La exposición a la contaminación del aire por partículas finas (PM2.5) está relacionada con un mayor riesgo de demencia, incluso a niveles por debajo de los estándares actuales de calidad del aire de Estados Unidos, el Reino Unido y la UE.
Esa es la conclusión de un estudio llevado a cabo por tres investigadores de la Escuela de Salud Pública TH Chan de la Universidad de Harvard (Estados Unidos) y publicado este jueves en la revista ‘The BMJ’.
Datos más limitados del estudio sugieren que la exposición al dióxido de nitrógeno y al óxido de nitrógeno también podría ser un factor de riesgo para la demencia.
Más de 57 millones de personas en todo el mundo viven actualmente con demencia, y las estimaciones sugieren que el número aumentará a 153 millones para 2050. Se cree que hasta un 40% de estos casos están relacionados con factores de riesgo potencialmente modificables, como la exposición a contaminantes del aire.
Los investigadores indican que los resultados del estudio «fortalecen la evidencia de que los contaminantes del aire son factores de riesgo para la demencia».
Con el empleo de bases de datos científicas, los autores identificaron 51 estudios que informaban asociaciones entre los contaminantes del aire promediados durante un año o más y los casos de demencia en adultos.
Tras evaluar la calidad del estudio y el riesgo de sesgo, pudieron incluir 16 estudios en su análisis cuantitativo principal, en su mayoría de América del Norte y Europa.
Los resultados muestran que una mayor exposición a la contaminación por partículas finas se asoció con un mayor riesgo de demencia.
En 14 estudios que examinaron específicamente los efectos potenciales de PM2.5 en la demencia, encontraron que por cada dos microgramos por metro cúbico de aumento en la concentración promedio anual de PM2.5, el riesgo general de demencia subió en un 4%.
MÁS DATOS
Los estudios que evaluaron activamente a los participantes informaron una asociación más fuerte entre el riesgo de demencia y la contaminación del aire que los trabajos que utilizaron métodos de vigilancia pasiva, como los registros de salud electrónicos.
Entre los estudios con evaluación activa, los resultados sugirieron un riesgo 42 % mayor de demencia por cada aumento de dos microgramos por metro cúbico en la concentración promedio anual de PM2.5. La estimación más conservadora fue un 17% más de riesgo.
Los resultados también sugieren un aumento elevado pero pequeño en el riesgo de demencia con la exposición al dióxido de nitrógeno (2% por cada aumento de 10 microgramos por metro cúbico) y al óxido de nitrógeno (5% por cada incremento de 10 microgramos por metro cúbico), pero esto se basó en datos más limitados.
Estos hallazgos respaldan la importancia para la salud pública de limitar la exposición a PM2.5 y otros contaminantes del aire, y brindan a las agencias reguladoras y otros una mejor estimación del efecto para usar en las deliberaciones sobre la carga de enfermedades.
Según los autores, las medidas efectivas para reducir la contaminación del aire probablemente requerirán una legislación global y programas de políticas que se centren en la transición a fuentes de energía limpias y renovables, la reducción del consumo de energía y cambios en la agricultura.