El pasado 15 de junio asumimos con orgullo la responsabilidad de gobernar esta ciudad una legislatura más con el compromiso y la exigencia que Rivas y sus gentes se merecen. Y lo hacíamos, por desgracia, en un contexto complejo y de bastante regresión de derechos por parte de partidos políticos que pretenden llevarnos a épocas pasadas, cuestionando los derechos y libertades de las mujeres, del colectivo LGTBi y poniendo en el centro de la diana buena parte de las conquistas sociales más relevantes de nuestra democracia. Por eso, aún es más importante que Rivas siga siendo un dique de estabilidad frente a la involución de esas políticas para garantizar los derechos de la gente.
Hace cuatro años impulsamos un plan de gobierno que redujo la deuda municipal, creamos un Plan de Inversión Municipal y hemos reforzado un modelo de ciudad que se basa fundamentalmente en los servicios públicos porque sabemos que son la herramienta que genera igualdad y calidad de vida para nuestras vecinas y vecinos. Rivas encabeza la tasa de actividad de este país, teniendo la mitad de la renta de los pueblos ricos. Somos el cuarto municipio con menor tasa de pobreza, somos los primeros en esperanza de vida o de las diez ciudades con menor tasa de paro. Y todo esto no ocurre por casualidad. Ha sido posible gracias a un esfuerzo colectivo de los diferentes gobiernos, la distribución de los recursos públicos y cómo en Rivas con menos hemos hecho más. Y, sobre todo, del apoyo y de la capacidad de organización de nuestra sociedad civil. Hoy podemos seguir diciendo que Rivas sigue siendo Rivas y es nuestra obligación mantenerlo y mejorarlo.
Además, este es un año especial porque celebramos el 60 aniversario del Casco justo en este mes de julio. Una fecha que nos obliga a mirar hacia atrás con la mirada puesta en el futuro. Porque la historia de Rivas es la de un pueblo pequeño que en poco tiempo ha ido convirtiéndose en una de las ciudades más dinámicas e innovadoras de este país. Hemos demostrado que se puede avanzar protegiendo a las personas, sin dejar nadie a atrás, anteponiendo siempre el interés general y el bienestar de la gente. Somos un modelo de éxito y debemos estar orgullosos y orgullosas. Ahora tenemos otro gran reto: debemos afrontar el diseño de la ciudad que queremos para las próximas décadas. Pensar en una ciudad del siglo XXI.NPorque nuestro objetivo es gobernar para todos y todas, dando respuesta a los problemas concretos, a esa política con minúsculas, sin renunciar a que otro mundo es posible. Nuestra ciudad tiene que seguir avanzando y seguir siendo el referente en el ámbito del municipalismo, la solidaridad y la sostenibilidad, ambiental y económica y del feminismo con la convicción de que Rivas va a remar con fuerza para hacerlo posible porque ese mundo empieza en las ciudades.