En la madrugada del domingo 29 ha fallecido en el hospital La Paz Chato Galante, conocido luchador antifranquista, activista ecologista y social y, en los últimos años, referente en la reivindicación de la memoria democrática y la justicia contra los crí-menes franquistas. Para todas las personas que compartimos con él tantas causas en las que se implicó, es imposible separar su humanidad y generosidad desbordantes de su inquebrantable compromiso y honestidad como luchador; y, en todos los casos, el vacío que nos deja será muy difícil de superar.
En su juventud, Chato militó en la Liga Comunista Revolucionaria, que luchaba desde la clandestinidad contra la dictadura, por lo que fue detenido, torturado, procesado judicialmente y condenado, padeciendo varios años de cárcel.
En los últimos años, Chato lideró las querellas interpuestas contra el torturador J.A.G. Pacheco (Billy el niño), del que fue víctima, tanto ante los tribunales argenti-nos (la llamada Querella Argentina) como en el estado español.
Chato es ya una figura imprescindible para la causa de los derechos humanos en nuestro país y fuera de él; su fallecimiento, sin haber visto reconocido su derecho a la justicia 45 años después de haber sido torturado, mientras su torturador sigue dis-frutando de impunidad y privilegios ilegítimos, constituyen una denuncia flagrante de la cerrazón de nuestro sistema político y judicial que niega el derecho a la justicia respecto a los crímenes de lesa humanidad de la dictadura. Para sus compañeras y compañeros de La Comuna, su muerte no hace sino reafirmar nuestra determinación por no ceder en los objetivos a los que Chato se entregó con la misma pasión y fraternidad con las que afrontaba todos los retos que se proponía. Chato Galante, compañero, amigo, luchador infatigable, tu ejemplo nos impulsa.
Javier Navascués, conocido activista ecologista de Rivas, nos ha dicho de él: Chato Galante, un luchador por la libertad la igualdad y la justicia, en definitiva por un nuevo mundo, que podemos definir como de ecosocialismo feminista, nos dejó el 29 de marzo, víctima de una grave enfermedad y del COVID 19.
Un gran compañero con el que compartí toda mi vida militante y activista. Era para mi como un hermano de lucha. Se quedó en la cárcel de Segovia cuando yo salí y además de lo que ya conocemos por los medios, fue uno de los primeros comunistas revolucionarios que se incorporó a la lucha ecologista.
Fue un actor fundamental en la construcción de lo que hoy es Ecologistas en Acción. De mi decía (por la lucha contra la incineradora de Valdemingómez) que era un ejemplo de cómo la gente se acercaba al ecologismo cuándo nos toca cerca un problema ecológico. Era un imprescindible.
Chato, siempre en nuestra memoria y acción. Hasta siempre compañero Chato.
Javier Navascués