perro de Orión es “Canis Minor”.
La figura que traza en el cielo esta constelación no puede ser más acertada. Basta con localizar a Sirio y podremos observar un esquema parecido a un perro con su cola extendida y situado ligeramente inclinado como si el can estuviese “festejando” a su amo, como realmente hacen los perros, o bien persiguiendo a la liebre que tiene a la derecha. Os adjunto en la figura 2 una carta estelar con las principales estrellas del Can. La constelación ocupa una superficie de 380° cuadrados, contiene un total de 1 objeto Messier, 39 objetos NGC y 2 objetos del Catálogo Caldwell.
El Can Mayor linda con las siguientes constelaciones: Unicornio (Monoceros), la Liebre (Lepus), la Paloma (Columba) y la Popa (Puppis) y curiosamente NO con la de Orión. Como vemos en la imagen, el perro de Orión está situado detrás del cazador (en el mapa, arriba a la derecha) y persigue a la liebre Lepus al tiempo que “mira” hacia Orión, su amo.
En cuanto a su nomenclatura, la abreviatura de la constelación es CMa, su nombre en latín Canis Maior y su genitivo Canis Maioris. Tiene aproximadamente unas 147 estrellas de magnitud visual < 6,5 que es lo que alcanza una buena visión y con buenas condiciones de temperatura y oscuridad del cielo.
Dado que los humanos somos muy aficionados desde que apareció el hombre, a intuir y trazar líneas imaginarias en el cielo, existe en el Sur un “asterismo” equivalente al “Triángulo del verano” del Norte, formado por las estrellas:
- Sirio (Alpha Canis Maioris), la estrella más brillante del cielo nocturno de la constelación Can Mayor.
- Proción (Alpha Canis Minoris): Estrella más brillante de la constelación Can Menor, una enana blanca-amarilla.
- Betelgeuse (Alpha Orionis): Estrella supergigante roja de la constelación de Orión.
El asterismo anterior se denomina sencillamente “Triángulo del Invierno” y como curiosidad añadida también los humanos hemos “trazado” en el cielo Sur otro asterismo que nos ayuda a localizar estrellas y constelaciones. El asterismo se sirve del anterior ampliándolo hacia el Sur y es llamado “Cruz o equis egipcia”, que, con Sirio justo en el centro de la equis, está formado por las tres estrellas anteriores y además las dos siguientes:
- Naos (Zeta Puppis): Estrella supergigante azul de la constelación de Puppis.
- Phact (Alpha Columbae): Estrella subgigante azul en la constelación de Columba.
Como vemos, esta constelación, a pesar de tener un tamaño medio, que ocupa la posición 43 de entre las 88 constelaciones modernas ordenadas de más grande a más pequeña, tiene una gran importancia en el cielo y la tuvo aún más en la antigüedad griega y egipcia, sobre todo.
En los próximos artículos examinaremos con más detalle sus estrellas y sus objetos de “cielo profundo”, que no nos van a defraudar. Mientras tanto, hemos disfrutado sin duda de los últimos días del verano y nos preparamos para otra estación en la que el cielo nos dará otras opciones de observación siempre interesantes.