En varias ocasiones me he referido a los profesionales del altavoz, esos odiadores que destilan su veneno a través de la pseudoplataforma que manosea la sanidad pública. En realidad no les importa, solo la utilizan como arma arrojadiza contra la Comunidad de Madrid y contra el Partido Popular.
La pseudoplataforma está politizada y es una herramienta de agitación. No engañan a nadie, no son vecinos independientes, y que les hayamos arrancado la máscara y plantado cara para decirles que no les tenemos miedo, les revuelve.
Su representante no tuvo reparos en posicionarse abiertamente a favor de Aída Castillejo en un acto celebrado en el auditorio Pilar Bardem durante la campaña de las pasadas elecciones municipales y autonómicas de 2023, en el que también aprovechó para lanzar sus soflamas a favor de Yolanda Díaz, con el deseo frustrado de que se convirtiera en la primera presidenta del gobierno de España.
Estos activistas participaron enérgicamente en la campaña electoral. El 26 de mayo de 2023, a pocas horas de que se abrieran las urnas, me dedicaron un comunicado en los medios locales acusándome de mentir a los vecinos, con recriminaciones tan absurdas e irrisorias como que no queremos que se construya el cuarto centro de salud, llamándome “hooligan”, entre otras descalificaciones.
Quizás tenga que darles las gracias pues ni entrando con fiereza en la campaña, o tal vez por eso mismo, la pseudoplataforma politizada consiguió evitar que Isabel Díaz Ayuso ganara las elecciones autonómicas con un 36,4% de los votos y que, por primera vez, el Partido Popular de Rivas Vaciamadrid ganara las elecciones municipales, con esta “hooligan” a la cabeza.
Estos activistas se disfrazan de vecinos anónimos, pero no lo son. Tienen adscripción política, sindicalista, son “padres de”, “suegros de”, o “comen de”. Colaboran activamente para que se mantenga el statu quo y que nada cambie en Rivas Vaciamadrid, para que siga siendo esa aldea gala o cortijo que tienen bajo su control.
Podemos verlos haciendo performances delante de los centros de salud del municipio, vestidos con una bata blanca o con chalecos y camisetas prosanidad pública. Hemos podido identificar a varios de sus miembros, ya entraditos en años para hacer gamberradas, arrancando la propaganda electoral del PP durante la campaña. Los hemos visto en una algarada frente al hospital HM cuando vino a inaugurar las instalaciones el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid. Por las incoherencias que suele tener la izquierda, luego los hemos visto dentro del hospital privado como usuarios del mismo. Quizás por eso callan incomprensiblemente ante el seguro privado que el ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid paga con cargo al erario público, algo que si hiciera el PP provocaría sonadas manifestaciones en la plaza del Ayuntamiento.
Tristemente, también he tenido que ver las caras descompuestas por el odio de conocidos miembros de la pseudoplataforma que, vulnerando las reglas de la democracia y la convivencia, fueron a reventar un evento del Partido Popular celebrado en la biblioteca Gloria Fuertes, vociferando gritos de “asesina” a la presidenta Isabel Díaz Ayuso mientras nos arrancaban los cables de los altavoces.
Esta falsa plataforma, coordinada por la izquierda política y con su complicidad, ha asistido a los plenos con pancartas reivindicando cuestiones que no son de competencia municipal y se les permite intervenir aunque viertan mentiras, calumnias e injurias dirigidas, por supuesto, al Partido Popular. Pero todavía no les hemos escuchado reclamar al gobierno del autócrata Pedro Sánchez y a su ministra de Sanidad, Mónica García, por la que hicieron una ardua campaña en las elecciones que perdió frente a Isabel Díaz Ayuso, la solución al déficit de médicos en todo el Sistema Nacional de Salud, algo que es competencia del ejecutivo central.
Estos activistas disfrazados de vecinos preocupados por la sanidad, buscan demonizar al Partido Popular, fomentan la confrontación, el enfrentamiento, no respetan las reglas de la democracia y quieren volver a las dos Españas.
A pesar de su empeño y sus ataques por todos los medios posibles, ni Aída Castillejo ganó las elecciones municipales ni Yolanda Díaz fue presidenta del gobierno. Necesitan generar miedo y odio para perpetuarse en el poder y por eso atacan a los contrapesos democráticos en un intento de liquidar la posibilidad de una alternancia política en Rivas Vaciamadrid que, indefectiblemente, llegará muy pronto.