Programa doble retro: «La gran Huida» y «Tucker, un hombre y su sueño»
Artículo de crítica cinematográfica del gran Mr. Bela Vhista.
Artículo de crítica cinematográfica del gran Mr. Bela Vhista.
Bienvenidos de nuevo a mi cinéfila sección. Esta vez tengo el placer de recomendarles una sorprendente gamberrada. Un placer culpable no exento de calidad, que se llama “Os reviento”, y que es una revisitación de las películas de Bud Spencer y Terence Hill, pasada por el tamiz de Quentin Tarantino y Guy Ritchie. Acción pura y dura sin cortapisas, arropada en una comedia muy española. La trama nos cuenta la historia de Gabriel (Mario Mayo, al que ya empiezan a llamar, no sin razón, el Jason Statham español), al que todos conocen como el Tarado, un exboxeador que quiere reinsertarse en la sociedad con todas sus fuerzas; pero al que, como se verá a lo largo de la película, el destino le tiene preparado algo más truculento. El Tarado vive junto a su perro y a su padre (un enorme Antonio Mayans, que borda su personaje en los pocos minutos que aparece), en una aldea apartada del núcleo urbano. Tras los problemas con la justicia y su paso por instituciones penitenciarias, el Tarado quiere una vida tranquila y por eso ha decidido romper con su pasado, e incluso con su última novia, que puede ser una mala influencia. Pero los pecados del pasado, suyos y de su padre (un veterano atracador de bancos), vuelven junto a otra antigua novia y a su hermano, Tinín, que sigue con sus chanchullos y tocando las narices a quien no debe. A partir de este momento empieza la acción, que no frena hasta el final de la película; con una trama que por momentos nos recuerda a “Snatch. Cerdos y diamantes”, de Guy Ritchie (que por cierto, protagoniza Jason Statham). Cuando una situación parece complicarse, viene otra a enmarañarla más, y como en la cinta de Ritchie, hay que estar muy atento para no perderse quién es quién en este enrevesado carnaval de mamporros. A pesar de la violencia, los personajes no son meros sacos de boxeo, si no que tienen una humanidad que muestra sus miserias y miedos, de manera que en algunos casos lamentamos sus muertes. El reparto actúa de fábula, y mención aparte merecen los grandiosos Javier Botet y Lone Fleming, auténticas leyendas del cine de género de nuestro país. Esta producción puede codearse con películas extranjeras de mayor inversión y es que, a pesar de contar con un escaso presupuesto comparado con las otras, el desparpajo, las interpretaciones y la acción están a su altura. Es por esa razón que ganó merecidamente el premio del público de los Festivales de cine Fantástico de Sitges y el Fantastic Fest de Austin. Si quieren una película desenfadada y sin prejuicios, como las que recomendaba Quentin Tarantino en su videoclub, ésta es la perfecta elección. Sin duda, hubiera brillado en los programas dobles de antaño.
Por eso los cinestudios eran lugares de peregrinaje cinéfilo, en los que muchas veces el programa triple ofrecía verdaderas joyas (no exentas de alguna basurilla), que nos descubría un cine al que de otra manera no podríamos acceder.
Como primera reseña hablaremos de “Deadpool y Lobezno” que ha llegado recientemente a las plataformas, ese gran éxito veraniego que junto a “Del revés 2” ha paliado la caída en picado de la cuenta de resultados de la casa del Ratón.