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¿Nuevo PSOE o nueva cosmética?

Desgraciadamente, la  ambivalencia del PSOE la venimos sufriendo muchas personas de izquierda casi desde que tenemos uso de razón. Y la verdad, ya estamos un poco hartos. Los que alguna vez hemos votado PSOE (yo lo hice en el 1982) siempre tenemos esa espada de Damocles en nuestras conciencias: confiar en este partido y en su discurso de izquierda y de cambio, pensar que sus dirigentes serán tan buenas personas como sus militantes, recurrir al voto útil para echar a la derecha de las instituciones… para, finalmente, ser engañados una y otra vez. Veamos:

Durante los años 1983 al 1987, es decir, durante el gobierno de Felipe González, los GAL (Grupo Antiterrorista de Liberación) fueron responsables de 27 asesinatos. Actuaron principalmente en el País Vasco Francés, aunque también llevaron a cabo secuestros, torturas y delitos económicos en algunas zonas de España. Sus atentados se dirigían contra militantes y simpatizantes de ETA, pero también afectaron a personas que no tenían relación con el terrorismo, produciéndose entre este colectivo 10 víctimas mortales.

La justicia condenó a penas de cárcel al entonces ministro del interior socialista José Barrionuevo y a otros tantos dirigentes socialistas por organizar este grupo terrorista, así como a una veintena de comisarios,  policías y guardias civiles.  En septiembre de 1998 ingresaron algunos de ellos en la cárcel y tres meses después fueron indultados por el Gobierno del Partido Popular.

Aquella legislatura de Felipe González, que muchos y muchas socialistas siguen adorando, además de permitir o alentar, por acción u omisión,  el terrorismo de estado, inventó el contrato temporal y la subcontratación, vendió la mayor parte de las empresas públicas españolas (Telefónica, Endesa, Repsol, Argentaria), permitió la financiación ilegal de su partido inflando contratos públicos para sufragar sus campañas electorales (asunto Filesa), recortó los derechos de la ciudadanía con su ley de “patada en la puerta” y nos metió en la estructura militar de la OTAN contraviniendo el mandato del referéndum. Unas joyas fueron Felipe González y sus ministros y ministras, que ahora forman parte de los consejos de administración de las grandes empresas que antaño privatizaron.

La legislatura de Rodríguez Zapatero tampoco tuvo nada que ver con la izquierda: disminuyó las retribuciones de los y las funcionarias públicas y congeló las oposiciones públicas,  redujo las pensiones, recortando el cálculo de las mismas y ampliando la edad de jubilación a los 67 años, recortó partidas en educación, sanidad y dependencia y decretó una reforma laboral que abarató el despido produciendo una huelga general en contra. Otra joya Zapatero.

Por último, a finales del año pasado, El PSOE, con su abstención, permitió que Mariano Rajoy, dirigente de un partido podrido de corrupción, volviera a investirse Presidente del Gobierno.

Y llegamos a Junio de este año, donde Pedro Sánchez, con el puño en alto y cantando la internacional en sus primarias, recupera la secretaría general.  Con el lema de su nuevo discurso “somos la izquierda” recupera también el prestigio entre decenas de miles de militantes y votantes.

Pero.. ¡Ay! Las primeras declaraciones después del congreso dan tufo a cosmética:

El PSOE anuncia que este año no habrá moción de censura contra el PP, y de haberla sería con Ciudadanos, al que vuelve a incluirle en las fuerzas del cambio. Parece increíble que el PSOE siga manteniendo este discurso cuando ya toda España sabe que Ciudadanos es la muleta del corrupto Partido Popular, a quienes prestan sus votos para aplicar políticas lesivas para la inmensa mayoría de las personas. El partido Ciudadanos es el cambio, sí, pero a peor.

El PSOE, a pesar de considerar a España como una “nación de naciones”, se opone a un referéndum donde los catalanes puedan decidir su futuro. Este tema me recuerda a cuando se aprobó el divorcio en el 1981. En aquella época había personas que seguían pensando que el matrimonio era indisoluble. Debería rescatar el PSOE aquellos argumentos de respetar a quien quiera disolver un matrimonio, aunque la decisión sea tomada por una de las partes. Seguir insistiendo que el destino de los catalanes tiene que decidirlo toda España es mantener autoritarismos y matrimonios a la fuerza.

El PSOE apoyará (a no ser que cambien de opinión en las próximas semanas) el CETA. ¡Ojo! este tratado de libre comercio con Canadá, llamado CETA, lesionará nuestra soberanía nacional en beneficio de los intereses comerciales de las multinacionales, que podrán echar abajo medidas legislativas españolas si consideran que el desarrollo de las mismas les perjudican.

Un consejo doy a tantas personas esperanzadas en un PSOE a la izquierda: Que sea la última vez que nos engañen.

Les dejo con las palabras de Pedro Sánchez ofrecidas en el programa Salvados después de ser depuesto de su cargo. Al parecer, recuperada su secretaría general, volvemos a estar en las mismas:

“Sectores empresariales y financieros y determinados medios de comunicación que me han dicho que si hubiera entendimiento con Podemos ellos lo criticarían. El País ha sido uno de ellos. Una de las explicaciones por las que la línea editorial haya sido tan abusiva e incluso insultante en lo personal ha sido por que pudiera haber un entendimiento entre las dos izquierdas”

 

José Manuel Pachón López

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