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Manual del artista

Tengo la intención de comenzar el año con cierto optimismo. La verdad es que desconozco el motivo porque lo que nos rodea no da para muchas alegrías a no ser que uno sea un iluso.

Voy a intentar sacudirme los prejuicios, que cada vez son menos por confirmación de los mismos y comenzar el año ofreciendo alternativas -que no por abordadas en numerosas ocasiones desde estas páginas parecen haber quedado claras-. Alternativas para todo aquel o aquella artista plástica que pretenda tener una oportunidad con carácter de continuidad en el desarrollo de su carrera profesional.

Y es que como a lo largo de los diversos (EN) CLAVE hemos ido apuntando los ejes que han dinamitado tanto el interés por el arte, así como también aquellas que tienen que ver con el modo en que los pocos acunados mantienen el cortijo, me he propuesto, ante la omisión de soluciones por mi parte, dejar alguna idea al respecto.  A saber.

1.- No abundes demasiado en ti como individualidad y constituye un grupo con el que mostrarte bajo el término colectivo multidisciplinar, por ejemplo. Esto funciona bien, porque se dota a lo personal de un carácter dinámico muy apreciado que, según a quién, le permite omitir cuestionamientos, intenciones y procedencia.

2.- En base a lo anterior, conforma el colectivo como empresa; una sociedad limitada es lo más acertado, desde luego. También es fantástico esto porque ofrece unas garantías que el individuo parece no poder proporcionar.

3.- Parecerá una tontería, pero es importante trabajar en una imagen en la que se proyecte cierto compromiso y que eso constituya cierta marca de la casa. Esto es fácil, la significación de ello no te obliga en modo alguno a asumir los compromisos de los que hablas. Además, exceptuando una formación política, si sabes caminar por el filo adecuado serás bien  visto y aceptado  por todas las formaciones políticas -los unos porque piensan que ese escenario dibuja su ideario y los otros, sin creérselo, porque lo usarán para maquillar la ranciedad que les inviste frente a los ciudadanos y ciudadanas-. Todo perfecto. Eso sí, no olvides manejarte bien en esos niveles. No desequilibres la balanza y ofrece una imagen de compromiso edulcorado, blanco… vamos, para toda la familia.

4.- Como ha quedado apuntado y ya sabemos por tradición, los sectores más rancios siempre han usurpado y se han apropiado de alguno de los términos acuñados por los sectores más progresistas, convirtiendo y transformando según qué conceptos en propuestas abyectas tras la que corre el electorado… No hay más que recordar quién hablaba de libertad en las últimas elecciones autonómicas. Pues eso, que si trabajáis con algún que otro sustantivo abstracto que pueda ser asumido por casi todo el espectro tendréis mucho camino andado que no deberéis argumentar. En fin, que si sabes rotular y miras un diccionario para ir buscando palabras del tipo… pues eso, libertad, felicidad, alegría y además sabes dar forma con cinta de carrocero para hacer una especie de mandala, lo tienes hecho.

5.- Llegados a este punto podrías pensar que quién será el depositario de todo esto; porque no olvidemos que estamos hablando de artes plásticas. En efecto, ahora viene la parte más compleja. Ya señalamos en anteriores números cómo se ha desmontado el circuito profesional del arte que, en ningún caso, ha tenido parecido al de otras disciplinas. Realizado a la perfección ese trabajo de desplazamiento y fragmentación entre arte y sociedad, una vez más me veo en la obligación de apelar a los lugares e impulsores de las artes plásticas de ahí que debas olvidar toda esperanza de exhibición con intención de propuesta y aceptación, para volcarte en aquello que nos hemos cansado de repetir: busca una institución a la que vender la moto. No todo el mundo vale para esto; si hay pasta (que suele ser pública) y sólo la hay cuando cumplas determinados parámetros, no serás depositario ni depositaria de ninguna adjudicación…bueno, igual hay algún que otro concursillo de pintura  con una dotación de 2000 eurillos, menos impuestos, con las que satisfacer tus impulsos y ganas de iniciativa. Debes entenderlo, cuando se trata de cientos de miles de euros, los artistas son otros, no tú.

6.- Si llegas a poder presentar tu propuesta tanto si hay concurso público como por iniciativa personal, mira primero que tu empresa inspire confianza y cierta solvencia. Busca a quien persuadir fruto de su absoluto desconocimiento, capacidad crítica y rigor porque podrás deslumbrar y argumentarán tu proyecto y presupuesto con justificaciones del tipo “… son muy conocidos…” y alguna que otra expresión de este tipo donde la solidez del ideario no deja lugar a dudas.

7.- Este punto es muy importante. Mírate bien y analiza de dónde procedes… si tu procedencia es de baja ralea, con toda sinceridad, tienes poco margen para la maniobra. Si, por el contrario, cuentas con un origen acomodado, contactos previos y posibilidad de iniciarte e instalarte fuera de la precariedad real, que no impostada, estás de suerte porque tendrás todos los resortes para que las puertas se te abran y se te escuche… Y ya sabemos que donde se abrió una puerta de picaporte amigo, las demás se van entornando para que entres. Y es que no nos engañemos, ser un poquito la oveja negra de una buena familia vende mucho.

8.- Y ya por último, si reconoces imposible ir alcanzando algunos de estos puntos no te preocupes. Las instituciones siempre cuentan con alguna sala de exposiciones donde mostrar tu humilde trabajo en el sobrante de muro entre ventana y ventana o, en el mejor de los casos, en paneles móviles de quita y pon… Y así habrás cumplido parte de tu proyecto de vida si encuentras otro trabajo que lo financie. ¿No es perfecto?

Espero que estos puntos os sirvan para iniciar o dar un giro a vuestra actividad artística dentro del campo profesional. Creo que lo he conseguido. He comenzado el año con optimismo.

Juan Antonio Tinte

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