En Abril del año 2019 se produjo un importante acontecimiento en el ámbito de la astronomía que no quería dejar pasar: fue fotografiado por primera vez un “Agujero Negro” (AN en lo sucesivo), así que voy a intercalar este artículo para comentar tal acontecimiento.
La existencia de los AN era ya conocida desde Einstein, pero su estructura la sabíamos desde que Stephen Hawking nos explicaba, con la voz metálica de su traductor, qué era realmente un AN. Según el científico, era un sistema gravitatorio tan potente y masivo, que incluso la luz no podía escapar hacia fuera, de ahí calificarlo como “negro”, que significa sencillamente que NO tiene color, es decir, que de él no sale nada y por tanto no se ve. Esta definición fue muy controvertida, ya que implicaba la desaparición más absoluta de la información. Con posterioridad, el propio Hawking revisaría su modelo, llegando a proponer que el AN radiaría hacia fuera de la manera siguiente:
Sabemos por física cuántica que en el vacío cósmico aparecen y desaparecen constantemente pares de partículas cuya única diferencia es la carga (+ ó -), pero en lo demás, son idénticas. Si en la vecindad de un AN (foto2), a la que se denomina “Horizonte de Sucesos”, se produce este fenómeno cuántico, puede que una partícula quede atrapada por su gravedad y la otra se pierda en el espacio. En este momento, dicha partícula parecerá que “sale” del AN y por lo tanto este “radia”, pudiendo los físicos determinar qué ha pasado con su partícula gemela, así que NO se pierde información. El propio Hawking rectificaba afirmando que los AN ya no son tan negros.
¿Cómo se produjo su fotografía?
El Telescopio de Horizonte de Sucesos (EHT, Event Horizon Telescope), que ya he mencionado en otros artículos, es un conjunto de ocho telescopios instalados por todo el planeta (Chile, México, EE.UU., Europa y el Polo Sur), gracias a una colaboración internacional. Este gigantesco sistema de telescopios logró la hazaña de fotografiar el objeto más escurridizo de nuestro universo. La imagen revela el agujero negro que hay en el centro de la galaxia Messier 87 (M87), una galaxia de gran masa situada en el Cúmulo de Galaxias de Virgo. El AN se encuentra a 55 millones de años luz de la Tierra y tiene una masa de 6.500 millones de veces la del Sol.
El director del proyecto EHT, Sheperd S. Doeleman, del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian reveló en una serie de conferencias la colaboración de 200 científicos para lograr este hito astronómico sin precedentes. Los telescopios que contribuyeron a este resultado y que los lectores de Zarabanda ya conocen, al haber sido ampliamente citados por mí mí en algunos artículos fueron: ALMA, APEX, en Chile, el telescopio IRAM de 30 metros, el Telescopio James Clerk Maxwell, el Gran Telescopio Milimétrico Alfonso Serrano, el Conjunto Submilimétrico, el Telescopio Submilimétrico y el Telescopio del Polo Sur.
Unos superordenadores, altamente especializados y ubicados en el Instituto Max Planck de Radioastronomía y el Observatorio Haystack del MIT, combinaron petabytes (1 petabyte = 1.024 terabytes) de datos brutos procedentes de estos telescopios, para formar la imagen de la Foto1.
La galaxia en la que este “monstruo” se encuentra y que le sirve de “motor” a la misma, corresponde con la foto3, en la que he querido escoger su núcleo para observar el “chorro” de plasma (azul en la foto) que sale de su centro, es decir, del Agujero Negro y se extiende al menos 1.500 pársecs (4.900 años luz). Se trata de una galaxia elíptica gigante, fácil de ver con telescopios de aficionado, puesto que es la galaxia elíptica más brillante cercana a la Tierra y una de las fuentes de radio más brillantes del cielo.
No estaría de más volver a echar un vistazo a esta hermosa y cercana galaxia, para lo cual echad mano de mis artículos sobre la constelación de Virgo y sabiendo que su “secreto” ha sido por fin revelado….
¡¡ Mirad al Cielo !!
M. Manero